lunes, junio 11, 2007

Gays tras bambalinas.


Historia de belleza, pasiones e identidades*

Marinella Miano Borruso


De géneros y etnia

La sociedad zapoteca del Istmo de Tehuantepec tiene peculiaridades que la hacen particularmente interesante para las ciencias sociales y para las personas que están interesadas en leer nuestra sociedad vía las relaciones de género. Al contrario del modelo mestizo dominante, donde los hombres permean todo el enramado de las relaciones sociales, en el istmo zapoteco los ámbitos sociales, y los poderes que les corresponden, aparecen claramente definidos según el género: casa, mercado, sistema festivo son ámbitos de acción' y predominios femeninos; campo, fábrica, representación política, producción intelectual y artística, cantinas, son ámbitos masculinos. Sin embargo, la sociedad zapoteca agrega a esta organización dicotómica otro rasgo peculiar: no parece existir estigma y marginación social del homosexual, que en zapoteco es llamado muxe.2

Al contrario, los juchitecos afirman que en su cultura hay una "completa aceptación e integración del muxe". Dice Macario Matus, escritor zapoteco : "En Juchitán la homosexualidad se toma como una gracia y una virtud que proviene de la naturaleza" .3 Al muxe, lo encontramos desempeñando funciones socialmente reconocidas y prestigiadas tanto en la familia como en los ámbitos público y comunitario, desde el sistema festivo a la reproducción de algunos elementos culturales importantes para la transmisión de identidad del grupo : ellos son los artesanos que diseñan y bordan los trajes regionales, que confeccionan y elaboran los adornos de las fiestas y los carros alegóricos para los desfiles de las Velas,' los coreógrafos que se encargan de inventar y dirigir los bailes en boga en los quince años y los aniversarios . Pueden ocupar un puesto de jerarquía tradicional como mayordomos, brujos o curanderos. Más recientemente, con el acceso a centros de estudios superiores, se han formado como profesionistas e intelectuales, ocupando también puestos de responsabilidad política . Sus actividades y funciones se despliegan, entonces, en espacios sociales y religiosos de ambos sexos. Su visibilidad y presencia se percibe como un estatus de privilegio, si lo comparamos a la mayoría de las situaciones conocidas en México. Juchitán aparece como una sociedad que se articula en tomo a tres elementos: las mujeres, los
hombres y los muxe . Si bien existe la homosexualidad femenina, la lesbiana (ngui'ú en zapoteco, o la marimacha, como le dicen con una connotación despectiva que no tiene la palabra muxe) no tiene la presencia y el estatus social del muxe. Lo que indica que no deja de ser una sociedad heterosexista aun cuando presenta una menor homofobia respecto al modelo mestizo. Otra característica interesante de la sociedad juchiteca es que su proceso de modernización, rápido y violento, desarrollado en una zona en la cual está interesado el capital trasnacional, 5 lejos de conducir a la asimilación cultural al modelo hegemónico nacional, con pérdida de la propia identidad, no ha provocado la disolución del sentido comunitario ni de la solidaridad étnica, que sigue prevaleciendo en relación al contexto nacional, incluso sobre las divisiones de clase y políticas. El uso cotidiano de la lengua materna (el 80% son bilingües, hablan zapoteco y español), la conservación y ampliación de un amplio sistema de fiestas, el catolicismo popular que se articula alrededor de los santos, la música, la vestimenta y la comida tradicionales, la organización vecinal y de oficios, las funciones del parentesco; en fin, todo un complejo cultural que podemos definir como patrimonio común de los grupos étnicos de origen mesoamericano va junto con las modificaciones y los elementos que conlleva la modernidad: la urbanización, la estratificación social, la educación, los partidos políticos, los medios masivos de comunicación, nuevos patrones de consumo, etc. Una sociedad en redefinición, ya no completamente tradicional, pero tampoco moderna al estilo nacional, en parte rural, en parte urbana, donde el ethos étnico todavía juega un
papel importante en la conformación de las identidades. Todo parece indicar, entonces, que estamos en presencia de una refuncionalización de la modernidad y de los valores universales que le son inherentes, desde la lógica de una identidad de grupo, y no contra ella o a pesar de ella. En otras palabras, los zapotecos quieren ser modernos, sin renunciar a su especificidad étnica .' Al comenzar la investigación me preguntaba, cómo se articula esta característica organización de género de la sociedad, por una parte a la reproducción de la identidad étnica, y por otra a los procesos de modernización y urbanización que está viviendo el Istmo zapoteco. Una primera aproximación fue encontrar que sobre las mujeres descansa la responsabilidad de la reproducción constante del ethos comunitario, como las prácticas ligadas al sistema festivo y al intercambio de bienes y servicios, así como la transmisión de la lengua y de la cosmovisión. Mi hipótesis es que ellas son las principales reproductoras de la vida cotidiana y de la parte "sensual' de la cultura, mientras que los hombres son los principales constructores del discurso étnico y el
elemento de enlace entre etnia y nación. En este sentido, por lo que concierne a la definición de los roles de género, la dicotomía entre ámbito doméstico y ámbito público se trasforma en una dicotomía étnico/no étnico, adentro/afuera, donde las mujeres (y, en parte, los muxes) asumen la responsabilidad de reproducir las estructuras económicas, sociales, culturales y comunitarias, mientras los hombres reproducen, a través del poder político, jurídico, administrativo y formal, las actividades productivas, mercantiles, profesionales, militares, artísticas y de negocios.

¿Qué pasa con los muxes, entonces? Y para empezar: ¿muxe? ¿Qué es esta "categoría" desconocida?. ¿Cómo viven, qué hacen, qué dicen?. Es más, ¿cómo se conforma la "muxeidad"?, ¿es verdadera y en qué consiste la integración social del muxes, cómo la ostentan los juchitecos en sus discursos?. Si es así, entonces ¿cuáles ámbitos sociales ocupan?, ¿qué tiene que ver la vida de los muxes con la etnicidad y la modernidad?. A continuación surgen otras cuestiones de orden metodológico ¿por dónde empezar?, ¿qué buscar?, ¿según cuáles parámetros?. El desenlace del thriller antropológico es la primera aproximación que presento aquí, cuyas referencias a la literatura existente son pocas, ya que todo lo que describo y sostengo en este texto es producto casi únicamente de mi observación directa y de la interpretación que he realizado a lo largo de mi convivencia con la comunidad.

La ocasión

Miro y yo llegamos a Huatulco hacia el atardecer de un sábado de finales de julio de 1995, recibidos por el perfume del mar y de las flores . Motivo del viaje era la celebración de Miss Huatulco Gay, certamen de belleza inventado, organizado y celebrado, a partir del 1993, por un mismo grupo de amigos, originarios de Juchitán, que viven en Huatulco. En la competencia
participarían las representantes de las nueve bahías de Huatulco, entre las cuales se iba a escoger una ganadora, un segundo y tercer lugar, después del tradicional" desfile en traje de baño, traje regional y vestido de gala . Todo rociado de cervezas y cumbias, ya que seguiría un gran baile popular; como entremés e intermedio, un show travesti, es decir la interpretación en play back de parte de una vestida, Rocío, de las canciones de Rocío Dúrcal y Marta Sánchez. Como premio: una cantidad de dinero a cada ganadora, pero sobre todo el reconocimiento público de su feminidad. Miro, el estilista más, cotizado entre las mujeres de la alta sociedad de Juchitán (y de unas cuantas de la baja) no participaría en el certamen pero sí en la fiesta, en calidad de "embajadora" de Juchitán. Llegamos directo a casa de los organizadores: Pancho, Rocío y Luis, alias la Teca. Pancho es originario de Veracruz, de una edad indefinida entre los veinticinco y cuarenta años, guapo, un poco afeminado en los movimientos, amable, tiene un negocio de estilista en la zona hotelera, arreglado con un estilo entre el pop y el punk, fruto de sus fantasías.
Rocío es una vestida de 17 años, muy bonita, muy femenina en su forma de ser, que aparenta mucha más experiencia de la que le darían sus años. Luis es un hombre alrededor de los cuarentas, "macho" o menos, con una boca sensual, inteligente, ocurrente y cantinflesco en su forma de hablar, en perenne búsqueda de trabajo que "afortunadamente" nunca aparece, aparte de cuando se trata de poner un bar para gays que, a pesar de la afluencia de clientes, no tuvo éxito comercial.

La llegada de Miro fue aplaudida y celebrada por los que estaban en la casa, Pancho, Rocío y Manuela, jovencito/a belleza participante. Miro, emocionado y febril, anunció que se vestiría para la ocasión. Mi llegada no era ni anunciada ni esperada; había visto a Pancho y a Luis en una sola ocasión, años atrás, y conocido a Rocío unas semanas antes cuando presentó su show en una discoteca de Juchitán. Me recibieron muy atentos, a pesar de estar en una actividad frenética.
A partir de ese momento me encuentro instalada en la total "putería" y "jotería", entre "locas" y "perras" para los amigos, pero gay para el mundo, instalada en el juego de las locas ; nada me parece más divertido, estimulante y sensual.

El rito

Después de una media hora, cuyos sucesos no podría describir por ser muchos y muy rápidos, inició el rito de la transformación de los hombres en mujeres: el maquillaje, la preparación y la estética del cuerpo y de los movimientos . Pancho, quien en este momento decidió participar en el show, y Rocío tenían que convertirse en lo más parecido a los personajes de la farándula a quienes iban a interpretar. Entonces descubrí que esto implica toda una parafernalia de objetos, trucos, tiempos, angustias y tensiones: el tinte de los cabellos, los que lo necesitan; una ducha
larga, larguísima, para depilarse cuidadosamente; la maquillada minuciosa de más de dos horas; el planchado y el zurcido de última hora ; un ir y venir de bilet, cremas, polvos, pinceles, plumas, correctores de ojos, rubores, chismes, cerveza y cigarrillos de marihuana. Pancho, estilista de profesión, derrama a cada cual sugerencias oportunas: "mana, ponte la sombra de aquí para allá, para alargar tu cara", "ponte blanco para agrandar tus ojos", "delinea los labios con esto, así la boca se te ve más sensual", "Ay perra, flacas se ven tus caderas, ¡mira! Ponte algo, ¡ni gracia
contigo!" Y ahí van las locas, engordando nalgas y piernas con "trucos" de hule espuma moldeado. Sin embargo, para hacer piernas pueden bastar dos o tres pantimedias gruesas, de aquellas brillositas que aprietan. También los pechos son de hule espuma, ya confeccionados con todo y pezón. Pero si falta, un brassiere acolchonado y con un grumo de trapos o un calcetín en las copas puede triunfalmente ilusionar; para rematar y resaltar la separación de los senos: dos pinceladas de fard oscuro en el escote. Lo más gracioso es el truco para respingar la nariz. Existen unos aparatos específicos pero nunca los he visto; sin embargo, a falta de estas 'sofisticaciones' capitalistas y urbanas, el palillo de la paleta "tutsy pop" resuelve el problema. Se corta a la medida del dedo pulgar, se dobla una extremidad, se pinta de negro con el lápiz y se introduce en la nariz. Aparte están las pelucas, que se peinan cuidadosamente y se arreglan a última hora, en el camerino, antes de salir al escenario. Lo que más me intrigaba era saber cómo
le hacían para desaparecer el pene, ya que con sus apretadísimos trajes de baño no se veía ni un bultito huini (chico) ahí donde uno espera que haya. En esta ocasión mi curiosidad no fue satisfecha pero después me explicaron que se "montan" los testículos hacia abajo entre las piernas y ahí mismo se coloca el pene, al que se empuja hacia atrás entre las nalgas. Esta
operación hace que el vientre se suma todavía más y, consecuentemente, se realcen las nalgas.

El teatro

Tras bambalinas, el show ha empezado ya desde hace rato . A medida que el maquillaje transforma los rasgos, y todavía antes, la gestualidad y los movimientos del cuerpo van cambiando. Las locas prueban los movimientos más agraciados, más supuestamente femeninos o que ponen de relieve alguna parte del cuerpo, sobre todo el busto, las nalgas y las piernas, es decir, las partes que atraen la mirada masculina ; pero también -y mucho- la boca y los ojos, más bien la mirada, la mirada coqueta, la mirada fatal, la ingenua y la perversa. Las funciones del "tutsy pop" no acaban con lo de la nariz . También lo van chupando para que se hundan la mejillas, mientras se lanzan miradas inocentemente fatales y la boca trompuda chupa, simbólicamente, la "flor" del hombre. Tras bambalinas empieza el derroche y el juego de la sensualidad. Cuatro horas más tarde, acabado el maquillaje y el planchado de vestidos, Pancho, Rocío y Manuela se van en un torbellino de encajes, tules, organzas, bolsas de plástico, pelucas, humores y olores. Me quedo en la casa con Miro, siempre nervioso, ensartando medias sobre medias y por fin una pegadísima malla verde esmeralda con todas sus lentejuelas doradas, un cinturón negro apretado para acentuar la cintura y dios dioos, ¡qué nalgas!. Completa el atuendo el peinado que, bajo mi irresponsable sugerencia, es un mechón de rizos amarrado a un lado de la frente para que caiga en una ola agresiva y coqueta, escondiéndole un ojo. Todo esto montado sobre un par de tacones dorados de 12 cm. Partimos hacia el salón.

