miércoles, octubre 11, 2006

Historias de Lesbianas - 9

Cuarenta y veinte

"Y así fue como empezó mi atracción fatal por las mujeres mayores. Con cinco años más que yo, llamaban mi atención; con diez años o más, me tenían a sus pies. Siempre encontraba más atractiva a las mamás y hermanas mayores de mis amigas que a ellas mismas. En el colegio, esperaba toda la semana para disfrutar de esa escasa hora semanal de clases de arte para ver a mi profesora preferida envuelta en su delantal blanco manchado de óleo y diluyentes, imaginando sus manos sabias a la hora de amar, sus besos con sabor a fruta madura y su cuerpo de mujer hecha y derecha".

Cuando yo era niña, mi mamá trajo a la casa un video de la película "El Graduado". Cuando le pregunté de qué se trataba, se limitó a contestar "es para mayores". Como ya había picado en mí el bichito de la curiosidad, esperé a estar sola para dar un vistazo a la película. La trama era bastante simple ante mis ojos de niña: un esperpéntico joven era seducido por una mujer mayor. Pero el jovencito optaba al final por la hija de esta señora.

En ese tiempo la película no produjo nada especial en mí y hasta la encontré fome. Sólo muchos años después la volví a ver, cambiando absolutamente mi visión de los hechos. Un horrible y desgarbado Dustin Hoffmann era seducido por una atractiva, sensual y absolutamente deseable Señora Robinson. Pero el muy estúpido renuncia a la gloria de estar en manos de alguien con experiencia para quedarse con una jovencita sin gracia.

Y así fue como empezó mi atracción fatal por las mujeres mayores. Con cinco años más que yo, llamaban mi atención; con diez años o más, me tenían a sus pies. Siempre encontraba más atractiva a las mamás y hermanas mayores de mis amigas que a ellas mismas. En el colegio, esperaba toda la semana para disfrutar de esa escasa hora semanal de clases de arte para ver a mi profesora preferida envuelta en su delantal blanco manchado de óleo y diluyentes, imaginando sus manos sabias a la hora de amar, sus besos con sabor a fruta madura y su cuerpo de mujer hecha y derecha.

En la universidad, una alumna de quinto año que nos hacía ayudantía se convirtió en mi platónico amor. No había tema en el que no me hiciera la desorientada para acudir a sus sabios consejos y mientras ella me ayudaba mis ojos se detenían con calma en su boca, en su busto, en sus manos.

Sea como sea, el tema no pasó de ser una fantasía. Pero por cosas de destino, un día esa fantasía golpeó literalmente en mi puerta.

Una mujer de unos 40 años (más tarde me confesaría sus 46) acudió en mi ayuda una fría mañana de invierno. Era mi nueva vecina y como recién se estaba cambiando a mi barrio necesitaba de alguien que estuviera en su casa para recibir al camión de mudanzas. Me dijo que ella se tenía que ir a trabajar y que con la confianza que le daba saber que yo era su vecina , me pedía ese inmenso favor.

Creo que escuché la mitad de lo que me dijo. Lo que capturó mi atención fue su boca increíble y absolutamente roja, engalanando un rostro maduro con una que otra hermosa arruga. Obviamente que accedí de buena gana a su petición, guardando en mi corazón la certeza de que así la volvería a ver.

Y así nos hicimos amigas. Se llamaba Rosa. Era profesora básica. Vivía sola con un gato y unperro. Había crecido en una familia tradicional, de esas de campo, y por lo mismo no aceptaba muchas de las costumbres de la "Juventud" (como si tú fueras muy vieja, le decía yo). Nunca se había casado pero una vez estuvo a punto de hacerlo y, según ella, se arrepintió a tiempo.

Y así pasábamos nuestros días. Yo la miraba mientras me contaba sus cosas del trabajo, gesticulando ampliamente mientras describía los gajes de su oficio. Y mientras me hablaba yo no aguantaba las ganas de poder besarla, de saber que gusto tenía su boca, de conocer los secretos ocultos detrás de su falda de profesora de colegio privado.

Soñaba con verla entrar en mi pieza, con su delantal de profesora lista para traspasarme los conocimientos que sólo la práctica puede entregar, para enseñarme

cómo se ama después de pasar por un casi matrimonio y varios amantes sin importancia.

