María es una mujer alta delgada con facciones finasa y sonrisa fácil. Tu no puedes imaginar su historia. Ella tiene ahora un hijo, aunque ella tenía dos. Su bebé de 18 meses murió de meningitis hace dos años. El tenía el SIDA.
María es HIV positiva. Infectada por su esposo a quien dejó poco después, pero no sabía que su bebé estaba también infectado. Durante el embarazo, los médicos dijeron que el bebé no podía contraer el virus de ella pero no analizaron al bebé cuando nació.
Luego, unas Navidades, María recibió la sacudida de su vida. Su hijo se enfermó y ella lo llevó al hospital. Ellos encontraron un quiste en el estómago y lo operaron de una vez. Analizaron el quiste que no era maligno, pero que tenía VIH.
Los médicos enviaron a Maria y a su hijo a casa inmediatamente. “Vete a casa y muérete,” le dijeron. Mediante su esposo en los Estados Unidos, Maria recibió finalmente algunos medicamentos - AZT para ella y el bebé. Para el bebé fue el caso de muy poco muy tarde. Después de su muerte María se fue a su cuarto convencida que iba a morir después.
Pero una llamada telefónica de Peggy McEvoy (Ex- Directora Regional del UNAIDS – Programa del SIDA de las Naciones Unidas) la ayudó. McEvoy, a quien Maria afectuosamente llama madre, la estimuló a que formara una red para ayudar a otros en su país. María se entrenó como consejera, hizo contacto con otra gente VIH+ y visitó centros de salud y hospitales para ayudar a los recientemente diagnosticados . Ellos ahora tienen una red de personas que viven con VIH que brinda apoyo, ayuda y consejería.
Fuente: Bonnie Khan, “AIDS, a Caribbean Burden” - SIDA, una carga para el Caribe- [Trinidad] Express ( Noviembre 16, 1999): 23
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