Nosotros las, los/as otros/as

Su entrada fue sensacional, de cachet. Este tronco de mujer se deslizaba como una pantera entre
mesas-manos-besos-albures-insultos-ofrecimientos- sarcasmos-deseos, cruzando el salón de cabo a rabo en un triunfo de exhibicionismo. Atrás del escenario, las concursantes, entre las cuales estaba Manuela, alistaban los últimos detalles de su presentación. Vi una gran agitación en un espacio demasiado angosto para poder siquiera acercarme: vestidos y pelucas que volaban de un lado a otro; Pancho y Rocío regañaban a todo el mundo y más a Manuela, a quien traían cortita desde la casa ; una loca, semicubierta con el puro corsé y tanga, corría histérica de un lado a otro, gritando algo contra alguien, sin parar por eso de arreglarse cara, peinado y uñas . Circulaba una minifauna de amigas y simpatizantes: un gay feísimo moreno-negro, con otro chaparrito igual de feo, pero blanco; algunas locas ensayaban la caminata y una de ellas, una flaquita muy blanquita, planchada su nalga, caminaba como borreguito a medio morir, regañada por las demás . Las concursantes eran todas jovencitas, también se notaba que venían de diferentes partes de la república, compartiendo todas ellas el mismo origen humilde . Una mirada crítica, aunque superficial, revela rápidamente que en su vida cotidiana eran meseras, empleadas de la zona hotelera, aprendices, chalanes, etc. El salón ya estaba lleno. Después del certamen y del show empezaba el baile popular, igual a muchos otros que se organizan en la región con motivo de cualquier cosa . El público estaba conformado por empleados, obreros, chalanes, lancheros (grupo relativamente numeroso, escandaloso y "muy grosero", decía Rocío), maestros, turistas, músicos y pintores, el juez y su esposa, y por una heterogénea mezcla de variedades sexuales andando : machos, hembras, bugas, mayates, chichifos, locas, gays, travestis, varones heterosexuales y no tanto, joteros y joteras.8

Por supuesto, presenciaban el evento todos los amigos de los organizadores La mayor parte de ellos vivía en Huatulco, pero muchos venían de visita de Juchitán y otros pueblos del Istmo . Reconocí varias caras familiares . Miro mantenía su vientre muy adentro con gran esfuerzo en el intento de pegar la barriga a los riñones. Sin embargo, de repente se le aflojaba un poco, a causa de la inflamación crónica provocada por tanta cerveza que toma. Su caminata de modelo, aquella
de un pie que se adelanta cruzando al otro, corría riesgo de fracasar en una espectacular caída. Pero pudo más la vanidad, el orgullo, el placer de ser admirado, la exhibición y el desafío de tanta
diversidad, el deseo del hombre o -como dirían las locas- "la putería, pues" : pudo más todo esto que las leyes de la física . En un afloje de barriga, un lanchero lo insultó con palabras agresivas y
sarcásticas, algo hiriente relativo a su cuerpo, y "ella" le contestó al chass, ahí te va, dejando al
sujeto "pendejo", dirían las locas, y sin argumentos. La agresión no era a su persona, sino a la sofisticada imagen de mujer que había sacado de sí misma y construido para lo demás y esto, sí, hiere y no se puede permitir. Cuando se abrió el baile, después del certamen, Miro fue acaparada por un señor cuarentón, muy apuesto y varonil, que aparentaba no dar crédito de tener entre sus brazos tal mujerzota. No la soltó durante muy largo rato.

El certamen, el espectáculo

Anunciadas por ritmos de cumbia y por tambores, salen las bellezas al escenario, en traje de baño. Por un "error" de montaje las luces daban hacia el público, así que de "ellas" no se veía la cara sino la pura silueta, pecho, nalgas, piernas, resaltando sobre todo la manera de caminar. Unas caminaban rígidas, otras sin gracia, otras con exagerada ondulación de la cadera, otra seguía paseando como borreguito a medio morir. Como ya sospechaba, Manuela se llevó los
aplausos de todos por su caminata femenina, muy profesional, tipo modelo . Desde ahí se supo quien iba a ser la ganadora. Salen las locas y en un triunfo de luces, música, olanes y lentejuelas entra al escenario Marta Sánchez . ¡Gauu! Tronco de mujer envuelta en un ajustadísimo vestido blanco que terminaba en unos esponjosos olanes, ¡tremenda melena dorada!. No reconocí a Pancho. Interpretó dos canciones en medio del entusiasmo general, imitando a la perfección cada
gesto de la vedette, tal como se ve en el "canal de las estrellas". Enseguida anuncian el desfile en traje regional. Aparecen las locas vestidas de veracruzana, tehuana, chinanteca, una de ellas lleva un traje espectacular con un enorme penacho hecho de hojas de maíz y plumas que la enmarcaba de pies a cabeza, como la Virgen de Guadalupe. Decían que era el traje de los huatulqueños. Aplausos, entusiasmo y anuncio de la aparición de la estrella de las estrellas: Rocío Dúrcal. Triunfal interpretación de nuestra muy profesional Rocío. En seguida, último desfile en vestido de noche : profusión de velos, tafetas, escotes y piernas . Ahí también la que se llevó la palma fue Manuela, que caminaba con la mayor gracia, la cabeza levantada, el busto erguido, las nalgas
paradas, el vientre sumido, el meneadito de la cadera como alguien acostumbrada al escenario. Fue la ganadora, como esperábamos, después del minucioso y brusco entrenamiento de nuestros amigos. Luego empezó el baile. Me retiré sin bailar ni una cumbia, extenuada por emociones, ideas y sorpresas. Este evento representa el punto de partida de mi investigación de campo y el inicio de mi vida en el mundo (hasta ahora) exótico y sensual de los gays zapotecos. A partir de aquí empecé a localizar con mayor precisión temáticas y problemáticas a trabajar, vetas de investigación, ideas e intuiciones que trataré de exponer.

Ellos los muxes, nosotros los gays, todas somos locas

El mundo gay de Juchitán está poblado de locas, perras, reinas, vestidas, chicas, jotos, putos,
travestis, gays tapados o de clóset, homosexuales, mayates, muxes, mampos, chichifos, bugas, machos, machines y otros personajes que todavía desconozco. Son nombres que no puedo llenar de significados definidos, ya que el mundo de los gays no se presta a las clasificaciones rígidas con que la cultura heterosexual quiere encasillar las diferentes formas de "transgresión" sexual . Sin embargo, podemos dar unas definiciones mínimas para crear un corpus de categorías que nos permita navegar con más inteligencia en este enredo conceptual y terminológico. En términos generales, y para complacer a los amantes de la clasificación, la palabra homosexual, de origen médico, define a una persona que tiene preferencia sexual y emotiva hacia una persona de su mismo sexo. Gay, en la sociedad occidental, es el homosexual que asume públicamente su sexualidad y es consciente de pertenecer a una minoría satanizada, marginada o despreciada. Travesti es el individuo cuyo comportamiento sexual "implica el uso de vestidos y accesorios que su grupo sociocultural considera que le son sexo-genéricamente atípicos, es decir característicos del otro sexo-género" .' En general el travesti, al contrario del transexual, no reniega de sus órganos sexuales masculinos ni desea operarse, aunque puede tomar hormonas para acentuar su aspecto femenino. Pintada le dice al homosexual que se viste de hombre pero se maquilla como una mujer. Mayate, en esta zona, es un varón que se autopercibe y es socialmente percibido
como heterosexual, ya que puede tener novia o esposa, pero tiene relaciones con personas de su mismo sexo por placer o por obtener algún favor. Chichifo es un nombre despectivo para denominar al muchacho todavía indefinido en sus preferencias sexuales, que vive a costa de un homosexual de mayor edad que le da dinero a cambio de sus favores . Machín es el "cabrón", el
hombre varonil, fuerte, dominante, agresivo, que le entra al alcohol, a las drogas, a las bandas. Buga es el nombre que le dan los gays a los heterosexuales. La diferencia entre vestida y travesti podría ser que la vestida se viste diariamente de mujer, asumiendo integralmente una identidad femenina, mientras el otro se viste de mujer ocasionalmente, por trabajo o por gusto. Entre vestida y transexual la diferencia es que el transexual quiere cambiar su cuerpo, deshacerse completamente de los órganos masculinos, la vestida no. En general la gente del pueblo llama muxe o mampo11 a cualquier tipo de homosexual, sin que el término en sí tenga alguna connotación valorativa. También es muy usada la palabra "puto" que, contrariamente a lo que sucede en otras zonas de la república, en el Istmo tiene un sentido puramente descriptivo ; sin embargo, también puede ser usada despectivamente, según el caso, el contexto y el sexo de quien la usa . Una señora le dijo a Rocío: "Eres un putito muy bonito, ¿de quién eres hijo?" "De na'
Flavia, tía". Es más frecuente escuchar a un hombre usar esta palabra en términos ofensivos o de burla, ya sea dirigida a otro varón heterosexual, ya sea a un homosexual. En español, las palabras más usadas son loca y gay. Los que forman parte de familias acomodadas o de la élite social, por nacimiento o incorporación, prefieren autonombrarse gay u homosexual, para diferenciarse de las locas de origen popular y afirmar un estilo de vida que supone una autoconciencia más elaborada y un estatus social más elevado. Rocío, que a raíz de su actividad política ha logrado entrar en los círculos de la "societé", por ejemplo, rechaza denominarse muxe, aunque hable perfectamente el zapoteco y su familia materna sea de la séptima sección, barrio muy popular donde hay mayor
presencia de vestidas . En el lenguaje interpersonal, sin distinción de clase, "todas somos locas". Sin embargo, éstas son referencias demasiado generales ya que el nombrar y el nombrarse tienen que ver con una identidad -personal o de grupo- que, por características intrínsecas, es cambiante e instrumental: varía, se modifica y multiplica según el interlocutor, el momento, el contexto y el juego de las imágenes identitarias que se establece entre los individuos y/o grupos.` En la parte interpretativa y analítica de este trabajo usaré la palabra gay o muxe, mientras que en la parte etnográfica los términos empleados reflejan la ambigüedad terminológica general y dejo a la fantasía del lector la elección de cada connotación.

El microcosmos de las identidades

En lo que concierne a la génesis y construcción de las identidades sexogenéricas, es posible definir algunas diferencias básicas, que se fundamentan en la diversidad de autopercepciones y de pertenencias socioculturales. Al nivel de autopercepción, una división primaria y grosso modo se da entre los que afirman sentirse "como una mujer" y se visten y comportan como tal -cultivando cotidianamente una imagen de mujer- y los que, al contrario, se asumen como hombres con preferencia sexual y emotiva hacia otro hombre . Al interior de esta polaridad existe toda una amplia gama de posiciones intermedias y cruzadas . Rocío es el ejemplo límite del primer tipo rayando con la transexualidad ; "ella" se siente "mujer atrapada en un cuerpo de hombre", su ideal es aparecer como "toda una dama" ; su cuerpo, su gestualidad, su forma de hablar y relacionarse con los demás, su sensibilidad son tan espontáneamente femeninas, sin ser exageradas, que resulta natural para los demás considerarla toda una mujer . Ella se siente, además, "teca", mujer juchiteca. Cuando no usa atuendos femeninos de gusto occidental, trae huipil y rabona. De sí misma habla exclusivamente en femenino y usa nombre femenino siempre. Vera, Juana,
Isabel, Maira, Gabriel, Talía, Felina, Teo y muchos otros, todos jóvenes que no pasan de los 28 años, a diario se visten y pintan como mujeres. Usan vestidos femeninos de tipo mestizo o atuendos de tipo unisex, como camiseta y bermudas, luciendo una larga cabellera y algo de maquillaje. Pero en las fiestas tradicionales, como las Velas, bodas o quince años, pueden lucir el traje regional. Usan nombres femeninos, ya sea inventados, ya sea su propio nombre en femenino. Sin embargo, también pueden usar al mismo tiempo su nombre masculino. Por el contrario, Armerio se viste de enagua en su casa y con pantalón y camisa fuera de ella; en público siempre trata de estar bien maquillado; usa nombre masculino, si bien lo conocen también por su apodo femenino . Hay también muxes, asumidos y conocidos por la comunidad como tales, que están casados con mujeres con las cuales viven y tienen hijos, como la famosa María Victoria que vendía tanguyú 13 en el mercado y tenía también a su querido, conocido y aceptado por el entorno social ; "él" fue vestida en su juventud ; más tarde, hacia los treinta años, se casó y se vistió de hombre, pero "siempre traía una flor en los cabellos, como todas las mujeres del mercado" . Hay gays declarados que no se sienten ni se visten como mujer, pero sí lo hacen en la intimidad o en algunas ocasiones especiales, y andan jugando sabroso con roles e identidades. Tampoco es raro ver púberes muy afeminados reconocidos socialmente como muxes. Y estoy segura de que las posibilidades existentes no se agotan con estos ejemplos. En términos de identidad sexo-genérica, entonces, los límites entre un tipo y otro son bastante movedizos y ambiguos . Las expresiones verbales revelan constantemente esta ambigüedad, ya que por lo general hay un ir y venir en el habla de un sí mismo, masculino y femenino a la vez ; también las conductas pueden oscilar entre la actitud masculina y la femenina, según el interlocutor al que se dirigen, la situación, lo que se quiera expresar en el momento. Por ejemplo, Miro, cuando se viste, es la personificación de la feminidad y de la coquetería y cuando está trabajando o pasando un rato de relax con sus amigos no es ni siquiera afeminado. Sin embargo, no vacila en agarrarse a golpes con lujo de agresividad y violencia masculina con "aquel cabrón que me insultó, me miró feo". En una fiesta donde exhibía un "modelito" tipo Christian Dior, un maquillaje estilo "tigresa" y un abanico de seda, lo vi partir como toro furioso a golpear a un "cabrón que agredió a Camila, la loquita, mi amiga". Estos rounds casi siempre lo dejan con mala cara, pero no desincentivan su agresividad. Con la misma naturalidad, vestida de mujer o de hombre, seduce a "los chamacos", derramando sensualidad y miradas que encienden la fantasía de visiones y esperanzas de noches inolvidables. La característica común parece ser un estado de constante performance de género,14 el juego entre el ser y no ser, la instrumentalidad de una identidad ambigua y lúdica que les permite pasar con gran naturalidad de un rol a otro según lo requiera la circunstancia y el deseo personal. La otra diferenciación, igualmente somera y grosso modo, tiene que ver con la estratificación social que coincide con una separación de espacios territoriales y sociales. Gran parte de la población gay de Juchitán se concentra "abajo", en los barrios periféricos al sur de la ciudad, es decir, en la séptima y quinta sección, y en Cheguigo. Los gays que viven aquí son cantineros, cocineros -de comida y dulces tradicionales-, pequeños comerciantes, bordadores, curanderos, costureros, sirvientes, peluqueros, artesanos, trabajadores sexuales. Aunque en número reducido, también hay maestros y estudiantes de carreras universitarias, como Felipa que estudia ciencias de la comunicación o Raúl que estudia leyes en Oaxaca . Como estudiantes ciertamente no se visten de mujer, "aunque me gustaría ser más libre y vestirme como me da la gana, pero sé que no lo puedo hacer en Oaxaca, perjudicaría mi carrera", me dijo Raúl. "Arriba", del centro al norte del pueblo, es decir en zonas socialmente prestigiadas, los gays son profesionistas, artistas, estilistas, empleados 'en instituciones públicas, comerciantes, gente muy bien integrada en los círculos sociales y culturales de la ciudad . Han vivido parte de su vida fuera de la comunidad, a veces en el extranjero. Varios hablan zapoteco, muchos solamente lo entienden, otros ni lo hablan ni investigación sobre sexualidad en México lo entienden; sin embargo, todos son partícipes de la costumbre y de un mismo estilo de vida . En esta zona y en este ambiente no hay vestidas, no son bien vistas, aunque hay algunos gays que acostumbran travestirse en ocasiones especiales, como Miro, por ejemplo . Lo que me parece muy indicativo de esta relación hombre-poder es que en los estratos hegemónicos la imagen gay dominante es masculina, aun siendo una sociedad donde las mujeres tienen poder social. Las diferencias sociales descritas no se refieren a una marginación marcada o a guetos territoriales. En la vida cotidiana todos participan en todo, los gays y la gente de arriba tienen familiares y amigos en los barrios de abajo, y en ocasiones (ceremoniales o de diversión) los frecuentan participan de sus fiestas . Las vestidas de abajo circulan libremente por el centro, participan en las velas mayores y la vida política y, si las invitan, van a las fiestas de sus parientes ricos . Sin embargo, a pesar de esta tendencial integración sociocultural (a nivel macro), existen también -y empiezan a hacerse más evidentes- formas de marginación y agresión social hacia los gays ya que todos, ricos y pobres, en grados y formas diferentes son partícipes de un mismo sistema, el nacional mestizo y occidental, hegemonizado por una cultura heterosexual, que no concibe opciones alternativas a un orden binario de la organización social de género. En este trabajo haré referencia principalmente a los muxes de estratos populares, para evidenciar un modelo étnico que en estratos sociales más altos resulta menos claro o más confuso y/o sincretizado con otros modelos de origen nacional e internacional.