La profesora llenaba todos los espacios de mi alma, inquietándome hasta tal punto que me quedaba escondida en el paradero hasta verla llegar, sólo para hacerme la encontradiza y caminar con ella hasta su casa, aspirando el perfume de su cuerpo mientras conversábamos de cosas triviales. A su lado me sentía como una niña ansiosa de ser sometida y guiada hasta en los más mínimos detalles por sus sabios conocimientos.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que la profesora sabía que algo raro estaba pasando conmigo. Pero nada hizo por impedir mi compañía o por alejarme de su casa y de sus cosas. A veces creía captar su mirada fija en mi mientras tomábamos té y el rubor en su rostro cuando nuestras miradas se cruzaban.

Se había hecho común entre nosotras llamarnos por teléfono con cualquier pretexto en medio de la tarde, o enviarnos mensajes al celular cuando estaban dando algo bueno en la televisión o cuando algo aparentemente importante nos había sucedido. Según yo, los platos ya estaban servidos y había que comenzar a degustar la cena.

Ocurrió todo muy rápido. El colegio en donde ella trabajaba había organizado una gala artística de sus alumnos con cena incluida. Cada profesor debía llevar mínimo a dos invitados (que pagaran su entrada), honor que me tocó a mí y a una colega de otro establecimiento.

Nos instalaron en una mesa con tres personas más. Yo luché y conseguí (dando un pequeño empujoncito a la otra invitada) quedar sentada al lado de Rosa. Y así fueron pasando los distintos números por el escenario, las distintas conversaciones simpáticas en la mesa, los típicos secretitos

al oído de Rosa con su amiga, las típicas preguntas de los demás que de dónde había conocido yo a Rosa...

Después de una hora y media de show y comida, no aguanté más. Mientras una pequeña cantaba en el escenario la canción de "Titanic", mi mano comenzó lentamente a posarse en la rodilla de Rosa. Noté un breve temblor en su cuerpo, más de espanto que de otra cosa. Pero una vez que notó que nadie de la mesa nos miraba, se dejó acariciar sin sacar su vista del escenario. Mi mano dibujó con suavidad la línea de su pierna, oprimió su rodilla, trató de abrirse camino sin mucho éxito por debajo de su falda, pero después de unos intentos muy sutiles y discretos, logró rozar sólo con un dedo el borde de su ropa interior.

En la profesora, ninguna expresión. En el público, vítores para la niñita que cantaba igualito a Celine Dion. En mi cuerpo, un calor ardiente me invadía por completo. Al terminar el espectáculo, otro profesor insistió con porfía en ir a dejarnos a nuestras casas. Accedimos sin mucha convicción y una vez que llegamos Rosa aprovechó de bajar rápidamente del auto y con un breve adiós desaparecer detrás de su puerta de su casa.

Y allí quedé yo en medio de la calle, parada frente a mi casa, mirando la luz en las ventanas de la infame Rosa, que me había dejado encendida como un carbón y ahora huía como un vil insecto.

Ah no, me dije, eso sí que no. Fui a su casa, toqué a la puerta, abrió con cara de espanto, la agarré por un brazo, la apreté junto a mí, busqué su boca que se me resistía y le di el beso más ardiente y apasionado de mi vida. La sorpresa fue que ella me correspondió e incluso sentí sus manos tocando tímidamente uno de mis senos. Su beso fue cálido, su lengua fue diestra. Su cuerpo antes tan venerado se rindió a aquella jovencita que venía a

10 comentarios:

Anónimo dijo...

si,yo seria capaz de secuestrar a mi profesora es la mujer mas linda y cautivadora del mundo!

Anónimo dijo...

He iba caminando por las calles aquella joven llamada Sofía la cual andaba sin alegría y con una gran secuela de dolor en el rostro, ella arrastraba su alma pero levantaba muy bien sus pies y camina con tal fuerza que todos tenían que mirarla. Siempre segura y radiante pero con escasas sonrisas en sus labios.
Irradiaba fortaleza, seguridad y un carácter como ninguno, a veces hasta un poco agresiva, y era que aquella joven mujer nunca se dejaba humillar de nadie y cuando alguien lo hacía era porque ella se lo permitía con su segunda intensión entre manos. Para lograr muchas cosas en su vida tuvo que vestirse con una armadura fuerte e impenetrable, era tanto su miedo a ser herida, que construyó un muro entre ella y todo aquello que pudiese hacerla sentir débil, emocionada o enamorada.
Su vida estaba formada por su familia como su principal objetivo, sus estudios en 2do. Plano junto a su trabajo, y así pasaban sus días. De vez en vez compartía con sus amigos de estudios, en encuentros donde ella era experta en divertirse, esto sí, siempre con sus límites.
Cada rol para ella era diferente, porque realmente cada aspecto de su vida tenía características muy distintas. Empezó a conocer y a vivir cosas que nunca se había imaginado y mucho menos vivido.

