martes, junio 05, 2007

LESBOFOBIA INTERNALIZADA


(adaptación de Internalized Opression, de Suzanne Lipsky
Traducción y adaptación: Alejandra Sardá)

Introducción: Se puede encontrar una salida

Un resultado importante de las coaliciones políticas y de los talleres puede ser el de revelar la naturaleza de la lesbofobia internalizada y crear técnicas efectivas para eliminar de entre nosotras este importante obstáculo para nuestra liberación. Si bien cada una de nosotras vive la lesbofobia internalizada de una manera única (porque cada una está oprimida de forma particular) no cabe ninguna duda de que todas y cada una hemos sido lastimadas por esta forma particular de opresión. Ninguna lesbiana en esta sociedad está libre de eso.

La lesbofobia internalizada es la herramienta principal para que perpetuemos y "estemos de acuerdo" con nuestra propia opresión. Es uno de los principales factores que nos impiden que como grupo nos demos cuenta de la enorme inteligencia y el poder que en realidad poseemos y los llevemos a la acción. A nivel personal, es no de los principales ingredientes que componen las relaciones dolorosas e imposibles que a menudo entablamos entre nosotras. ¿Podríamos pensar que ha sido la piedra con la que tropezaron todos los grupos de "liberación lésbica" prometedores y potencialmente fuertes que sin embargo fracasaron en el pasado? Le lesbofobia internalizada limita de manera drástica la efectividad de todos los grupos de lesbianas que existen.

Este es un problema que nadie ha sido capaz de resolver y que ha desesperado a muchas. Algunos rasgos de lesbofobia internalizada nos resultan tan familiares que nosotras mismas los aceptamos como parte de una "cultura lésbica". Se los atribuimos a "nuestra manera de ser".

Llegar a un claro entendimiento teórico de este fenómeno puede producir una ruptura en esa situación y lo que es más importante, puede genera técnicas efectivas que nos liberen por completo de este terrible obstáculo para que podamos emerger como personas y liberarnos como grupo. Reconocer el concepto de lesbofobia internalizada es de trascendental importancia y es importante compartir ese reconocimiento con todas las lesbianas.
1. ¿Qué es la Lesbofobia Internalizada?

Sabemos que todo dolor o todo maltrato que una sufre, si no es descargado (curado) crea en la víctima lo que se llama un "modelo de sufrimiento" (sentimiento o conducta rígidos, destructivos o ineficaces). Este "modelo de sufrimiento", cuando vuelve a ser estimulado, tiende a empujar a la víctima a volver a vivir la experiencia de dolor o maltrato original, ya sea colocando a otra persona en el lugar de víctima o, cuando esto no es posible, tomándose a una misma como objeto de este modelo de sufrimiento.

La lesbofobia internalizada es una forma de opresión que se ha visto sistemáticamente iniciada, alentada y reforzada por los modelos de sufrimiento de las personas pertenecientes a la cultura mayoritaria (heterosexual) y de sus instituciones. Las lesbianas hemos sido víctimas de variadas formas de maltrato, invalidación, opresión y explotación.

Este maltrato ha instaurado en nosotras modelos de sufrimiento muy fuertes y crónicos, como grupo y como personas. Nosotras no tenemos la culpa de que estos modelos se instales y se inicien. Es claro que históricamente se nos han negado las condiciones necesarias (por ejemplo seguridad) para descargar ese dolor. Es también evidente que nunca hemos estado en una posición en la cual pudiéramos volver a actuar ese sufrimiento, colocando a nuestros opresores en el lugar de oprimidos.

El resultado ha sido que estos modelos de sufrimiento, creados por la opresión y la lesbofobia del exterior, los hemos podido actuar en los únicos dos ámbitos donde nos ha parecido que era "seguro" hacerlo. En primer lugar, con las personas de nuestro mismo grupo, sobre todo aquellas sobre quienes tenemos cierto grado de poder o control (nuestras parejas, las más jóvenes, las más viejas, las que tienen alguna "desventaja" social, etc.) En segundo lugar, sobre nosotras mismas, desvalorizándonos, dudando sobre nuestra capacidades, aislándonos, sintiendo miedo, indefensión o desesperación.