Los, las, lis, les....

En Juchitán encontramos que la homosexualidad se da sobre todo como travestismo, con un notable incremento de vestidas en las nuevas generaciones, de los quince a los treinta años, de estrato popular. Tampoco he encontrado transexuales definidos u operados, pués las vestidas todavía no se preocupan por eso, ya sea porque el costo de la operación es inalcanzable, ya
sea porque existe la idea de que la operación puede provocar muerte o locura. El fenómeno de andar vestida es de reciente formación. Los muxes que tienen entre cuarenta y cincuenta años me dicen que en su juventud había en el pueblo solamente cuatro travestis, como la finada María Victoria, ya que "por respeto a la familia, no se exageraba tanto como ahora", aunque todos se vestían en algunas ocasiones especiales, como reuniones o "pachangas" que organizaban y que no tenían un carácter tan espectacular como actualmente. En aquel entonces le decían "el baile de las exóticas" y eran espectáculos casi privados.

La costumbre de travestirse y de hacer show trasvesti, de moda en los años sesenta en el bar Galary de Acapulco, fue introducida en Juchitán en los setenta, en el Baile de las Intrépidas, la Vela propia de los gays en Juchitán y de la cual hablaré en otro apartado. Desde entonces, las locas de nuevo cuño de origen popular empezaron a adoptar este estilo en su vida cotidiana . El aumento de travestis en las nuevas generaciones gays se debe a varias causas. Por una parte, es una innovación introducida por los mismos muxes, que imitan modelos nacionales e internacionales, por influencia de los medios de comunicación. El canal de Televisa, el único que llega nítidamente a cualquier rincón del país, difunde constantemente los modelos y valores que la cultura mestiza dominante considera como los ideales de la femineidad universal: mujeres glamorosas, seductoras, deseables y exitosas del mundo de la farándula con quienes las locas se pueden identificar a partir de una -aunque leve- semejanza en los rasgos físicos. A escala mundial este medio ofrece modelos gays de gran éxito: Juan Gabriel, David Bowie, Michael Jackson, lo
que confirma que la "gaytud" es viable y no necesariamente un obstáculo para la afirmación personal. La participación en el certamen no representa solamente para aquellas locas un rito de
pasaje, del clóset a la calle, del ámbito privado al público, sino también la esperanza de salir del
anonimato social, ser "alguien", ser un personaje, aunque sea el doble de alguien verdaderamente famosa. La convivencia con las locas de Juchitán y la necesidad de entender su "lenguaje" me han obligado a ser una activa televidente del "canal de las estrellas". Me llama la atención la apariencia
andrógina o tendencialmente unisex de los jóvenes artistas, la obsesiva persecución del ideal de "eterna juventud" de los cuerpos o, más bien, la estereotipación "en masculino" del cuerpo de la mujer, alimentada en el nivel mundial por las industrias de la diversión, de los productos dietéticos, del aeróbic, del modelaje, del video clip. La difusión del modelo anglosajón de belleza, que se va afirmando actualmente gracias a los dueños -gays- de la moda internacional, o de los cuerpos supervitaminados y esculpidos en moldes de la juventud californiana -aquellos de la serie Guardianes de la Bahía, también en boga- ha ido disminuyendo la diferencia entre las
formas de los cuerpos femeninos y masculinos. Más bien se está imponiendo un modelo andrógino como ideal de belleza. Esto facilita la identificación del travesti con este modelo, presentado como arquetipo de la belleza femenina universal . También llama la atención cómo la homosexualidad se ha convertido en un tema de gran actualidad en programas de difusión continental como el Show de Cristina, por ejemplo, o Shanik o El y Ella, y también en el cine . Es decir, se asiste a lo que Mieli definía como la "liberación de la homosexualidad" en los medios, que es en primer lugar "mercantilización" de la homosexualidad en la industria de la moda y de la diversión. Por otra parte, ser mujer en esta sociedad donde las mujeres son bienes valorados permite la ilusión de ocupar un lugar de similar prestigio. Además, he observado que las vestidas de mayor edad o las que desde muy jóvenes se visten de mujer, ejercen cierta presión sobre los
gays más jóvenes para estimular su travestismo, presión por otra parte compatible con la espontánea actitud de imitación de éstos en relación con los adultos .

Por cierto, no faltan motivos más utilitarios para vestirse: la necesidad de dinero para la
supervivencia propia y de la familia, para mantener al mayate que brinda cierta protección y un simulacro de afecto, o para conseguir un bilé, una falda o algo de diversión, y muchas veces simplemente el gusto, al desafío y la fascinación de la transgresión, empuja a las locas hacia la prostitución ocasional o temporal, como complemento de otra actividad. Una figura femenina es "naturalmente" más atractiva para la mirada del hombre. El fin de semana, y también algunos jueves, unas dicen : "vamos a vender" y parten en bola hacia el centro, "provocando a los hombres con el cuerpo", mientras se apiñan los muchachos bajo la frescura de los árboles, en las esquinas y andadores del parque . Es una situación profundamente diferente a la que se vive en la ciudad de México. En Juchitán el andar vestida no es un fenómeno ligado esencialmente a la prostitución, ya que no existe una marginación social que les impida otra salida; todos los gays tienen posibilidad de tener un trabajo o un oficio digno y valorado por la sociedad. Los travestis que prestan servicio como trabajadoras sexuales, en las cantinas y en el crucero, representan, hasta
ahora, un número exiguo con respecto a la población gay total.16

Finalmente, lo que pude observar y aprender de las historias de vida, es que no se puede andar vestida toda la vida (aunque siempre se muere loca). Llega un momento en que el cuerpo ya no tiene la flexibilidad necesaria ni la energía suficiente para realizar diariamente todo el rito de transformación. Miro, que tiene treinta años y es, vox populi, guapérrimo, me decía que se sentía sobremanera nervioso, ya que hacía mucho tiempo que no se vestía de "chica", como solía hacerlo diariamente entre los dieciocho y ventitantos años y que ésta era la última vez que lo hacía (por cierto no mantuvo la promesa). Le daba miedo no poder cumplir con el papel ante la mirada de los hombres. La misma Rocío, que tiene dieciocho años, sabe que su vida artística es relativamente corta y ya está buscando alternativas para el futuro . Pancho, que rebasa los treinta años, se vistió para el espectáculo ; sin embargo, en el baile participó en short y sin maquillaje . Inclusive, en su forma de vestir diaria, él acentúa los rasgos masculinos de su cuerpo, se pone pantalón y chaleco de cuero negro que deja ver los vellos de su pecho, exhibe un estilo varonil- agresivo tipo Lorenzo Lamas en la serie El renegado (pero mucho mejor, en mi opinión) . Hay ocasiones en que los gays de una edad que rebasa abundantemente los cuarenta se visten como en las fiestas o el certamen descrito. Entonces sacan a relucir la ilusión de los encantos de antaño con tremendo trabajo por un rato. Uno de los socios ancianos de la Vela de las Intrépidas luce cada año de tres a cuatro modelos diferentes, claramente costosísimos, durante los dos días que dura la fiesta; sin embargo siempre acaba la pachanga poniéndose el pantalón y la camisa y quitándose el maquillaje.

Familia: historia de complicidades y rechazos

En una familia tradicional un hijo muxe es bien apreciado porque se considera que -dice Macario Matus- "tiene la mente de un hombre y los sentimientos y la laboriosidad de una mujer". 17 El hijo muxe resuelve muchas cosas en la vida cotidiana de una familia: puesto que en la mayoría de los casos las madres y las hermanas mayores trabajan fuera del hogar, será él quien se ocupará de cuidar de los hijos más pequeños y de los ancianos, limpiar la casa y el patio, dar de comer a los animales, cocinar para la familia. Tienen fama de buenos trabajadores; igual que las madres
aportan sus ganancias para el sustento de la familia. Sobre todo, se aprecia que el hijo muxe nunca abandona a los padres en los momentos más difíciles de la vida: la vejez y las enfermedades."' Gema mantiene con su trabajo de costurera-estilista-coreógrafa-decoradora
a toda la familia, compuesta de la madre, una hermana adolescente y dos hermanitos todavía niño. Feliciano se aleja de su madre, que vive sola -ya que el marido trabaja en otra ciudad- exclusivamente cuando va a presentar su espectáculo en otra localidad. Lo que gana es destinado en gran parte a las necesidades de la casa y otra parte la invierte en el vestuario y las parafernalias necesarias a su trabajo. Los hijos heterosexuales, tanto el varón como la mujer, se casan y van a formar otro núcleo familiar que necesita de cuidados. El hijo muxe se queda, incluso cuando se junta por temporadas con un compañero. Los casos de parejas gays o de parejas formadas por un gay y una mujer no representan la norma, son solamente ejemplos de la configuración de posibilidades presentes en la comunidad. Si el muxe-gay es el primer hijo o uno de los mayores, será él quien cuide de sus hermanos menores. Los ayudará para que tengan una buena educación, para que se casen bien. Un amigo gay, muy famoso en Juchitán porque es muy rico y activo políticamente y por representar el arquetipo étnico de muxe, dedica la fortuna que ha acumulado con el comercio al bienestar de su familia: ha costeado los estudios de sus dos hermanas; cuando se casaron, pagó sus bodas y regaló a cada una de ellas una casa, el
ajuar y varias joyas. Para su mamá todo lo mejor: los huipiles, las telas más elegantes, las joyas de oro más suntuosas: "la tengo como una reina, todo es para ella porque es la única reina de mi corazón". Igual cuida de sus sobrinos, que no les falte nada, que vayan a una buena escuela, que vistan bien, que les llegue su buen regalo el día del santo, cumple con la costumbre y como anfitrión es espléndido. Para rematar, adoptó como legítimo al hijo de una pariente cercana. He conocido otros gays adultos que desean adoptar a un niño como una forma para asegurase
compañía y cuidado en la vejez, y en general cuando todavía está viva la madre que lo ayudará a cuidar del bebé. También una vestida muy joven de la séptima sección, María, ha adoptado una niña, como para completar la imagen femenina que luce. Para una madre, entonces, tener un hijo gay con el que se lleva bien representa tanto seguridad económica como apoyo moral. Es muy frecuente que las señoras se queden solas en su edad madura, ya sea por quedar viudas, 19
ya sea porque los maridos se van con una mujer más joven o porque -frecuentemente- la misma mujer, en cuanto han crecido sus hijos, decide separarse de su marido, quien a veces, además de hijos, no ha dejado mucho en el hogar. El hijo gay entonces viene a llenar el vacío de afectividad y atención dejado por un marido ausente y por los otros hijos que se han ido casando. En el interior de la familia, los grandes lazos de solidaridad y complicidad se establecen esencialmente con la mamá y el componente femenino: la abuela, alguna tía, la hermana. Si bien un padre no se regocija de tener un hijo muxe, por lo general, mamá alcahueteando, lo acepta, aunque también he encontrado casos en los cuales ambos padres rechazan la condición de su hijo, y no solamente en las nuevas generaciones. También entre muxes ya maduros he encontrado varios casos de rechazo del hijo homosexual de parte del padre, lo que deja indicios de que también hay contradicciones en lo que se considera "tradicional aceptación del muxe en la familia". Muchos muxes han alcanzado, a través de su trabajo y/o sus redes de relaciones sociales, con viveza y
habilidad, un buen nivel económico y reconocimiento social. Así que el gay-muxe anciano que ha cumplido con una serie de valores de la comunidad, que, como las mujeres, ha trabajado, ha hecho su casa y comprado sus oros, ha cumplido con la costumbre, se ha preocupado para que su familia saliera adelante, etc. entra en otra fase del ciclo de vida, adquiere aquel prestigio y poder del que gozan las mujeres adultas con una trayectoria de vida conforme a las expectativas de la cultura. Con el tiempo y el cumplimiento de una vida. Considerada éticamente correcta, puede llegar a ser el elemento unificador de la familia extensa y, a la muerte de la abuela y de la
madre, heredar la autoridad moral y el prestigio de ambas. En el caso de Armerio, cuya madre ha muerto, es él quien vela y tiene autoridad sobre sus hermanas y sobrinos, y no el padre, quien todavía vive. He visto que primas y primos más jóvenes, incluso tías se dirigen a él para resolver algún problema familiar o pedirle ayuda y apoyo. Esta posibilidad de las mujeres de prolongar su existencia después de la muerte a través del hijo gay, no sólo en el recuerdo sino además en la práctica social, de transmitir todo el patrimonio de saberes y esfuerzos, todo lo que construyó en la familia, el sentido moral y el ethos familiar, su poder y prestigio, me parece genial y expresa lo que Signorelli denomina como "pragmatismo de las mujeres", es decir una concepción de la vida
basada en la concreción de la ética.` Sin embargo este modelo de "armonía" familiar con relación a los hijos gay-muxe se encuentra actualmente en franca crisis. Sobre todo las vestidas encuentran una fuerte oposición y rechazo de parte de los hombres de la casa: padres y hermanos. En muchos casos el rechazo se manifiesta con violencia, golpes e incluso con el
alejamiento temporal o definitivo del núcleo familiar. En las pláticas que he tenido con un nutrido grupo de locas, uno de los problemas que más aquejaba a gran parte de ellas era precisamente la mala relación con el componente masculino de la familia . La mayor queja es que los padres y hermanos no aceptan que ellas se vistan de mujer y salgan de esta forma a la calle. otras familias simplemente no aceptan al hijo gay, como el caso de Miro.

