Tu voz tiene la languidez de las liras lesbianas
La ansiedad de los cantos y las odas sáficas
Y tu sabes el secreto de músicas abrumadoras
O llora el suspiro de uniones antiguas.
Los aedas fervientes y los músicos
Te enseñaron la profundidad de las estrofas eróticas
Y la gravedad de los sucintos dísticos
Antes contemplaste las desnudeces paganas.
Tu pareces escuchar el eco de las armonías
muertas; azules de este azul de infinitas claridades
tus ojos tienen el reflejo del cielo de Mitilene.
Las flores han perfumado tus extrañas manos vacías;
De tu cuerpo sube como un ligero aliento
La blanca voluptuosidad de las vírgenes enamoradas.
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