Es importante recordar que algunas de las conductas estereotipadas que con frecuencia reconocemos como parte de las culturas lésbicas las desarrollamos en su momento (o las seguimos desarrollando en los ámbitos más peligrosos para nosotras) como estrategias de supervivencia. Ese fue (es) su valor original. Son testimonios de nuestra fuerza, inventiva y determinación, de nuestra negativa a dejarnos vencer como grupo. Incluso los modelos crónicos de sufrimiento pueden tener el valor de hacer que sigamos vivas, como sea. En la actualidad, (o en los ámbitos donde no corremos peligro) todas es esas respuestas al maltrato están profundamente enraizadas en nuestra cultura, pero ¿cumplen todavía una función útil? ¿Podría ser que estos "elementos de la cultura lésbica" sólo sirvieran para mantenernos encerradas en nuestros roles de víctimas de la opresión?.

La lesbofobia internalizada es producto de volver contra nosotras mismas, nuestra parejas y todas las que son como nosotras los modelos de sufrimiento resultante de la opresión que sufrimos por parte de la mayoría heterosexual. Como parte de nuestro trabajo de liberación, tenemos que explorar la inteligencia, la fuerza, la grandeza, el poder y los triunfos de nuestra gente y de nuestra cultura, y hacer que la atención de nosotras mismas y del mundo se concentre en esos aspectos. También debemos estudiar continuamente aquellos aspectos de nuestra cultura que nos han sido impuestos como respuesta a la lesbofobia y eliminarlos, porque son los que nos mantienen atrapadas en nuestra opresión.
2. ¿ Cómo es y Cómo nos afecta la lesbofobia internalizada?

Los esquemas de lesbofobia internalizada se actualizan de decenas de formas diferentes en cada una de nosotras. Pero hemos llegado a reconocer que hay ciertas formas de lesbofobia internalizada que son experimentados por la mayoría de las lesbianas en nuestra sociedad. Algunas de esas formas son tan universales en nuestras culturas lésbicas que erróneamente se las toma por expresiones "auténticas" de esas culturas.

Estos sentimientos y conductas que nos lastiman y destruyen no son parte de nuestras verdaderas culturas. No son parte de la naturaleza de las lesbianas. Son solamente esquemas crónicos (que actúan todo el tiempo y se malinterpretan como si fueran la realidad) que son producto del maltrato sistemático e institucionalizado.

Comprender esto nos da seguridad para encarar la tarea de identificar todas las formas de lesbofobia internalizada en nosotras mismas y las formas de que otros grupos de personas oprimidas internalizada su propia opresión. Las reconocemos como nuestra enemigas, esquemas crónicos que impiden nuestra liberación. Cada ejemplo que encontramos lo sometemos a juicio y lo re-evaluamos. Veamos como opera la lesbofobia internalizada.

Relaciones individuales
La lesbofobia internalizada nos hace actuar nuestra rabia, miedo, indignación, frustración y sensación de estar indefensas contra las otras lesbianas, a menudo contra los que tenemos más cerca (parejas, amigas).
Somos feroces críticas de las otras lesbianas y buscamos todos sus defectos; somos implacables con las que "dan una mala imagen" (cualquiera sea nuestro concepto de esa imagen), todo lo cual contribuye a que destruyamos la confianza de las otras en sí mismas.
Esto se hace particularmente agudo cuando nos reunimos en grupo para enfrentarnos a algún problema o para encarar un proyecto de liberación. E producto de esa actitud son las divisiones y la desunión, que nos llevan a la desesperanza y a abandonar la lucha.

Relaciones de liderazgo
La lesbofobia internalizada nos hace atacar, criticar o abrigar expectativas irreales frente a cualquiera de nosotras que tenga el coraje de dar un paso adelante y asumir responsabilidades de líder. Esta hace que nuestras líderes carezcan del apoyo que es imprescindible para que emerjan liderazgos efectivos y para que los grupos se fortalezcan. También conduce directamente al fenómeno de "quema" de líderes, que todas hemos presenciado o vivido en carne propia.

