lunes, mayo 28, 2007

La carne de las cosas







Poseo entre mis dedos sutiles el sentido del mundo
pues mi tacto al igual que el sonido, penetra.
La armonía, el ensueño, el dolor profundo
estremecen largamente la yema de mis dedos.

Comprendo mejor las cosas bellas si las acaricio,
comparto sus vidas intensas en tanto las toco
Es entonces que yo sé que es lo que ellas poseen
Nobleza, dulzura afinidad del canto.

Puesto que mis dedos han distinguido la carne de la arcilla
La lisa carne de mármol los contornos femeninos
Que la mano que sabe modelar ha maltratado
Aquella de perla, aquella de terciopelo
Conocieron la vida íntima de las pieles,
Vellón cálido y soberbio donde hundo mis manos!
Han conocido el ardiente secreto de las cabelleras
Donde se deshojan millares de jazmines-

Y semejantes a aquellas que regresan de los viajes,
mis dedos han cruzado infinitos horizontes,
Ellos han alumbrado, mejor que mis ojos los rostros
Y me han profetizado las oscuras traiciones.

Ellos han conocido la piel sutil de la mujer,
Y sus crueles temblores, y sus perfumes ocultos...
Carne de las cosas! He creído a veces abrazar un alma
Con la prolongada caricia de mis dedos...

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