Anónimo dijo...

Su familia estaba experimentado la cruel realidad de estar al borde de perder uno de sus miembros, el miembro que era la columna de todo el resto, era triste y desconcertante para Sofía ver a esa mujer en cama, sufriendo intensamente, con llagas en todo su cuerpo, pero lo que más dolor le causaba a Sofía era el mirar a los ojos de aquella mujer que le había dado todo y hasta lo que no tenía también. La actitud de Sofía ante esta situación era de responsabilidad hacia las cosas que se necesitaban para subsistir pero al mismo tiempo de alejamiento en cuanto a estar presente, pues su alma no soportaba esos episodios y además estaba formando una capa protectora para su corazón, esto para el momento es que esa mujer se marchara. Sofía sabía que debía mantenerse firme y fuerte para cuando ese día llegará, y así en pocos meses, ese día llegó.
Fue una mañana 15 de octubre, Sofía estaba libre del trabajo porque era sábado, pero no estaba libre de sus obligaciones académicas, pues le era necesario terminar un proyecto correspondiente a su monográfico universitario. Eran varios los preparativos, desde ir donde la modista a retirar el uniforme para la exposición hasta ir al salón de belleza a realzar la belleza de su pelo, y por último, reunirse con sus compañeros de grado para dar fin al proyecto pendiente. Sofía tenía el hábito de tomar varias cervezas durante la semana, pero el sábado y e domingo eran los días claves para esa actividad.
Una semana antes, después de su clase dominical, Sofía decidió dirigirse a San Pedro de Macorís a visitar a una amiga, a comer un famoso plato típico (pasteles en hoja) y a combatir el calor en el famoso Malecón de esa ciudad. Al montarse en el transporte, lo primero que escucha es una canción del artista favorito de la mujer que ella sabía que pronto la muerte le iba a arrebatar, lo primero que hizo Sofía fue pensar, cantar la canción e inevitablemente las lágrimas acudieron a sus ojos, disimulando con sus gafas negras, sólo le quedó acudir al autoengaño y hacer como que su mente no pensó, su corazón no sintió y sus ojos no lloraron.

Anónimo dijo...

Ese mismo día, de regreso ya a su casa, se encuentra con su madre agonizante y su reacción fue salir huyendo de su casa a resolver e investigar todos los preparativos consencientes a los actos fúnebres, cabe mencionar que junto a ella esta una gran amiga, una joven que siempre la buscaba y siempre estaban atenta una de la otra, ella fue su compañía en las diligencias antes mencionadas. Resulta que así duró su madre toda una larga semana.
El año 2011 se había empeñado en llevarse a ese ser tan especial e importante, tan amado y querido, y Sofía estaba clara de que ese momento estaba cerca, por eso ese día 15 de Octubre se levantó a realizar todas las actividades que sabía debía cumplir, pero aparte de esto, también se levanto sabiendo que ese era el día donde todo acabaría. La joven mujer se alistó para salir y antes de irse, pasó por la cama de su madre, la miró a los ojos y ahí supo con certeza que la había perdido, pero también supo que su madre la amaba y que sentía tristeza de dejarla sola pero que al mismo tiempo se sentía en paz con Dios y la vida, eso alivio un poco a Sofía.
Sofía se fue de su casa y estando en un centro comercial con sus amigos, actuaba como si nada en su casa estuviera pasando, esa era una característica muy especial de esta chica, sólo sus amigos cercanos sabían sus situaciones. En medio de estudios, charlas, chistes y un refrigerio, Sofía escucha a una chica hablar sobre un tema de sexualidad que a Sofía le había causado curiosidad desde hace ya un tiempo, la chica hablaba con firmeza sobre este tema, lo que le hizo saber a Sofía que eso no era coincidencia, que ella hablaba así porque tenía experiencia, esto junto a unos rumores, hizo que Sofía dudara sobre la sexualidad de su joven compañera de estudios. Debido a lo antes mencionado, Sofía empezó a recordar un día, donde en broma le pidió u beso, y ella sin más y más se lo dio, ojo, d esos besos tirados al aire, no de los boca a boca.