Aislamiento de otras lesbianas
La lesbofobia internalizada ha causado las profundas heridas que hemos recibido de nuestras hermanas. A menudo desarrollamos en respuesta modelos defensivos de miedo, desconfianza, retraimiento, o aislamiento frente a otras lesbianas. Y por encima de todo esto a menudo sentimos vergüenza de expresar el miedo que nos producen las otras lesbianas.
El aislamiento que resulta de la lesbofobia internalizada puede volverse tan severo que una lesbiana se puede sentir más segura con personas heterosexuales (o varones gays) y confiar e ellas o ellos más que en otras lesbianas. Esta es una ilusión, una confusión creada por la lesbofobia internalizada, pero una de nosotras puede acomodarse y vivir dentro de esa ilusión porque la hace sentir más "cómoda" y por lo tanto, "funciona" para ella. Si pensamos con claridad, sin embargo, nos damos cuenta que esta solución no es la ideal. Ninguna lesbiana podrá resurgir como tal a menos que encare el aislamiento frente a su propia gente y lo disuelva.
Tengo la seguridad de que cada vez que me siento intolerante, irritada, impaciente, avergonzada, incómoda, "no tan torta como...", "más lesbiana que...", mejor que, no tan buena como, temerosa de, en peligro con, aislada de, desconfiando de, descuidada por, incapaz de apoyar a, o sin apoyo por parte de... cualquier otra lesbiana, hay algo de lesbofobia internalizada que está en funcionamiento. Cada vez que encaro una acción o no encaro ninguna acción basándome en cualquiera de esos sentimientos, estoy cediendo frente a mi lesbofobia internalizada, estoy sintiéndome una persona sin poder. Por ejemplo si no pido, demando y organizo para mí el apoyo que necesito recibir de mis hermanas lesbianas, estoy fortaleciendo los efectos de la opresión en todas nosotras. De la misma manera, si no persisto con firmeza en ofrecer y brindar mi apoyo a otra lesbiana que está presa de un modelo adquirido de sufrimiento (aunque tenga que poner en riesgo lo que siento), me estoy creyendo lo que la lesbofobia dice de mí y de mi falta de poder.

Estereotipos internalizados
La lesbofobia internalizada nos ha llevado a aceptar muchas de los estereotipos de lesbianas creados por la mayoría heterosexual. Nos han enseñado a sentir bronca o vergüenza ante cualquier cosa que difiera demasiado del ideal mítico de la clase media de la mayoría heterosexual: modales que son de "camionero", lesbianas que son "feas" y "gordas", relaciones que son "promiscuas", posturas que son "demasiado rígidas", etc.

Limitación de nuestra cultura lésbica
La lesbofobia internalizada nos lleva a tener una visión limitada y estrecha de lo que es una "auténtica" cultura y conducta lésbica. De nosotras se han burlado, nos han humillado, atacado y aislado por ser "académicas"; por hablar o por no hablar de determinada manera; porque nos gusta el rock o los boleros; porque no bailamos; porque ejercemos una profesión "femenina" o "muy masculina"; porque nos maquillamos o porque jamás lo hacemos; porque nos vestimos "de hombre" o "de minita", porque fuimos antes heterosexuales o porque nunca lo fuimos etc. De ésas y de muchas otras formas nos han dicho que no éramos lesbianas auténticas, o que no éramos lo suficientemente lesbianas, o que tratábamos de "pasar por héteros", etc. Todas estas formas de herirnos fueron producidas y aceptadas por lesbianas que estaban actuando su lesbofobia internalizada.

Desconfiar de nuestros propios pensamientos
La lesbofobia institucionalizada y la internalizada que de ella resulta hacen que nosotras dudemos de nuestros propios pensamientos. Dudamos de nuestra propia capacidad de pensar con inteligencia, y de la de otras lesbianas. Aun cuando sí confiamos en nuestra propia capacidad de pensamiento, no podemos convertir nuestro pensamiento en acción debido a las estructuras y prácticas lesbofóbicas y opresivas de la sociedad.

Necesidad de sentirnos bien ahora mismo
La desesperanza y la sensación de indefensión que resultan de nuestra posición invisible en la sociedad, dan como resultado otra característica común entre nosotras que yo llamo el "sentirse bien ahora mismo". La ideación que la sostiene es la siguiente: "Dado que no sé que hacer (producto del "yo no puedo pensar bien" anterior) o, sabiendo que hacer me veo impedida de hacerlo por la lesbofobia que me rodea, y dado que todo esfuerzo que hagamos las lesbianas está condenado a la derrota a largo plazo (indefensión y desesperanza), tengo que conformarme con sentirme bien ahora mismo "al menos me merezco eso". Las drogas, el alcohol y otras adicciones; las conductas sexuales compulsivas y dañinas; el consumismo, el uso irracional del dinero; todos los complicados rituales de los bares (o grupos), los juegos, las poses y las mentiras que agotan nuestras energías; todo esto se relaciona directamente con la lesbofobia y la opresión internalizadas.