En las familias acomodadas molesta también lo amanerado y frecuentemente no hay una verbalización de la situación: los hijos no comentan su situación con los padres ni éstos lo hacen con sus hijos. Muchas veces he preguntado a unos amigos gays evidentísimos: "¿tu padre sabe que eres gay?" "Me imagino que sí, nunca lo hemos hablado" me contestan. Manuela tenía el
mismo problema, por eso se había ido a vivir a Huatulco con un tío más tolerante . Así que también encontramos situaciones de clóset, por lo menos al nivel de modales y comportamientos exteriores ya que -como admiten los mismos juchitecos, en los raros momentos de sincera autoironía- "en el pueblo todo se sabe y si no lo inventamos" .

Creo que el rechazo al hijo travesti tiene varias causas. Por un lado, actualmente la poderosa
ideología hegemónica nacional hace que, en el sentido común, homosexualidad, travestismo y prostitución ocupen un mismo lugar, frecuentemente asociado al sida, tanto a causa de la ignorancia general sobre estas temáticas como por valoraciones morales. Por el otro, la mayoría de las locas son jóvenes cuyas edades varían desde los doce a los veinticinco años, es decir, la edad de máxima exuberancia sexual natural. No es de extrañar entonces la tendencia) "promiscuidad" sexual de las locas, la cual, acompañada por una difundida bisexualidad de los
machos de la comunidad, hace que los padres y hermanos siempre estén en peligro de que el compadre, el amigo o el vecino le "falte el respeto" a su hijo/a y/o hermano/a, con evidentes repercusiones sobre el honor personal y familiar. El padre de Rocío me comentó: "Si alguien le falta el respeto o la agrede en la calle, yo como su padre debo intervenir porque él es mi hijo
y lo que le hacen a él lo hacen a la familia". Por otra parte, queda vigente a nivel social una doble
moral que, por un lado no acepta y condena la "promiscuidad" de los gays, y por otro justifica y
fomenta la promiscuidad de los hombres heterosexuales, pues en este caso es signo de verdadera masculinidad y hombría. Otro grave problema en las relaciones con los padres es el tipo de vida y la potencial rebeldía de las locas. Precisamente por ser "locas" fuera de lo normal son tendencialmente reacias a cualquier imposición y regla establecida, tienen un carácter voluble y cambiante. El hecho de que en general beban mucho (tanto por costumbre social de la comunidad como por el tipo de ambiente, familiar y de amistades, en que se mueven), les guste el "desmadre", provoquen a los hombres o se enreden con varios, causa a los padres, sobre todo a las madres, la constante preocupación de que algo grave les puedan pasar en cualquier momento, de que puede ser objeto de una agresión por parte de los hombres, más aún si toma y les gusta la "putería", peor en estos tiempos en que ha aumentado rápida y considerablemente la violencia .
La madre de Miro, por ejemplo, está siempre angustiada por no saber cuándo y cómo regresará su hijo a la casa, a comer o dormir siquiera. Lo acepta como es porque "es mi hijo, ¿qué puedo hacer?" Pero en el fondo no se da por vencida y espera que un día la loca recapacite y encuentre "una mujer que se haga cargo de él", como toda madre desea para su hijito consentido. Los padres de Rocío, en cambio, estaban contentos con ella "porque ya ves que no toma, nunca se junta con gente mala de por ahí, no anda en la calle, no es chismosa, respeta". Por último, el hijo gay es naturalmente el principal aliado de la madre en el juego de poderes en el interior de la familia. Entre madre e hijo muxe existe siempre una fuerte relación solidaria que se expresa con la protección y el apoyo que la madre le brinda, y el apego afectivo de su hijo . En cualquier ocasión de conflicto, el hijo gay siempre saldrá en defensa verbal y física de su madre, sumando su agresividad (de hombre) al proverbial carácter dominante de la mujer zapoteca y arrebatando cotos de poder al componente masculino de la familia .

Del nacer al devenir: la dificultad de ser loca

En Juchitán dicen que las niñas nacen boca arriba y los niños boca abajo. Así que existe una señal de nacimiento para percatarse de cuál destino social tiene asignado el recién nacido si, siendo niño, ha nacido boca arriba. Sin embargo, naturaleza y divinidad se entrelazan en la génesis del fenómeno. Un padre puede decir: "no es su culpa si es así, es un capricho de la naturaleza". Una madre casi siempre contesta: "no es su culpa, así lo quiso Dios, así me lo mandó" . Hay una diferencia discursiva: para la madre la diferencia de su hijo tiene que ver con los designios divinos, mientras que para el padre, con la ingobernabilidad de la naturaleza. Ambos discursos legitiman la inevitabilidad del fenómeno así como su carácter de excepcionalidad, y es notable cómo por fin queda latente una concepción de culpabilidad donde la aceptación de la transgresión pasa por la vergüenza. Sin embargo, existen otras señales cuando la anterior no aparece. Cuando pregunté a las madres cómo y cuándo se dieron cuenta de que su hijo era muxe, la gran mayoría me contestó : "luego luego se ve, porque empieza a jugar con las muñecas o se pinta las uñas, de ahí ya sabe uno" . Los hijos gays reafirman las palabras de la madre. Con mucho orgullo me dicen que ellos son así "de nacimiento", que en su niñez se juntaban a jugar con las niñas, jamás con sus coetáneos varones, que les gustaba hacer tortillas de lodo, jugar a la mamá, vestirse con ropita de mujer. De hecho, no es raro ver niños de seis, siete, ocho años cuya actitud es muy femenina, acompañando a la madre al mercado a vender o aprendiendo con ella a bordar. Sin duda, la educación familiar y el contexto social juegan un papel importante. Los niños viven y juegan juntos hasta los cinco o seis años y la educación no se diferencia según los sexos . Sin embargo, a partir del momento en que se considera que una niña puede ayudar en el hogar, hay una tajante diferenciación en la educación. La niña estará siempre más cerca de la madre, ayudando en el hogar para aprender toda la gama de conocimientos y comportamientos socialmente asignados a la mujer, mientras que el varón gozará de varios años más de mucha libertad y juegos violentos con sus amigos. Desde muy temprana edad, entonces, hay una separación completa entre mujeres y varones que se desarrollan en espacios excluyentes. ¿Qué pasa con un niño que se niega a seguir el modelo prefijado de actividades?. Un ejemplo concreto es lo que ha pasado en una familia de amigos. Una de las muchachas de la familia resultó ser madre soltera. Su hijo nació un poco débil, se enfermaba mucho, era muy sensible y apegado a la mamá, rehusaba participar en los juegos violentos de los otros varones. Poco a poco, todos los componentes de la familia empezaron a decir, primero en broma y luego ya aceptándolo como un hecho natural, que el niñito había nacido muxe ya que no era como los otros niños de la familia, que desde muy temprana edad se juntaban para hacer la lucha, matar pajaritos con la resortera, correr a la calle para hacer cuantas travesuras se les ocurriera, hacer juegos violentos y agresivos como concierne a "todo hombrecito". En fin, la madre lo mantenía junto a ella constantemente, la abuela le regalaba juguetes de Barbie, las tías le llevaban a sus hijitas para acompañarlo en sus juegos, por fin fue incorporado a las labores domésticas, ámbito culturalmente considerado exclusivamente femenino. Lo que da también una visión de cómo las madres mismas conciben a los varones, como "naturalmente" agresivos. Todo el ambiente familiar determinó condiciones favorables para que el niño encontrara una ubicación adecuada, en el espacio previsto por la cultura y la sociedad para "un alma femenina nacida en cuerpo de varón" . Por esto no es inusual ver niños de cinco, siete, diez años ya afeminados y reconocidos por su entorno como muxes. Paquita tiene doce años y todavía no sabe "cómo se hace esto de chapear", sin embargo es toda una damita, dice que es "así, como Rocío" y acompaña su mamá a vender en otros pueblos. Es interesante notar cómo, culturalmente, se dan diferentes significados y respuestas a los juegos de los niños . Todos los niños del mundo se entretienen con cualquier cosa, inclusive con las muñecas pero, mientras en la sociedad mestiza un niño que agarra la muñeca de su hermana es inmediatamente reprimido y se le pone una pistola en la mano porque "qué tal, manita, si se me vuelve joto"; en la sociedad zapoteca no hay represión, al contrario; la homosexualidad es signo de un destino social y de una reubicación genérica ya prevista por la cultura. Incluso he escuchado decir a las señoras de clase media en diferentes ocasiones- aludiendo a las mujeres de la séptima sección : "las tecas los hacen así, así los crían, para tener una entrada segura, porque los muxes trabajan y traen dinero a la casa" . La idea predominante es que existe un destino biológico desde el nacimiento, que inclusive se hereda en las familias. Los juchitecos afirman que no hay familia juchiteca que no tenga un muxe, unas familias tienen más que otras en su árbol genealógico, y cuentan que unas cuantas tienen tradición y abolengo en la putería. Por otro lado no todos son gay "de nacimiento". Muchos definen sus preferencias sexuales entre la pubertad y la adolescencia y he conocido unos cuantos que ya adultos "se voltean". Aunque casi todos afirman y juran que se sienten "así" desde la niñez para legitimar su diferencia a través del origen divino, siempre hay un evento especial que les da conciencia de su ser. De las pláticas informales resulta frecuentemente un mismo estereotipo: el adolescente se emborrachó y despertó al lado de otro hombre : "de ahí supe que era así como soy". Algo muy parecido a lo que se representa en una obra de teatro recientemente puesta en escena : La Vela de la Luna Loca . Ahí, el protagonista, un joven que por casualidad participa a una fiesta (vela) en Juchitán, despierta desnudo al lado de una loca experta en los juegos amorosos, tras una fenomenal borrachera . No es importante saber si así fue la realidad, sin embargo es interesante notar que el emborracharse y despertar al lado de otro hombre se vuelve en la realidad imaginaria del sujeto, el código interpretativo del pasaje de la heterosexualidad a la homosexualidad con un matiz de inevitabilidad. Es algo muy parecido a los sueños o acontecimientos reveladores que cada curandero o brujo experimenta antes de afirmarse como tal.

Las anécdotas son muchas, pero una es particularmente chusca . Cuenta Rosario que él "nació hombre". A los quince años, yendo de paseo a Salina Cruz, tuvo un accidente automovilístico muy grave. Resultó herido y se desmayó y "¿qué crees, manita?. Me desperté loca. Y desde entonces éste es mi destino". Según el modelo cultural tradicional, los adolescentes no tienen acceso a las mujeres ya que las muchachas, y especialmente sus madres, cuidan su virginidad, que se considera "como un hecho altamente serio y sublime, entre lo sagrado y mitológico" .21 Por otra parte, también son de difícil acceso las prostitutas por razones económicas y porque en general la comunidad no acepta a quien anda en los burdeles a temprana edad. Es práctica común, entonces, que los gay-muxe inicien en las prácticas sexuales a los varones entre los diez y los quince años. A menudo es un gay, pariente o vecino, quien se presta con gusto a abrir el prepucio
a un niño, desvirgar a un muchacho y enseñarle los primeros manoseos y juegos amorosos. Entonces, mientras las mujeres, parecen carecer de la posibilidad de tener experiencias sexuales antes del matrimonio (tal vez la iniciación al conocimiento de su cuerpo no rebasa los manoseos, besitos y jueguitos que se pueden realizar con primos y amiguitos de menor edad, como sucede en cualquier parte del mundo), los varones tienen en cambio la posibilidad y facilidad de aprender y practicar todo lo relacionado con el sexo, desde los rituales de cortejo y seducción hasta las
prácticas sexuales, a través de las enseñanzas de la loca que en esta relación iniciática juega normalmente el papel de mujer . Sin embargo, algunos gays me contaron de la gran y agradable sorpresa que se llevan actualmente con algunos adolescentes que "quieren probar de todo, también recibirlo, mientras que antes no era así" . Inclusive experimentan un cambio en las
relaciones, ya que los muchachos no se limitan a la mera penetración, sino que van explorando otras posibilidades eróticas de su cuerpo .