Anónimo dijo...

Pasaron las horas y decidieron ir a casa de una de las compañeras, pues como la clase parecía no tener fin, ellos sabían que estarían más cómodos allá. Ya en horas de la noche, suena el celular y Sofía ve un número de teléfono que le indicó inmediatamente que su madre había muerto, sólo tomó la llamada para confirmar, como para darle un alivio o más bien una esperanza a su alma.
Ella recibió la noticia fríamente, todos sus amigos la miraban y ella normal atenta a cada detalle para el próximo día de clases, sus amigos la apoyaron, la acompañaron a realizar los movimientos en la funeraria y donde el médico que declararía su muerte. Ni una sola lágrima había asomado a sus ojos y así permaneció hasta que dejo el cuerpo sin vida, el cual ella nunca vio, en la funeraria para esperar el siguiente día y comenzar el velatorio.
Ya de regreso a su casa, Sofía no sabía qué sentir, sólo sabía que camina sonámbula y pensaba lejos. Decidió tomar una ducha, y ahí bajo el agua sus lágrimas ya no la perdonaron más y tuvo que llorar, y así fue por un momento, hasta que colocó una vez más su coraza indestructible, siguiendo de esta manera su proyecto universitario.
La mañana llegó rápido, ya era 16 octubre, su prima la había ayudado con los trámites del cementerio, un compañero de trabajo la ayudó en todas sus diligencias, la empresa donde laboraba le brindo su mano, y su amiga aquella que había estado con ella durante 10 años, estuvo ahí casa momento. Ya en la funeraria, comienzan a llegar los familiares lejanos, los amigos, los conocidos, los compañeros de trabajo y de la universidad y varios personajes más, pero aún así ella se sentía sola, sólo su vieja amiga le brindaba consuelo, al igual que 2 amigas más de la universidad, pero su consuelo más grande fue cuando llegó su hermano menor. Hay un dato que Sofía recuerda de ese día, algo que la hizo sentir especial, consolada y querida, ella no sabía por qué había sentido eso, pero en el momento que su compañera, la misma que hablaba de sexualidad en el súper y la misma que le tiró el beso, le dio el pésame, acariciando su rostro con manos de terciopelo, Sofía sintió algo a lo cual no pudo ponerle nombre en ese momento.

Anónimo dijo...

Llegado el momento del entierro, Sofía se retiró y se perdió con su hermana del alma. Los días venideros fueron pasando prácticamente normal, porque Sofía no lloraba, no sufría, realmente no sabía que sentir. Siguió con sus actividades normales, su trabajo, sus estudios. Algo muy curioso, ella estaba presentando fiebres diarias sin ningún motivo ni razón médica, pero bueno eso ella lo manejaba.
Quince día después, 30 octubre, precisamente un domingo en el cual debía asistir a clases, amaneció hirviendo en fiebre y con un fuerte dolor en su cuerpo, y como no tenía las fuerzas para presentarse a clases, decidió llamar al profesor para comunicarle que llegaría más tarde. Así fue, llegó a clases 2 horas después y resulta que ya el profesor había despachado, pero bueno, ahí cupo el dicho de que todo pasa por una razón. Sus compañeros la fueron a saludar, a consentir y a ver por qué había llegado tarde. Nueva vez Sofía sintió algo inexplicable, a lo que ni siquiera le puso mucho asunto, pero cuando la chica aquella fue a saludarla, la tomo por la cabeza, la recostó en su abdomen y le pasó sus manos por el rostro, waaaooo, Sofía sintió estremecer, sintió algo extraño.
Luego de unos minutos decidió irse a tomar unas cervezas con la joven misteriosa y con otra compañera, así con todo y fiebre y dolor de cuerpo, pues ella sólo quería estar alejada de su casa. Después de beber un buen rato, una de las amigas se retiró, y quedaron solas ella y la chica misteriosa, las cuales decidieron también irse, dirigiéndose así hacia la casa de la misteriosa amiga para almorzar y pasar un rato de charla.
Llegaron, la joven le dijo que podía acomodarse en la cama, la ayudó a secarse el sudor de la fiebre y le preparó un enorme vaso de limonada, así Sofía pasó a dormir, para descansar el cuerpo, mejorar la fiebre y aliviar las vueltas en su cabeza como consecuencia a las cervezas. Un rato más tarde, Sofía despertó y comenzó una charla lo más normal con su amiga, y normalmente trataron el tema de la heterosexualidad, la bisexualidad, el lesbianismo y la homosexualidad; también llegaron a comentar aquel rumor que anda vagando entre los estudiantes de la universidad.
En este momento, sin pensarlo y sin darse cuenta, Sofía de atrevió a insinuarle un beso, sin más se acercó a sus labios y la besó, la joven consternada, se quedo helada y sin mover sus labios, pero Sofía volvió a besarla y esta vez tuvo éxito, ambas se besaron apasionadamente y comenzaron a tocarse por todo el cuerpo, hasta que la voz de su amiga le dijo ‘’Espera, mi familia está en casa, vamos a esperar que se vayan’’. De esta manera, siguieron charlando, viendo tele, almorzando y deseando en su interior quedar solas para dar rienda suelta a sus deseos.