El aprendizaje y las metas de largo alcance
El aprendizaje y el pensamiento se ven muy afectados por la opresión internalizada. Aquí la lesbofobia real, objetiva, se combina con la internalizada y con sensaciones poderosas de indefensión para hacer que nos sea muy difícil mantener un pensamiento flexible todo el tiempo, o corregir nuestras acciones teniendo en cuenta metas de largo plazo, o hacer esfuerzos cuyos resultados tarden en producirse. Como la sociedad nos impide que actuemos según lo que nuestro pensamiento nos dice que es correcto (con mucha frecuencia nosotras sabemos lo que está mal y cómo se los puede resolver) nos vemos limitadas a actuar según lo que sentimos. Sería difícil encontrar una manera mejor de mantenernos indefensas e ineficientes en cuanto a lograr nuestra liberación.

Supervivencia
La lesbofobia internalizada es uno de los principales factores que influyen para que tengamos conductas de "supervivencia" o de "seguir tirando". Algunas de estas conductas tuvimos que desarrollarlas cuando era mucho más difícil para nosotras existir (cuando la opresión de las mujeres en general era mucho más visible), como respuesta a la aguda necesidad de sobrevivir en tal situación. Aprender a soportar las humillaciones en silencio, practicando con las otras, es un buen ejemplo de este tipo de conducta. Desarrollar conductas escondedoras, dobles, desconfiadas, o réplicas de la hetero-sexualidad entre nosotras es otro ejemplo. Para sobrevivir también hemos aprendido a no mostrar ni compartir nuestros sentimientos (conductas "frías") o a disfrazarlos (conductas "duras"), sobre todo nuestros sentimientos de dolor, vulnera-bilidad, amor, bronca. Porque hemos sido víctimas de ataques, humillaciones, invisibilidad, estos esquemas cuando se reactivan nos llevan a desplegar esas mismas conductas con otras lesbianas y a sentir que debemos hacerlos para poder sobrevivir, o al menos para no volver a ser víctimas de esos mismos maltratos.
Esas conductas no sirven para nuestros intereses ni para nuestra liberación; pero así como el esquema de opresión sigue operando aun cuando ya no sirve al propósito explotador para el que en principio se instaló, así nuestras conductas de seudosupervivencia tienen un impulso propio y siguen vivas aun en los ámbitos o situaciones donde no las necesitamos.
Ya no nos sirve contentarnos con sobrevivir. No es suficiente. Parte de nuestra cultura lésbica es ceder a lo peor de nuestra lesbofobia internalizada.

Otras formas de opresión y división entre nosotras.
Los modelos de sufrimiento puestos en acción nos han llevado a introducir, tolerar, reproducir, e internalizar dentro de nuestra sub-cultura lésbica otras opresiones tales como el racismo, el clasismo, la discriminación por edad, el antisemitismo, la discriminación por apariencia física, discapacidad, etc. Esto sólo ha servido para crear mayor desunión y divisiones entre las lesbianas. De esta manera se hace imposible que nos unamos, que juntemos nuestras fuerzas y que nos aliemos con otros grupos oprimidos.

Estas son algunas, de ninguna manera todas, las manifestaciones más comunes de lesbofobia internalizada entre nosotras. Es probable que todas y cada una de las lesbianas hayamos vivido por lo menos uno de estos modelos de sufrimiento pero siempre de manera única, individual. Cada una ha sido oprimida de una forma particular y ha internalizado y vivido esta opresión de una manera única.

Aunque los efectos de estos modelos son devastadores para nosotras, no tenemos que desesperarnos. La primera victoria que podemos obtener contra ellos es darnos cuenta de que estos sentimientos terribles y las conductas destructivas que resultan de ellos son sólo esquemas, esquemas de sufrimiento que nos han impuesto desde afuera. Saber que cada uno y todos ellos pueden ser destruidos si los reevaluamos y los descargamos de manera sistemática y comprometida, también es importante. Podemos reemplazar estos modelos destructivos por una realidad de racionalidad, amor, poder y unidad entre TODAS las lesbianas.