"No hay como el original"

Por supuesto que nacer o comportarse como mujer no significa ser mujer. El camino del devenir mujer es largo . En principio, por el cuerpo. No es un proceso fácil cambiar el cuerpo masculino por uno femenino: hay que acentuar curvas, llenar vacíos y vaciar llenos, disminuir cintura, tornear piernas, suavizar rasgos, desaparecer pelos, suavizar la voz, adquirir otra gestualidad, modificar comportamientos. Algunas, como en el caso de Rocío, para acentuar y fijar los rasgos femeninos durante la adolescencia, se inyectan hormonas para que crezcan los pechos y las nalgas, se
redondeen las caderas, desaparezcan los pelos, se afine la voz. Son necesarios varios ciclos de
tratamientos, que tienen repercusiones también en la vida sexual, ya que las hormonas inhiben la erección durante el acto sexual y puede no haber orgasmo. Me dicen que el placer no se concreta en el orgasmo, sino en el dar placer, en hacer que el hombre se sienta más a gusto, tal como pasa con algunas mujeres, por lo menos las que asumen la pasividad como propio de lo femenino. Tampoco resulta "natural" tener actitudes y comportamientos femeninos. Es necesario un entrenamiento constante, una atención permanente a la forma de moverse y de hablar, imitando -hasta la exageración en algunos casos- los ademanes que se supone expresan la mayor feminidad y los atractivos de una mujer. Asumir la identidad, de otro sexo es parecido a lo que pasa en la construcción de un personaje teatral. Presupone el dominio de una serie de saberes que componen el universo femenino. Para las vestidas es un rito que se renueva cotidianamente . Salir de la casa para ir al mercado o a una fiesta presupone un trabajo previo y laborioso sobre su
cuerpo y una reafirmación, a los ojos de los otros y a través de la mirada de los otros, de su identidad femenina. Las locas de mayor edad o de mayor experiencia van entrenando a los que se inician en este nuevo estilo de vida, viboreando, criticando y sugiriendo poses, gestos, formas de caminar, peinados, maquillajes, trucos ... como hacían Pancho y Rocío con Manuela y las chicas que participaban en el certamen, como hizo la empresaria del primer grupo donde empezó a trabajar Rocío a los catorce años. A veces, es posible encontrar en la misma familia a los cómplices históricos de este proceso de metamorfosis : la madre, ás frecuentemente una tía o un tío muxe, asesoran al adolescente en las diferentes tareas de apropiarse de todos los símbolos y los comportamientos femeninos. El riesgo es parecer ridículos o una mala imitación, porque "no hay como el original", como me dijo Miro en una ocasión, con realismo teñido de veneno. Sin
embargo, sospecho que la exageración de algunos no es simplemente mala imitación, sino una forma bastante irónica de asumir y mostrar la diversidad, "ni hombre ni mujer, sino todo lo contrario". Si el hombre heterosexual, el macho que toda loca de este grupo aspira tener, "quiere engañarse", no quiere asumir conscientemente su homosexualidad latente o sus prácticas homosexuales, y necesita la imagen de una mujer para excitarse : -ahí te va, con toda exageración, hasta lo ridículo y lo grotesco tal vez, lo que yo gay veo en las mujeres y, con esta ficción compartida, "yo loca te conquisto, a ti macho". El arte de la seducción se vuelve parte integrante y necesaria del estilo de vida del gay. Es el poder del artificio o la eficacia simbólica, de levistraussiana memoria.

La vida es una fiesta

Es tanta la presencia social de las locas en Juchitán, que tienen una Vela propia, dedicada a la celebración de la comunidad gay: la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro que se realiza cada año en noviembre. Empezó a finales de los setenta en Comitancillo como una fiesta semiprivada de un grupo de locas que se reunían en la casa de una de ellas, a donde llegaban también de pueblos y ciudades vecinas. Las locas de Juchitán participaban de la vida política de la comunidad como afiliadas del PRI . Su líder era, y es todavía, Oscar, un gay que ha logrado acumular una notable fortuna a través del comercio, y un estatus social reconocido por toda la comunidad . El ofreció un salón de su propiedad en el mero centro de la ciudad, sus recursos económicos y su capacidad organizativa y de convocatoria, para celebrar cada año esta fiesta (que a la vez representa para el anfitrión un buen negocio, por la venta de cerveza y el alquiler de útiles) . En pocos años se volvió una fiesta popular, sin ninguna connotación política, donde la coronación de la reina puede ser efectuada por el mismo presidente municipal, o a través de alguna autoridad formal o informal . El número de socios de la Vela se ha ampliado considerablemente : de los nueve miembros originarios hoy se cuentan cerca de cuarenta y ya no son solamente afiliados al PRI . En su realización participa y colabora todo tipo de gays, desde las locas de la séptima a los gays más sofisticados de corte internacional y sin distinciones de clase y afiliación política, desde las trabajadoras sexuales al maestro, al director de la escuela y asesor de educación. Gracias a la extendida y sólida red de relaciones que Oscar ha logrado tejer alrededor de su persona y de la Vela.` A esta celebración llegan locas "embajadoras" de todas partes de la república, además de una pintoresca fauna de curiosos nacionales autoridades municipales y estatales ; el canal once de la emisora televisiva de Oaxaca registra y transmite todo el evento, desde el desfile de las "embajadoras" y ex reinas ataviadas en modelitos cuya realidad supera toda fantasía posible, hasta la coronación de la reina, el show travesti ofrecido por los socios a
la concurrencia y el espectáculo de regocijo ofrecido por ésta a las cámaras. Esta Vela representa una legitimación ulterior y pública de la cuestión homosexual en la comunidad . Lo que es notable es el carácter popular y étnico del evento y el hecho de que la sociedad zapoteca no es solamente tolerante, sino también participativa de la vida de los gays y que éstos además echan mano del patrimonio cultural colectivo como una expresión integrante de su estilo de vida e identidad in dividual. No todos los elementos culturales tradicionales son retomados y otros nuevos son creados e incorporados. En la noche del baile, por ejemplo, las locas no visten con el
suntuoso y obligatorio traje regional (son contadas y más bien maduras de edad las que lo llevan) . En esta ocasión se trata de estrenar el mejor modelito, el que más hace lucir curvas y piernas, el que más provoca envidia en las otras locas. Sin embargo, al día siguiente, en "la lavada de olla", la mayoría luce el tradicional traje de terciopelo bordado con su olán de encaje, sus oros, sus flores en los cabellos, las trenzas enlistonadas, el bilet rojo encendido en la boca y las mejillas, en fin, una apariencia femenina absolutamente zapoteca. Nunca podré olvidar la elegancia y la actitud orgullosa típica de las mujeres zapotecas, que exhibieron en ocasión de la Vela de la Casa de la Cultura, donde, por primera vez en la historia de la élite juchiteca, la "comunidad gay" de Juchitán fue invitada por el Patronato y la Dirección de esta institución a poner un puesto y traer a sus invitados. Elegantísimas, alhajadísimas, hermosas y floreadas las locas atendieron el puesto y a los invitados con toda la sabiduría y la gracia necesarias, bailaron La Zandunga con la solemnidad y dedicación con que se debe bailar y fueron la delicia de los hombres (sobre todo de los extranjeros invitados) y la envidia de las mujeres. Por cierto, la participación de las vestidas en un evento y un espacio que nunca ha sido abierto a las locas de estrato popular, fue ampliamente criticada por las señoras de la élite zapoteca y todavía no acaba la ola de chismes. La mayordomía de la Vela de San Antonio de Padua, santo que, según las creencias populares,
consigue los novios para las muchachas, está acaparada desde hace seis años por las vestidas de Cheguigo y muchas otras están apuntadas para los próximos años. Los muxes también ocupan la mayordomía de la Vela San Juan y muchos socios de la Vela San Jacinto son gays y han sido mayordomos . Y en general un gay puede ser mayordomo de cuanta Vela se le ocurra, como medio para adquirir prestigio social y reafirmar la lealtad étnica . En el universo simbólico de las fiestas los encontramos retratados en las mantas que adornan el lugar de la celebración, como Víctor-muxe, que fue mayordomo de la Vela más antigua, la Vela Lagarto, y que toda la comunidad respeta. Como las mujeres, festejan con lujo sus quince años, rito necesario para
legitimar el pasaje a otro ciclo de vida, al periodo de máximo ejercicio de la sexualidad. Vecinas,
parientes y amigos participan con gusto como madrinas y padrinos de pastel, de regalo, de música o de lo que sea, ya que los convivios de las locas tienen fama de ser muy divertidos, "tienen gracia", algo fuera de lo normal que provoca alegría ; "uno la pasa muy bien" y "la atención para con uno es de lo mejor" . Dice un amigo: "es por la atención que brindamos, que mis hombres siempre regresan. Se van, pasan los años, tienen otros amores y siempre regresan, por la atención". Por otro lado, las locas introducen nuevos elementos a la estructura tradicional de la fiesta, como el show travesti y las coreografías de la danza de la quinceañera . En la Vela de las Intrépidas, desfilan en el escenario Gloria Trevi, Selena, Juan Gabriel, Isabel Pantoja y cuanta estrella se les antoje. Lo mismo pasa en sus fiestas de quince años, el festejado y sus amigos organizan tremendo espectáculo para regocijo y agasajo de los invitados. He sido testigo de como, durante los últimos años, se ha puesto de moda, en toda la región y no solamente a nivel popular, ofrecer un show travesti en las numerosas "pachangas" de cumpleaños, bodas, aniversarios, etc, entre el entusiasmo y la viva participación de las mujeres, que aplauden frenéticas, y la mirada hipercrítica de las otras locas presentes. Los mejores travestis organizan giras artísticas, presentando espectáculos en los centros nocturnos de la región o de los estados limítrofes. Es costumbre que para despedir el año que pasa, entre Navidad y fin de año, salga a la calle una pareja -formada por un viejo y una vieja: los "buelos" (abuelos)- y vaya bailando de casa en casa, alegrando a la gente a cambio de una pequeña prebenda. Anteriormente los "buelos" eran dos varones (heterosexuales) uno de los cuales se travestía de mujer. Ahora son los muxes los que han recuperado y transmiten esta tradición. La "buela" ya no es tan abuela puesto que el muxe se las ingenia para disfrazarse de lo más estrafalario. Delante de mis ojos han desfilado una novia con todo y ramo, una tehuana jacarandosa, Vanesa en traje de baño con decoraciones de lentejuelas, una señora en vestido de gala con cola de tul y otros personajes de difícil identificación, pues no hay límites para la fantasía de la representación . Vanesa iba acompañada de una banda de cuatro personas, otros iban con el pitu nisaba,' otros, con una grabadora. El dinero ganado se distribuye entre todos y es algo más para pasarla bien el fin de año. Entre lo novedoso que he presenciado en los últimos cuatro o cinco años, además que el afirmarse de la moda del show travesti, es que las vestidas de la séptima y de Cheguigo se han organizado en clubs informales que organizan varias actividades de diversión y deporte. El Club Baila Conmigo tiene un equipo de baloncesto que organiza competencias con grupos escolares o de vecinos -en parte por gusto al deporte, en parte para ligar con los muchachos. También organiza espectáculos travestis en patios, cantinas, plazitas. A cambio de un cover de dos pesos, los paisanos pueden divertirse de lo lindo disfrutando de la presencia en vivo de aquellos cantantes que aparecen en la pantalla entre telenovelas y noticiarios. Las señoras con sus hijos llenan la platea junto con un nutrido grupo de jóvenes varones . Otro club, que en recuerdo de una famosa telenovela se llama Alcanzar una Estrella, también organiza shows y posadas en diciembre. Turnándose según las posibilidades y los deseos, estos clubs y grupos informales se encargan de organizar cada año un
certamen de belleza gay: Miss Juchitán Gay y, este año, el Miss Juchitán Gay Nueva Generación, en el cual participaron loquitas adolescentes y púberes. También organizan rifas y bailes con el fin de juntar dinero para el equipo de baloncesto o la puesta en escena de los espectáculos o simplemente para ir de paseo a Playa Vicente. El club Baila Conmigo organiza desde hace varios años un baile popular el 28 de diciembre que, como es sabido, es el día de los Inocentes. En 1996 este baile se convirtió en la Vela Baila Conmigo que se festeja en la calle y, como se acostumbra solo en las Velas mayores dedicadas a los santos, tiene su Regada de Flores24 y desfile de carros alegóricos (cuya hechura es trabajo tradicional de los muxe). En 1995 la reina fue Angélica, lujuriosamente ataviada de un adherente y maxiescotado vestido rojo púrpura con olanes y boa de organza negros. Melisa, que será reina de la vela este año, tuvo que ir a trabajar a la Ciudad de México para poder solventar los gastos de su reinado. Un año de duro trabajo para poder lucirse en aquella única ocasión y quedar en la historia oral y en el recuerdo de los demás . La Vela Baila Conmigo nació un poco en contraposición a la Vela de las Intrépidas, ya que ésta reúne más bien gays de edad mayor, se festeja en un salón y no tiene Regada. Las nuevas generaciones gay no se sienten representadas completamente por esta Vela, que perciben más bien como un negocio del propietario del salón y gusto de los "muxe yo'xho' (viejos)". En los años setenta todavía se festejaba el carnaval en Juchitán y en él participaban los travestis con el resto la población. Actualmente ha sido desplazado por otras festividades, tal vez por no ser necesario, pues la inversión del mundo y de las relaciones parece ser en Juchitán parte de lo cotidiano. El mejor aporte al proceso electoral que presencié en las últimas elecciones municipales fue la propuesta de Miro de crear una nueva regiduría para el bien de la población : la regiduría de regocijo y agasajo . Todo mis amigos gays se postularon como regidores. Desgraciadamente la solemnidad institucional no permite la libre expresión de la liminalidad . Los eslabones perdidos de la heterosexualidad Algo que me llamó la atención en aquellos ritos de transformación fue el manejo de la estética como otro rasgo de identidad en la vida de los gays. Estética en primer lugar del cuerpo, pero también de las cosas, del ambiente, de la gestualidad. Diría que producen y cultivan la estética de lo cotidiano. Así como a nivel mundial los creadores de la industria de la moda son frecuentemente homosexuales -y en este sentido imprimen un gusto a la moda, haciendo a la mujer más apetecible a la mirada de los hombres-, en el Istmo, también son los muxes los estilistas de la moda regional, sin faltar quien transforma el gusto local en un sofisticado look, como un famoso gay istmeño que viste a las vedettes de mayor fama. Ellos son los que elaboran el suntuoso traje regional, desde el diseño hasta el bordado; los que se encargan de la decoración de las fiestas, desde los adornos en papel hasta las mantas pintadas ; los que construyen los carros alegóricos que se usan en las Regadas de Flores, los que elaboran los platillos y dulces tradicionales . Ellos son los estilistas del peinado, los que enseñan danza regional, los mejores
bailarines y los coreógrafos de las danzas que se han puesto de moda en la celebración de los aniversarios. Las cruces que se llevan en procesión, los carros alegóricos, la apariencia personal, el vestido, los colores, la comida, las mantas pintadas que delimitan el área de las fiestas, es decir, todo lo que tiene que ver con la formación de la estética local . Como si fueran los profesionales de la exhibición (empezando por su cuerpo), los creadores de aquella cosa, aquel detalle, que capta la mirada y hace para gozo de los ojos y del alma- la vida cotidiana más llevadera. Asimismo retoman tradiciones que hombres y mujeres van dejando, como la de los "buelos", por ejemplo. En la medida en que la "modernidad" tiende a fomentar la desaparición de las actividades artesanales, la cultura tradicional ofrece todavía espacios para la expresión y creatividad del gay. Los muxes parecen ocupar, según mi hipótesis, aquellos espacios, tal vez liminares, que hombres y mujeres descuidan o no pueden ocupar. Llama la atención la función social que desarrollan en la comunidad a través del cuidado de los ancianos y niños . En una sociedad donde tanto el hombre como la mujer trabajan fuera del ámbito doméstico y que carece de servicios públicos para la atención de los niños en edad preescolar y más aún de los ancianos, el muxe se vuelve un elemento precioso para la vida productiva de los padres y el bienestar de aquellos miembros que necesitan de otros para vivir. Cumplen la función de "dadores de atención", como la hija soltera en el modelo familiar mestizo.