Anónimo dijo...

Pasadas 2 horas aproximadamente, por fin solas, se miraron, se acariciaron, comenzaron los besos leves, luego más fuertes, más intensos, con más fuego, hasta que las llevó a besarse algo más que la boca, a tocarse con firmeza y miedo a la vez, a despojarse de toda su ropa y así, de manera ligera, rápida e inexplicable, ya estaban una encima de la otra, completamente desnudas, excitadas, hambrientas de deseo, llenas de fuego y al mismo tiempo temerosas. Así, pasaron a acciones culminantes, desde la masturbación y el sexo oral hasta la contemplación de sus rostros excitados y asustados. Sofía desde ese momento se adueñó de ella, de cada centímetro de su cuerpo, de sus besos, de su piel, de todo. Entre caricias, roces y besos, pasó el tiempo y Sofía experimento el orgasmo más grande y placentero de toda su vida, y su compañera disfrutó a cada gemido y cada gota de jugo derramada por su vagina.
Llegó el momento de la despedida, Sofía quedó avergonzada y no la miraba a los ojos, realmente ni siquiera le quería hablar. Ella le dijo a Sofía ‘’Por favor llámame cuando llegues a tu casa’’, ahí Sofía supo que acababa de establecer una relación.
Durante los siguientes días ninguna de las 2 podían dejar de pensar en lo sucedido, hablaban de vez en vez, chateaban casi todas las noches y a veces se mandaban mensajes de texto. Las 2 confundidas, se dejaron llevar de la situación y siguieron teniendo encuentro cada vez más intensos, atenciones cada vez más de pareja y de esta manera comenzaron su relación.
Al mes la chica misteriosa decide poner fin a la relación, Sofía lloró y sufrió porque de verdad se había enamorado. Decidieron ser amigas, y Sofía opto por darle celos a ver qué tal, y justamente le funcionó a la perfección. Una noche planificaron dormir juntas para hacer un proyecto de la universidad, de este modo terminaron haciendo el amor nuevamente y esta vez de forma más definitiva.
Ya las cosas estaban poniendo fuertes, los sentimientos comenzaron a florecer y el miedo no las dejaba a ninguna de las 2. Lo importante es que después de esto, aunque una vez terminaron por 2 días, esas 2 mujeres jamás se han vuelto a separar, se aman con un amor puro, grande, sincero y transparente.
El deleite de ambas estaba en complacer a la otra, en cuidarse, no había cosa más buena para las 2, que reconciliarse después de cualquier mínima discusión. Así, a la fecha de hoy, esa historia sigue vigente, y ellas son 2 en un solo cuerpo y una sola alma.
Sofía sigue con todos los roles de su vida, ella sabe, que después de esa mujer le será muy difícil volver a estar con un hombre, ella está casi segura de que es lesbiana y no bisexual, `pero mientras se aclara su mente, ella es feliz junto a la que constantemente llama su Reina.

Anónimo dijo...

disculpen que haya publicado mi historia de esta manera,lo que pasa es que no sabia como hacerlo... espero que les agrade.

Anónimo dijo...

Yo estoy enamorada de una amiga de mi prima ,llamada María y muchas veces me masturbo pensando en ella y el principal problema es que solo tengo 11 años.

Anónimo dijo...

BUEN DIA,
SOY DE PERÚ.
llamame porfabor 4953220