El perpetuar los modelos de sufrimiento internalizados es lo que se interpone en el camino para que no podamos unirnos y decidirnos a terminar con la opresión que se ejerce contra nosotras.
3. ¿Qué podemos hacer?

Tenemos dentro nuestro el conocimiento, las herramientas y el poder para atacar y eliminar la lesbofobia internalizada de entre nosotras y en el mundo en general. No creo que ninguna otra cosa puede contribuir más a nuestra re-emergencia individual y a la liberación de las lesbianas que nuestro firme compromiso con este proyecto.


¿Cómo lo hacemos?

Comprendiendo, perfeccionando y refinando la teoría de la lesbofobia internalizada para hacerla más preciso y más funcional de acuerdo a nuestra propia realidad. Buscando toda información que sea relevante en este sentido.

·Comprometiéndonos cada una a identificar y reconocer la lesbofobia internalizada en una misma y en las otras. Estar alerta ante los rasgos de lesbofobia internalizada que aparecen en las relaciones e interacciones que no funcionan bien y que no se caracterizan por la comprensión, la cooperación, el pensamiento claro y la sensación de estar a salvo.
·
Preguntando y preguntándonos:

¿Qué ha sido lo bueno de ser lesbianas?
¿Qué me hace sentir orgullosa de ser lesbiana?
¿Cómo son de verdad las lesbianas?
¿Qué ha sido lo difícil de ser lesbianas?
¿Qué quiero que las otras lesbianas sepan de mí?
¿Cómo me han lastimado (específicamente) las propias lesbianas?
¿Alguna vez defendí a una lesbiana en una situación donde otra la estaba maltratando?
¿Alguna vez una lesbiana me defendió con firmeza en una situación donde otra lesbiana me estaba atacando?
¿Recuerdo alguna ocasión en la que una lesbiana (con la que yo no tuviera una relación cercana) haya tomado partido por mí?
¿Recuerdo alguna ocasión en la que yo haya actuado a partir de alguna de las manifestaciones de lesbofobia internalizada que se describieron antes?
¿Recuerdo alguna ocasión en la que me haya negado o resistido a actuar a partir de alguna de esas mismas manifestaciones?

Pongámonos todas de acuerdo para dejar de ser víctimas de la lesbofobia internalizada. Veámosla como lo que realmente es: Nada más que un modelo de sufrimiento que porta una víctima que se siente impotente.

1 comentario:

CABALASISOY dijo...

Este es un tema que cabalmente estoy estudiando y analizando para poder escribir algo al respecto que aporte y clarifique, a la comunidad lésbica de por acá. Tu enfoque es muy interesante, pues te has entregado a la perspectiva de la chica lesbiana hacia la chica lesbiana. Pero no mencionas una de las principales vigas de sostén de esta homofobia internalizada que es el enclosetamiento endémico de la comunidad lésbica. Esto sólo afirma más la otra viga de sostén de esta situación y es que no existen al menos en Latinoamérica, lesbianas que hayan proyectado a la sociedad en general y a la comunidad lésbica sus quehaceres diarios...desde ser cantantes hasta trabajadoras en maquilas, con orgullo, valentía, dedicación y excelencia. Las chicas lesbianas no cuentan con ídolos lésbicos, aunque se sabe que Golda Meir era lesbiana, y Frida bisexual, Sor Juana Inés de la Cruz,Marpia Félix, Rosana no se ha proclamado al respecto...pero lo sospechamos. Hay líderes de grupitos con intereses limitados y opiniones rigidas, pero no hay quien le llege al alma a la gran mayoría.
Yo propondría explotar la presencia lésbica a través del ejemplo de lesbianas comunes de nuestras áreas, que simplemente viven cada día haciendo lo que aman y desean, sin ocultar su identidad, menos su amor por una mujer.Y que estén dispuestas a servir de ejemplos a tanta chica lesbiana despersonalizada porque no encaja en un sistema enfermo y desnaturalizado como lo es la heterosexualidad. De esto hay tantísimo que opinar, escribir, aprender y transmitir. Te deseo todo el éxito del mundo.