lunes, mayo 28, 2007

Lucidez











El arte delicado del vicio ocupa tus placeres
Y tu sabes despertar el calor de los deseos
a los que tu cuerpo pérfido y flexible se oculta
El aroma del lecho se mezcla con los perfumes de tu vestido
Tu claro encanto se parece al simpleza de la miel
Tu no amas más que lo falso y lo artificial
La música de las palabras y los murmullos débiles.
Tu beso se desvía y escurre sobre tus labios.
Tus ojos son inviernos pálidamente estrellados
Los duelos siguen tus pasos en desfile melancólico
Tu gesto es un reflejo, tu palabra una sombra.
Tu cuerpo ablandado bajo besos sin nombre.
Y tu alma marchitada, tu cuerpo usado.
Lánguido y lascivo, tu astuto roce obsesiona.
Descansa todo en mis manos, sobre mi corazón, sobre la belleza leal del abrazo
Te conduces como lo deseamos, debajo de tu dulzura fingida
Sentimos arrastrarse al reptil atento
Al fondo de la sombra, ella un mar sin arrecife,
Las tumbas son aún menos impuras que tu cama
Oh mujer! Yo lo sé bien, pero tengo sed de tu boca.

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