Cotidianidad y peligro

Ser loca, travesti, gay, implica un desafío constante al mundo y por lo tanto cada uno de ellos sabe que está expuesto más que cualquiera a situaciones peligrosas . Los gays de Juchitán también se perciben como reto al mundo, sujetos y objeto de peligro, pues, a pesar de su situación peculiar, no dejan de ser parte de la condición de marginación que se vive en el país . Por lo tanto, no faltan actitudes de rechazo hacia ellos, que pueden llegar hasta la violencia física de parte de individuos o sectores de la población. La Vela de las Intrépidas, por ejemplo, a diferencia de todas las otras fiestas que se realizan en la calle, se lleva a cabo en un salón; me dicen los interesados: "la gente es muy grosera, grita se burla o puede agredir, tirarnos algo" . En una fiesta en la séptima -a la que asistílas locas que realizaban su show fueron agredidas por un grupo de jóvenes que interrumpían su actuación con burlas pesadas y a una de ellas le dio una patada en la espalda . Vanesa me decía : "Cuando están juntos son bien machos, se burlan y nos agreden, peor si van borrachos o mariguanos; pero solos vieras cómo nos buscan y bien que les gusta acostarse con nosotras" . Es decir que hay una substancial diferencia entre la actitud de los hombres adultos o ancianos y los jóvenes : "los señores nos respetan, nos quieren, nunca nos ofenden, pero éstos (los jóvenes) ni a su propia madre respetan" . Este episodio (uno de muchos) nos da una señal de cómo está cambiando la situación del muxe y como se repite la misma doble moral que encontramos en la cultura mestiza, que en público ridiculiza y hasta agrede al homosexual, pero en privado los hombres lo utilizan para su vida sexual. En las pláticas con los hombres, cuando hablaban de su vida de alcohólicos, aludían con cierta frecuencia a relaciones extemporáneas con los jotos : "me la pasaba en las cantinas, sexo y alcohol van acompañados y ya ves que en la cantina nunca faltan unas nalgas de mujer, aunque sea de joto, de perdida". Como me dijo Rocío "¡Ay mana!, mucha putería en Juchitán, mejor que Sodoma y Gomorra". El hecho de que, sobre todo en los ambientes marginales, los jóvenes tomen demasiado, que circule mucha marihuana y cocaína y que -como regalo de la modernidad neoliberal- haya un ejército de desempleados que van a incrementar las numerosas bandas de chamacos dedicados a robos y drogadicción, hace que la vida de las locas se desarrolle en un contexto donde la violencia está a la orden del día -y principalmente de la noche- y frente a la cual se deben desarrollar estrategias de sobrevivencia, sobre todo la capacidad de encontrar una respuesta rápida y eficaz ante a una situación de agresión. Cuando comenté con Rocío que me había llamado la atención la forma brusca y despectiva con que trataban a Manuela, una loquita de Guerrero, me contestó que ella había pasado por lo mismo al inicio de su carrera profesional . La empresaria y las compañeras del grupo en que trabajaba le hacían la vida dura con todo tipo de maldades, le jalaban la peluca cuando estaba por salir al escenario, le escondían el vestido, le robaban el galán, le ponían mariguana en su maleta para que tuviera problemas con la policía. Si bien es evidente que no falta una buena dosis de envidia y de competencia, el objetivo y código de fondo de esta conducta era -como me confirmó Rocío- enseñarle, sin verbalización y en forma muy concreta y fuerte, a defenderse, reproduciendo en el interior del grupo situaciones conflictivas que exigen respuestas rápidas y eficaces. Al estilo "sobrevive el más fuerte". "Por esto -dice Rocío- regaño a Manuela, para que se avive, para que sepa defenderse. Así aprendí, así hicieron conmigo las locas". Como dice Paty : "Todas nosotras venimos desde abajo, nos movemos en ambientes peligrosos y por ser como somos estamos expuestas a cualquier cosa . Así que uno debe ser más listo que el diablo, debemos desarrollar más capacidades que cualquiera". Me llamó la atención la reacción tan rápida, acertada e hiriente de Miro ante el sarcasmo del lanchero que yo misma percibí como una violencia más dolorosa que una bofetada ya que apuntaba directamente a los sentimientos e iba dirigida a romper la magia de la imagen femenina y a negarle el derecho a su elección identitaria. El entrenamiento y la iniciación a la "putería", entonces, no acaba con el aprendizaje en el manejo del cuerpo sino que incluye todas las estrategias para saberse defender, desenvolverse en situaciones peligrosas o de conflicto. No hay normas prefijadas, pero sí es imprescindible desarrollar la agudeza de la mente y de la palabra, "avivarse", aprender a tener control sobre las situaciones y aprender sobre todo a jugar con los roles y con las expectativas de los otros . Por esto frecuentemente los escucho decir "los gays somos más inteligentes", no es pura y simple fanfarronería, sino que expresa también la conciencia de poseer una habilidad construida que permite mantener la ambigüedad de sexo y roles como un eje de la existencia. Ser loca presupone un complejo aprendizaje, hay que saber cómo ser hombre y mujer a la vez y esto tampoco es suficiente, hay que ser mejor hombre y mejor mujer, hay que cumplir con los roles mejor que un heterosexual, para obtener reconocimiento y estimación del entorno social. En gran parte similar a lo que pasa con las mujeres que debemos esforzamos doblemente para tener reconocimiento en cuanto mujeres, madres, esposas, trabajadoras o profesionistas. Para las locas se trata de un doble y a veces'triple aprendizaje social para ser hombre, mujer y gay a la vez. Por esto, la Vela de los muxes se llama "de las Intrépidas Buscadoras del Peligro". Lo buscan en la medida en que salen del clóset, transgreden el "orden" sexual y demuestran, con su simple existencia, que las "normas de la naturaleza" -o la heterosexualidad como "naturaleza social"- no son tan "naturales" y rígidas como el sentido común supone, que ser excluyentemente hombre o mujer puede ser una falsedad, que la "naturaleza" también contempla el "desorden". Hacia el final de mi estancia en Juchitán, el grupo de vestidas con las que trabajaba fue objeto de la primera redada de la policía en la historia de esta ciudad. Fue tanta su indignación y sorpresa que amenazaron con ir a denunciar, en la televisión local y en la Comisión de Derechos Humanos, los maltratos recibidos. Por fin decidieron presentarse en "batallón" ante el presidente municipal, reclamando su derecho a ser tratadas "como gente, como siempre ha sido", pues "esto nunca ha pasado, los señores siempre nos han respetado, nuestra gente nos quiere", y exigiendo el castigo de los policías culpables . El presidente no solamente las recibió, sino que se comprometió a llamar la atención del comandante de la policía municipal . Algunos meses después, se vuelve a verificar un episodio (menos grave) de hostigamiento de parte de la policía hacia las locas y éstas en respuesta mandan un oficio al presidente municipal, donde la denuncia de lo sucedido está precedida por una minuciosa lista de actividades cívicas -y civiles- que han hecho como grupo gay organizado en favor de la comunidad en su conjunto, como veremos en el próximo apartado. Estos episodios indican cómo se está modificando la situación del muxe; por un lado, en la comunidad se empiezan a manifestar con mayor violencia formas de rechazo a fenómenos que se perciben como transgresión del y amenaza al orden sociocultural ; ante esto los muxes-gays responden con un aumento de su autoafirmación, que deriva tanto de la fuerza de la tradición como de la conciencia del derecho de "ser" y de ser ciudadano de una colectividad, aun en situaciones no previstas por la cultura como la de la difusión del VIH/sida, por ejemplo.

