Llena de amor y plenitud, de orgullo y felicidad, cierro los ojos y ahí estás, hermosa mujer de mirada de opio, de besos enervantes y piel nívea, tu cintura lisonjera, silueta hipnotizante; te adueñaste de mi mente, de mi cuerpo, de mi microcosmos, respiro aire y aspiro tu aroma, miro mi sopa y te conviertes en mi alimento, pruebo la fruta y me sabe a tus labios; eres como la noche, misteriosa, callada y constelada.Como la noche en que te conocí.
La veía con ternura, era mi mejor amiga, confidente de mis amores, juez de mis errores, sin embargo, sólo era eso, mi amiga, pues mujer y yo también y un tema jamás tomado y sí inferido, ella tan seria, tan tradicionalista, que sólo podría romper estereotipos en mis sueños más privados e inconfesables; pero que accedió a la petición de una amiga nuestra a celebrar mi cumpleaños en una pijamada llena de licor, en su casa, que después de todo estaría vacía debido a que los jóvenes con quienes la compartía no estarían pues era época de vacaciones de pascua y ella, al igual que nosotras, sí teníamos que permanecer en la ciudad ya que a esas alturas de la carrera de medicina, ésta no se rige por el calendario escolar, sino por horas práctica en un hospital. Así pues sólo asistimos mi amiga anfitriona, ella y yo, ya que la otra que fue invitada enfermó y prefirió estar con sus bichos. Compramos ron, refresco y botana, platicamos y bebimos sin límites, tanto que no me podía sostener en pie, fue muy divertido y agotador por lo que decidimos las tres irnos a la cama, la anfitriona se fue a su cuarto y en el contiguo a ése había dos camas y un baño, que me adueñé porque no dejaba de sentirme mareada, mi amiga preocupada me llevó agua para beber, mojó mi nuca para refrescarme y al hacerlo dio un masaje muy suave y tranquilizador, "no te confundas", me repetía dentro de mi cabeza, pero seguía con náuseas, me recosté en la cama y se ofreció a quedarse a mi lado para evitar que broncoaspirara a lo que acepté sin chistar, y ya, debajo de las sábanas, un cuerpo muy cerca del otro, la miré, el claro de luna tocando su rostro, su frágil cuerpo, resaltando su hermosura, (y mi elevada cantidad de ron circulando por mi organismo), con tono de agradecimiento le dije:
- Has sido muy buena conmigo, me has cuidado de que no cayera, dándome agua para que bebiera, procurando que no broncoaspire, estando a mi lado en mi cumpleaños al mentir en tu casa para estar aquí, y siempre escuchándome, caminando junto a mí desde que te conozco, no sé qué pueda darte para agradecer todas estas atenciones, pero si algo pudiera darte, pídeme lo que quieras que yo haré lo imposible para concedértelo, pídeme lo que quieras porque por mucho que pidas no será tanto como lo que me has dado. Pídeme lo que quieras porque tengo mucho qué celebrar por tí.
- ¿Y si me dieras un beso?
- Yo te lo daría
- Pues
Y las dos acostadas con las estrellas de testigo y la luna de cómplice, me volví hacia ella, y le besé la mejilla de una forma muy tierna, que no rechazó, y que estratégicamente la había plantado ahí pues yo había asumido que yo sólo sería su amiga, que no me podría ver de otra forma, y así me protegía de no mostrar mis verdaderos sentimientos hacia ella por el temor de que si lo supiera ella se alejara y perdiera su amistad; pero no sucedió, mas bien creo que inclinó más su cabeza para dejar al descubierto su cuello, fue una clara invitación que no dudé en tomarla: mi mano izquierda rodeó su cintura, ideé una senda imaginaria de la mejilla a la boca que seguí con besos hasta cerrarla con el más grande, fausto, y sensual conjunción de labios, cálida caverna afrodisiaca, soy adicta a ella desde aquella primera vez. Atrevidamente probé su cuello, me fascinaba ser aceptada, fue lo más sublime de todo. - Te amo, siempre te he amado pero jamás te lo había dicho porque temía ser rechazada se lo decía entre besos y caricias, entre manos, sudor, y excitación, - Te amo me respondía, y me inundaba de felicidad, tanta que le pedí que fuera mi novia, que la honraría por siempre si me lo permitiera, que velaría por su bienestar y que no se arrepentiría porque cuando hay amor, genuino amor, nos protege contra las inclemencias de la sociedad. Te amo y quiero ser tu novia, no hay duda de ello
Y aquí llegas a casi un año de la vez primera y me dejas sin respiración redescubriendo tu cuerpo, resorprendiéndome; todo está obscuro, deslizas sigilosamente tu cuerpo sobre el mío, e inicias un baile: el vaivén de tu cintura me alucina, me privas de la razón con tanto gozo, enciendes el fuego que corre por nuestras venas y que quema; te acaricio y me acaricias sin tocarme, basta que recorras mi cuerpo con tu mirada para llevarme al extasis, exquisitamente hasta convertirme en una super nova, me haces el amor una y otra vez, exhausta, cierras los ojos y te rindes en mis brazos, que no te sueltan desde la primera vez. No falta decir nada, no hay presente, ni pasado, ni futuro. Sólo hay un sentimiento sin tiempo de conjugación, sólo hay Amor.
2 comentarios:
Me encanta esta historia, muchisimas gracias por agregarla aqui, me puso muy feliz leerla...me identifco con lo que paso.
Me ha encantado! Sinceramente hermosos
, me encantaria sentir eso :) y te felicito escribes super bien
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