Como se puede apreciar en estos ejemplos, se está generando un nuevo proceso de agresión y
hostigamiento, que se agrega a los conflictos internos a la población gay;25 sin embargo no se ha llegado a los límites del crimen, como ha pasado en Chiapas y Veracruz; quizás esto pueda llegar a suceder si tomamos en cuenta las problemáticas que ha destapado y desarrollado el aumento de las enfermedades de transmisión sexual y de la prostitución. "...y le dijo la bruja : tú tienes sida" La aparición de los primeros casos de vIH/sida en el Istmo se registra en 1985 en Salina Cruz, pasando rápidamente a Juchitán, donde, a partir de 1987, la epidemia se ha difundido llegando a un número de casos que, según las evaluaciones de los expertos, representa una incidencia muy alta para el total de la población. Los mayores afectados son la población homosexual y los jóvenes varones heterosexuales entre los trece y dieciocho años; el 30% de los enfermos se concentra en las zonas periféricas marginales, esencialmente en la séptima sección .26 La jurisdicción Regional Sanitaria considera que pueden existir entre cincuenta y setenta personas por cada uno de los casos detectados que han tenido contacto con el virus, cuyo número -y su
incremento registrado cada año en la localidad- induce a pensar que en poco tiempo el VIH/sida puede constituir uno de los problemas de mayor magnitud en la región. Los esfuerzos del sector salud han sido mínimos, ya que a nivel regional ni siquiera cuenta con recursos humanos ni financieros destinados a programas de prevención del vIH/sida . Los gays y la población de las zonas marginales son los más desatendidos por los programas de información y prevención implantados por las instituciones gubernamentales, cuya intervención llega ocasionalmente, con un lenguaje inaccesible a la población y en formas totalmente inadecuadas a las características socioculturales y a las costumbres sexuales propias de la región . Una de las consecuencia de la mala información y de la penetración creciente de los discursos que se manejan a nivel nacional es que se está difundiendo en la comunidad la idea de que los gays son los portadores y difusores de la enfermedad. El primer brote de sensibilización a nivel de la sociedad civil hacia la amenaza a la salud pública representada por el vIH/sida, el rápido incremento del número de los casos y la fatalidad de los mismos, provino de un grupo de mujeres -maestras, enfermeras, amas de casa,
empleadas, la gran parte esposas de hombres con cargos políticos y administrativos de la COCEI o muy cercanos a ella, todas mujeres con hijos adolescentes y con más acceso a la información- formaron en el 1994 un grupo de trabajo (que se autonombró con el muy poético nombre de Gunaxhii Guendanabani, Ama la Vida) para la lucha y la prevención del VIH/sida, que empezó un trabajo de sensibilización esencialmente en las escuelas, sin incidir mayormente en la población gay. Este grupo de mujeres tomó unos cursos de capacitación en CONASIDA de Oaxaca y osteriormente, con su ayuda y el apoyo de un médico del Departamento de Salud, organizaron en Juchitán algunos eventos en las escuelas, a nivel general en la población (Día mundial contra el sida), e incluso en la Vela de las Intrépidas pláticas, videos, conferencias . En parte por la falta d e apoyo de las autoridades locales, en parte porque la única de ellas que sabía cómo llevar adelante la organización -la esposa del líder domésticas y públicas que le impedían quedar en permanencia en Juchitán, el grupo relajó su incipiente presencia en la comunidad . En septiembre de 1995 -por
una serie de circunstancias ocasionales, demasiado largas para describir, y por el interés de los mismos gays- el grupo se consolida como asociación con la entrada de nuevos miembros, el apoyo de las autoridades municipales y de la Jurisdicción Regional de Salud, la donación de un local para su sede y la reestructuración de la organización interna y de las actividades. Por lo que concierne a estas últimas, la breve experiencia anterior y la mayor información adquirida, confirmaron la necesidad de realizar programas específicos de atención a grupos concretos,
a partir de sus necesidades y formas organizativas, teniendo muy presente el contexto sociocultural y la idiosincrasia del público al que se iban a dirigir. En concreto, se ubicaron tres áreas de trabajo: la población gay, por sus funciones en la sexualidad de la población masculina, el sector escolar y el de salud, todas con distintas exigencias de intervención. Los miembros más interesados en la cuestión gay se movilizaron con mucha eficacia, empezando por la zonas
más marginales. En noviembre del mismo año se formó un taller de información al cual acudían entre diez y veinte travestis. Lo que llamó la atención de las organizadoras en las primeras actividades con los travestis fue la enorme demanda de atención que provenía de ellos . Iniciadas con muy pocos participantes para dar mayor información sobre el sida y la salud sexual, las reuniones semanales se convirtieron muy pronto en un espacio de autoconciencia, donde los participantes se manifestaban y compartían experiencias y reflexiones, dudas y risas, tanto sobre salud como sobre problemas, familiares, laborales, de relaciones etc, es decir, se volvió un lugar donde podían compartir problemáticas y dar vuelo a la creatividad. Lo que llamaba la atención, además, es que las locas no se limitaban a platicar, sino que espontáneamente "actuaban" sus experiencias, deseos, fantasías. Hecho que confirmó la intuición anterior de la antropóloga y
convenció a la misma junto con otras pocas, de que era de primordial importancia hacer un proyecto en forma y buscar financiamientos. Entre pláticas, experiencias, fantasías compartidas, en el taller se llegó a la conclusión de que era responsabilidad del grupo promover la concientización, tanto del resto de la población gay como de la población en general, sobre
el sida y el riesgo de no practicar sexo protegido. Así nació el Colectivo Bini Laanu (Personas como Nosotras) al interior de Gunaxhü que, como parte de los programas de la asociacion, empezó el proyecto de Teatro sobre Sida, y se consiguió un pequeño financiamiento para ponerlo en marcha. Tomando en cuenta las características culturales de la zona y el trabajo ya hecho, la antropóloga (¡ya imaginarán quien!) propuso impulsar un proyecto -donde el factor lúdico adquiere una importancia fundamental en la vida cotidiana- sobre las funciones sociales de los gays, la necesidad de que el mensaje educativo fuese oral y en zapoteco. La antropóloga pensó que un medio adecuado y novedoso de educación podía ser el espectáculo gay donde las partes musicales se alternan con sketch teatrales sobre sida . El guión podía nacer de las mismas experiencias y situaciones vividas y de la fantasía de los gays interesados e involucrados en
el programa . La idea estratégica era aprovechar el éxito del show travesti en las pachangas, cantinas, patios y bares, para difundir información a través de la actuación de pequeños sketches, entre una canción y otra, sobre las consecuencias que acarrea el vIH/sida, desde los problemas clínicos a los sociales. La propuesta fue escuchada, pero pareció demasiado estrafalaria ya que todavía no tenía una forma precisa . Sin embargo, todas convinieron en que debíamos ocupamos más y más atinadamente de la población gay, empezando por las locas de la séptima y de heguigo. La primera actividad fue la asistencia de cuatro travestis al I Festival de Teatro sobre Sida que se realizó en el Teatro Tecolote en la ciudad de México, durante el cual participaron en el taller de actuación que impartieron dos compañeros actores, miembros de una ONG de San Francisco que trabaja con migrantes latinos . Desde el comienzo lucieron una innata capacidad histriónica . Una de ellas, Jesusa, ideó y actuó una pequeña obra en zapoteco, una historia de
brujería y sida, involucrando en su actuación, a través de su capacidad expresiva, a los mismos
"chilangos" que participaban en el taller. Los maestros ya querían llevársela a San Francisco . Por
fin, después de varios acontecimientos que serán objeto de otro ensayo, la primera parte del proyecto finalizó en mayo del 1997 con un concurso y con la presentación al público juchiteco en el salón Cazorla -presentes las autoridades municipales y estatales y el representante de la fundación que otorgó el financiamiento- del espectáculo "Las Intrépidas vs . el sida", concurso de teatro gay. Los primeros premios los acaparó Felina con la interpretación de Gloria Trevi y la puesta en escena de una obra en zapoteco que aborda la problemática de las mujeres con sus
hombres en relación con el uso del condón. Es una obra que presenta en una forma divertida y chusca situaciones cotidianas entre marido y mujer. Felina fue acompañada por Vicente, un gay de Cheguigo, quien en esta ocasión cautivó al público con sus excepcionales dotes y chispa de actor. En total fueron dieciocho las piezas presentadas. Los mismos organizadores no se esperaban tanta participación. Actualmente se está promoviendo la gira del espectáculo en la región y en el mismo Distrito Federal . En esta forma las locas, más bien debo decir "las" gays, como ellas mismas empiezan a nombrarse, aparecen en la escena política local en formas no
ligadas a los partidos de manera tradicional aunque se sabe que la Gunaxhii está esencialmente formada por gente de la COCEIsino como ciudadanos que hacen patente un problema social nuevo y del cual se hacen conscientemente cargo en favor tanto de su propia comunidad como de la población en general. Desgraciadamente la Gunaxhii en su conjunto no ha sabido hasta ahora aprovechar este potencial humano ni ha tenido la visión suficientemente amplia como para aprender de la experiencia de las locas y aceptarlas -no simplemente en discurso- como ciudadanos a la par. Las locas son muy buenas para reír, ir a fiestas, hacer los trabajos domésticos, la decoración de la pachanga, de repente conseguir financiamientos, para adornarse con la "gran aceptación social de los muxes" en la presentación de la imagen identitaria hacia el
exterior, pero cuando salen a escena pública con problemas de atención, con su opinión sobre las
mujeres y los hombres -como los ven, como los viven, como les descubren contradicciones- con sus demandas, con sus muertos, ya no son tan buenas. Provocan cuando menos cierto esconcierto social. No sé que más tuvo mas peso, si el miedo de que sus hijos pasaran por este nuevo problema, que ni ellas mismas como adultas podían controlar, o el "descubrimiento" de las prácticas sexuales de sus maridos. Pero es interesante este "desliz" a cientochenta grados de la presencia social del muxe en aras de la modernidad que signa también el surgir de una nueva forma de ser muxe, más en sintonía con la figura de ciudadano en una sociedad urbana compleja. Esto no quiere decir que estuviera ausente esta figura pública y política del muxe en los años anteriores. "¡Ni enfermos ni criminales, simplemente homosexuales!" Lo que tengo como información sobre la participación de los gay en el ámbito politico es poco y fragmentario . Cómo escribí en un apartado anterior, las Intrépidas eran al principio todas militantes del PRI, de las cuales no era ajeno el clientelismo en tomo a Cazorla que es un muxegay muy conocido a nivel social por su trayectoria de vida y su capacidad en los negocios. Militantes y exmilitantes de la COCEI dicen que eran un grupo de choque del PRI, como por decir "la ala dura" del partido caciquil, que se dedicaban también a provocar a los coceístas. Sin embargo, cuando empieza el
movimiento gay mexicano en los años setenta, me han dicho (no he podido hasta ahora erificarlo) que Juchitán estuvo entre las primeras ciudades en que los gays salieron a la luz pública con pancartas propias, pero ya desde entonces como militantes del PRI. Sé que en Oaxaca un estudiante juchiteco participaba, a nivel individual, en el Movimiento gay. Aparte de los eventos ya descritos (durante los cuales se acuñó el lema que va como título de este apartado), se puede
considerar más como caso excepcional que durante el Ayuntamiento Coceísta 1990/94 el asesor de educación fuese un gay declarado . Pero él es director de una escuela privada a la que acuden los hijos de intelectuales, profesionistas y políticos, viene de una familia zapoteca de prestigio, su madre es dueña de una de las tiendas de telas más importantes de la ciudad, tiene una carrera de pedagogo y una especialización en Filosofía de la Educación. En su escuela -a nivel primaria- lleva a cabo un proyecto educativo basado en el aprendizaje de los concéptos básicos de la filosofía en español y zapoteco, en su casa tiene una biblioteca de literatura mayor de la que dispone la casa de la Cultura y la Biblioteca del ayuntamiento, y sus comp act-discs van de la canción ranchera a Beethoven. Sin embargo, en ocasión de las elecciones municipales del 96, vi una cosa curiosa (que todavía no puedo aclarar hasta el fondo): el PAN hizo proselitismo entre los muxes y en más de una ocasión vi la presencia de grupitos de locas en las manifestaciones del PAN. La COCEI, no ha hecho ningún tipo de trabajo hacia la población gay. Hizo mucho ruido la participación de Rocío en las filas de la COCEI durante la marcha de clausura de la campaña electoral . Pero sospecho que más por ser muy bonita y por ser hija/o de uno de lo más aguerridos priístas de Juchitán, que por su elección . En realidad no he encontrado una atención política particular en el PRD-000EI hacia los gays. Pero los gays están ahí y también reclaman repartición de terrenos para construir sus viviendas, como ocurrió durante una junta de comité de barrio, presentes las autoridades municipales, cuando tres mampos tomaron la palabra para decir que "si los hombres, los muchachos, las muchachas, las señoras y sus hijos tienen derecho a un techo, ¿acaso los gay no somos personas y no tenemos derecho como ciudadanos a un lote para su casa?". Me dicen que fue la primera vez que se pusieron los términos de esta forma y que se asignaron lotes de tierra ocupada a gays en cuanto gays. Es demasiado temprano para hacer una evaluación del impacto social que genera este programa. Sin embargo, se pueden hacer algunas consideraciones . En primer lugar es notable la respuesta. Además representa un medio para mostrar a la población que los gays se hacen cargo de una situación que los afecta no solamente a ellos sino a toda la comunidad de la que son parte. Los eslabones perdidos de la eterosexualidad

Sexo, sentimientos y pasión

Una de las opiniones más difundida en la población mestiza heterosexual es que los gays ecesariamente establecen relaciones sexuales y emotivas con otros gays. De las locas que yo conozco, ninguna busca un compañero homosexual, no les gusta, más bien lo aborrecen. Lo que quieren es un hombre, el hombre heterosexual, posiblemente macho o mejor machín. Hay uno que otro gay, de los más sofisticados, que pueden tener un compañero gay, pero sólo les gusta si su aspecto es muy varonil. Los gays de la alta burguesía aman lucir a su mayate y, como hacen los hombres con sus queridas, le ponen casa, le compran un coche del año, cadenas de oro y vestidos de firma. Provoca un profundo placer exhibir la propia capacidad de seducción, que es todavía más placentera y cargada de poder cuando el seducido es un hombre declaradamente
heterosexual, es más, guapo y codiciado por las mujeres . Es cuando la performance llega a su máxima expresión, como cuando un buen actor logra cautivar al público y provocar risa, llanto, enojo, admiración, inquietud, ansia y todo tipo de reacción emotiva. Así como en el certamen descrito, alrededor de las casas y las fiestas de mis amigos circulaba una cantidad impresionante de hombres notoriamente heterosexuales, muchos de ellos casados o con novia. Ante mi comentario, se abrió la caja de Pandora de los chismes pues, como en todo pueblo, la boca nunca descansa y los chismes vuelan. Por su parte las locas lamentan (a veces hasta lloran), la imposibilidad de tener una relación con un hombre -o con su "marido", como llaman al compañero con quien tienen una relación mínimamente estable, no ocasional- "como las mujeres, con un
hombre atento, cariñoso, que me defienda, que me lleve a pasear" . Algunas locas llegan a vivir por breves temporadas con un hombre al cual generalmente mantienen. Tener marido o novio no supone necesariamente tener relaciones sexuales. Varios travestis me decían que del novio quieren caricias, abrazos, cariño, en fin, una relación donde sea más importante lo afectivo que lo sexual. De manera que también es tema de revisión la supuesta y multideclamada "promiscuidad" sexual de las locas. Algunas locas me dicen que tienen novio porque salen a pasear regularmente; sus familias, amigos y vecinos están enterados ; él va a su casa a verla, "a las siete, cuando sale del trabajo", bien recibido por la mamá de "ella" ; "ella" lo puede visitar en su casa, bien recibida por la mamá de él, quien inclusive puede llamar la atención a su hijo cuando observa que éste
no "la trata bien, como debe de ser". La mayoría de las locas traiciona a sus novios ocasionalmente por placer o por ganar dinero, mismo que acaba en las bolsas del chichifo . Pero esto sí, ¡los celos!. Estos no pueden faltar en una relación en serio. Ella lo cela porque él ha mirado "a aquel otro puto, la perra que dice ser mi amiga" ; él la cela porque no sabe dónde empieza el placer y acaba el negocio o viceversa. Aparte de la primera experiencia que generalmente es con un hombre de mayor edad, las locas casi nunca tienen novios o "maridos" de su edad o mayores. Hay siempre más de dos o tres años de diferencia entre los dos; si ella tiene dieciocho, él tiene catorce o quince, máximo dieciséis, si ella tiene veinte, él está entre los dieciseis y los dieciocho. Los mayores de esta edad, por lo regular hombres casados, pueden ser clientes ocasionales. Muchas se han enamorado una vez de un hombre hasta "morir por él", por haber sido abandonadas o traicionadas en la forma más brutal. Difícilmente después de esta amarga experiencia vuelven a enamorarse y más bien prefieren asumir la soltería como el estado "natural" del gay, "no hay de otra". Uno de los "maridos" de Vera era una personalidad en Juchitán, hombre considerado hombre, más bien galán de muchas. Sin embargo todo el mundo en el palacio sabía de su relación con Vera: una relación pública a medias, todos lo sabían pero nadie la admitía ni se escandalizaba. El señor, que además vivía separado de su esposa, procuraba no hacerla demasiado evidente, no caminaba abrazado con ella, ni la llevaba a una fiesta, ni la presentaba como compañera. Y en realidad era una de varias. Sin embargo, cuando Vera
llegaba a su oficina, él siempre la atendía, iba de visita a su casa y era muy amigo de sus padres que, entre pláticas, botana y cerveza, lo llamaban yerno. A Vera -que tampoco es una perita en dulce- molestaba esta situación de semiclandestinidad, en gran parte porque no podía lucir públicamente a su hombre y tener confirmación, a través del reconocimiento (y la envidia) de los otros, de su éxito como mujer.

También la relación de Pamela con su novio es semipública, dice que es bien recibida por su suegra y su cuñada, pero su novio tiene una ex esposa, una novia oficial, es muy mujeriego y le gustan también otros putos . "Ella" lo quiere olvidar pero no puede, la carne clama y el deseo la atormenta. Por su parte, Luis estaba sufriendo mucho en este periodo por el abandono de su "marido", un muchacho de veinte años (Luis tiene cuarenta y no es vestida) del cual estaba
profundamente enamorado, y que, después de casi un año de convivencia, se fue en búsqueda de otras sensaciones: apareció con una novia. La relación sentimental es uno de los problemas más conflictivos para las locas por la inevitabilidad de la ruptura y la inherente inestabilidad : "porque es natural -dicen- él debe seguir lo que le dice su naturaleza de hombre, estoy consciente de eso" . En la conformación de la identidad individual y de una forma de vida propia, entonces, queda clara en la conciencia la irrealidad de mantener la relación con una sola pareja (como pregona Provida) y la necesidad forzosa e inevitable de tener múltiples relaciones a lo largo de su vida . Cuando, en ocasión de una plática que se dio a un grupo de locas sobre enfermedades de transmisión sexual, el locutor afirmó que la mejor prevención era tener una sola pareja; la platea explotó con una salva
de risas y un sinfín de burlas frente a tanta ingenuidad : "estás mal, es imposible, ninguna de nosotras puede hacer esto, no somos para esto", le gritó Germán. Tanto más conflictivo porque en la aspiración de ser mujer viene a fallar un elemento fundamental del modelo femenino dominante, el ser mujer para un solo hombre. Para mantener una relación, aparente en cuanto tal y en cuanto a estabilidad, se emplean varias estrategias : hacer la vida del compañero lo más agradable posible, llenarlo de atenciones (luego llorar porque el amigo no corresponde), mantenerlo si es necesario, buscando pretextos y justificaciones para no admitir que el tipo es un chichifo, cuidar las formas de clandestinidad como si fuera un problema propio, inclusive en el acto sexual buscar el placer de él más que el propio, dejarle libertad, aun con mucha amargura, para relacionarse con novias y esposas.

Igual que entre mujeres y hombres, hay dinero de por medio en este tipo de relaciones . Siempre he visto a la loca pagar el taxi, la entrada a la discoteca, el trago, la comida ; el joven que la acompaña nunca tiene dinero para pagar aunque sea la pecera y por fin todo se resuelve pagando con dinero el "favor" que le hace el tipo honrándola con su pura presencia. El dueño de un local nocturno, donde frecuentemente se presentan shows travestis y que es uno de los lugares de encuentro y ligue del ambiente gay, me comentaba que hasta le daba pena cobrar ya que "siempre es ella quien paga", sabiendo que las locas tienen generalmente pocos recursos económicos. A diferencia de lo que pasa en una relación heterosexual, donde generalmente es el hombre quien paga para obtener los favores de la mujer, aquí es al revés, y lo que se monetariza es la ilusión de una relación Los muchachos y hombres cortejados por una loca o un gay varón casi siempre piden dinero o regalos a cambio de sus servicios, así que existe una verdadera
prostitución masculina heterosexual que se ha ido incrementando en los últimos años entre los jóvenes varones heterosexuales. Sin embargo se llegan a formar relaciones donde existe un cariño sincero de parte del mayate, pero que no son públicamente visibles por ser socialmente reprimidas. Por ejemplo, el amante de Anacleto, que vive en otra ciudad, cuida su relación con él con muchas atenciones, aunque no son expresadas en público . Asimismo el amante de Felina, que aun viviendo en otra ciudad mantiene la relación desde hace ocho años, en momentos importantes de la vida de su "mujer" regresa a Juchitán para apoyarla. Cuando Felina fue mayordoma de la Vela de las Intrépidas, su compañero trabajó y cumplió con los compromisos que corresponden al hombre como nunca he visto hacer a un marido. En Juchitán existen contadas parejas de muxes que llevan largo tiempo viviendo juntos . Una pareja en especial es causa de admiración y envidia, viven juntos desde hace más de diez años como una clásica pareja heterosexual; él viste de hombre, cuida con esmero que "ella" siempre esté bien
vestida, le compra la mejor ropa y joyas, la acompaña a las fiestas, baila con ella, la abraza . De ellos hablan como de una pareja lograda y feliz : "él la viste muy bien, todo le compra, cuida de su apariencia hasta en los detalles para que la gente admire su belleza y lo bien que la trata . El se ve reflejado en ella, todo lo mejor se lo da para que luzca siempre lo mejor". El reclamo de todas, lo que más las escucho lamentar en los momentos de ebriedad, cuando la risa cede al dolor, es la incapacidad de los hombres de tener atenciones para con ellas, la incapacidad de actuar y de tratarlas como lo harían con una mujer o con su novia. Representa tanto una carencia afectiva
como un fracaso en el reconocimiento de su identidad femenina. El regalo de una flor, una caricia en público, una llamada por teléfono preguntando como está, un desayuno servido de vez en cuando, una sobada en la espalda o en los pies cuando está cansada, la defensa ante eventuales agresiones, son motivo de emoción, regocijo y muchas charlas con los amigos: "ya ves, sí me quiere, me habló desde Oaxaca, me sirvió el café, me regaló esta sortija, vino a verme a mí antes que a su novia". No encuentro muchas diferencias con lo que experimentamos las mujeres cuando pasa el primer periodo de noviazgo o enamoramiento, al igual que ellas nos quejamos de la ausencia de detalles "bonitos" de parte de nuestros hombres e igualmente sentimos cierto grado de precariedad en las relaciones en estos tiempos de profunda crisis del modelo tradicional de pareja. Sin embargo, en este caso la expresión de los sentimientos es más inhibida por los prejuicios sociales, como me dijo un señor en forma cruda pero acertada: "en nuestra sociedad es natural regalar una flor a una mujer, mas no a un puto". Cuando se da una relación más estable se tiende a legitimarla con un "matrimonio" . Se hace gran fiesta con los amigos, él de frac, "ella" con vestido blanco de novia con su tocado de tul y el ramo de flores en las manos, eventualmente unas lágrimas de emoción al pronunciar el fatídico sí frente al amigo que se desempeña como cura. Yo misma me emocioné mucho cuando un amigo me anunció que se iba a "casar" con su compañero y empecé inmediatamente a sugerir el vestido y los adornos que a mi juicio le hubieran quedado más elegantes. Debe haber muchas más problemáticas que todavía no alcanzo a vislumbrar, porque no creo casual que mis mejores amigos gay, cuando les comento sobre mi proyecto de investigación, al final me digan invariablemente: "todo está muy bien, pero me ustaría que investigaras sobre las relaciones de pareja, sobre el amor". El canal de las estrellas y el penacho de Moctezuma Si en el show la loca intenta reproducir lo más posible a la artista y la identificación con ella se proyecta en la imitación minuciosa, sea de los rasgos físicos, sea de
la gestualidad, en la construcción de su imagen femenina en la vida diaria se realiza un bricolage de elementos diferentes, de todo un poco: el tocado de Rocío Dúrcal, la boca de Verónica Castro, los cabellos de Mónica Naranjo ; reproduciendo minuciosamente toda la cursilería televisa con llamativa atracción hacia el kistch Por otro lado, a nivel mundial, este medio ofrece modelos gay de éxito, Juan Gabriel, Fredy Mercury, Michael Jackson con quienes poderse identificar. Junto a este despliegue de 'subcultura televisa' encuentro un gran arraigo en la cultura local, todos hablan zapoteco, usan huipil frecuentemente, las decoraciones de los bailes son de lo más tradicional . Quique, por ejemplo, está preparando una espectacular pachanga para su cumpleaños en diciembre, absolutamente tradicional . Hasta los huatulqueños han inventado una tradición, un
símbolo propio: el traje de penacho. Nosotros más allá de lo local Otro elemento interesante es el
carácter regional del evento. A este festival no llegan tantas representantes de otras pueblos
probablemente porque es todavía reciente, sin embargo es un evento regional y ¡ojo! inventado y organizado por juchitecos . A la Vela de las Intrepidas llegan "embajadoras" de muchas partes del Sureste, esencialmente Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Tabasco. Lo que significa que hay una red de relaciones permanente entre los gays de la región y con el resto del país. Tengo entendido que un gran porcentaje de los integrantes de esta red son de origen istmeño, propiamente juchiteco . En este caso entonces la identidad de género, la identidad gay, resultaría reforzada por la identidad étnica. En el certamen se manejaron varios símbolos regionales, los trajes, el penacho uatulqueño, y obviamente abundan en la Vela de las Intrépidas. Se trata también de investigar qué
otros eventos, aparte las fiestas, son elemento de agregación de la comunidad gay. Sé que los socios de la Vela de las Intrépidas empezaron como grupo político ligado al PRI . Participaban con pancartas, insignas y toda la parafernalia gay a los mítines, marchas, actividades, etc abiertamente como grupo gay definido. Esto en los años 70-80. Me dicen que fue primera vez en el estado de Oaxaca que la comunidad gay salió a la calle como grupo organizado, provocando
mucho escándalo y varios reportajes periodísticos. Me pregunto qué rol juega la pertenencia territorial en todo esto en términos de identidad ¿qué pasa con un cuerpo-placer no reproductor, qué no es lo mismo que el caso de mujeres que no tienen o deciden no tener hijos? Tal vez una psicoanalista pueda abrir vetas.

Aquí lo dejo.

¿Consideraciones finales o hipótesis?

En fin, me parece que por lo que concierne a este mundo diverso, que transgrede las reglas del sentido común, no se puede hablar de identidad, sino de identidades que comparten un estilo de vida complejo, contradictorio, cuyos ejes van de la "hembricidad" a la "machinería", entre luces y sombras, y con muchos cruces que se despliegan y varían a lo largo del ciclo de vida tanto en la vida sexual, como en la familia, en los roles de género, en la autopercepción y en la percepción que los otros tienen de ellos . "No tengo la ilusión de ser mujer y no me gusta ser hombre", dice acertadamente Felina . Cultura de la ambigüedad, de la performance, del exhibicionismo y de la
transgresión que rehuye tanto los estereotipos de género como la manía clasificadora de la cultura
occidental mestiza. En este sentido no creo que se pueda hablar de la institucionalización de un tercer género pero sí de la aceptación, no exenta de contradicciones, de otro estilo de vida que articula de manera natural las características de los dos géneros . El modelo socio-cultural tradicional de hecho prevé funciones y espacios a la expresión de la homosexualidad y concibe la posibilidad de que un individuo sea socialmente hombre y/o mujer en distintas etapas de su ciclo de vida . En este sentido el muxe tiene una presencia y una visibilidad en la organización genérica de la sociedad y en el universo cultural étnico zapoteco, que son poco usuales en nuestra sociedad occidental. La gente de Juchitán está orgullosa de la pe rmisividad que existe en su sociedad hacia la conducta homosexual y tiende a considerarla como un factor de liberalidad sexual que distingue su cultura de otras, como la mexicana. Sin embargo, de ninguna manera la sociedad zapoteca es el "paraíso de las locas" como tampoco es un matriarcado, el "paraíso
de las mujeres", como he intentado demostrar en otros trabajos 27 Por mi parte considero que el modelo cultural tradicional representa un prototipo rígido para regularizar, social y culturalmente, las prácticas sexuales y para ubicar la conducta homosexual, manifiesta o latente, la cual de cualquier manera no está restringida al homosexual manifiesto, ya que el medio social no sólo es permisivo hacia la homosexualidad sino también participativo. Por otro lado creo que esta forma de institucionalización de la homosexualidad tiene que ver con la marcada división sexual que caracteriza a la sociedad zapoteca y con la situación de la mujer en la familia y la sociedad . La
visibilidad y presencia social del muxe es posible en esta sociedad donde las mujeres tienen poder, no son sumisas y pueden protegerlos a cambio de un reforzamiento de su poder social . Por otra parte los homosexuales dan a los hombres la posibilidad de ejercer una sexualidad sin compromisos sociales, son cuerpos para el placer del otro y para el reforzamiento de la masculinidad continuamente amenazada por mujeres fuertes y tendencialmente dominantes, cuya presencia permea muchos espacios sociales. Sin embargo, el muxe-gay encuentra formas de expresión y afirmación tanto en espacios rígidamente legitimados por la cultura como femeninos y
masculinos, de la casa a la política, como en aquellos intersticios y zonas de la convivencia y de la
producción cultural que quedan fuera o periféricos respecto a la influencia de la cultura heterosexual, dándole una potencial libertad que se despliega en un amplio abanico de xpresiones y opciones individuales, creando formas de vida no previstas y por lo tanto consideradas peligrosas para el orden social . El muxe, que se desarrolla en el mundo de las mujeres, hija destinada a la soltería y al cuidado de los padres, que reproduce, como las mujeres, la cultura tradicional, se vuelve gay, desborda los límites prefijados socialmente, se mete en política, se autocelebra, exige reconocimiento por parte de las instituciones, exhibe la capacidad de manejo de la sexualidad masculina, produce e incorpora a la tradición elementos culturales propios . Es decir, construye otro estilo de vida . Lizárraga expresa muy bien este pasaje: "entre homosexual y gay es posible encontrar las distancias que se dan entre las minorías silenciosas y las minorías activas",' por lo tanto sujetos de la historia y esto causa desconcierto. Como bien dice Foucault: "lo que más perturba a los que no son gays es la forma de vida gay, y no los actos sexuales mismos Lo que no pueden tolerar es la posibilidad de que los gays puedan crear tipos de relaciones no previstas hasta ahora",' de hecho polimorfas, metamórficas, locas pues, fuera de lo normal.

La inteligencia no vive más que en la apertura a lo que resulta incómodo
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