Recuerdo que cuando era pequeña uno de los heroes de moda era el hombre invisible. Todas las tardes lo veíamos en la televisión cubierto de vendas, se las quitaba poco a poco e iba desapareciando hasta que no quedaba más que un sombrero flotando en el aire y un par de lentes. Los casos que investigaba eran apasionantes (o al menos eso nos parecía) y siempre lograba atrapar al malo gracias a su don de la invisibilidad. De más esta decir que imitarlo era uno de nuestros juegos favoritos. Por sorteo decidíamos quien de nosotros sería el hombre o la mujer invisibles, una vez elegido el candidato ya lo único que faltaba era conseguir un buen rollo de papel higienico (que tambien servía en caso de que se nos ocurriera jugar a la momia) y cubrirlo de pies a cabeza. Luego él o ella se iban quitando la “vendas” y al terminar este proceso ya estaba totalmente “invisible”, todos los demas teníamos que fingir que no lo veíamos. Yo sentía mucha decepción cuando el sorteo no me favorecía pues por aquel entonces, ser invisible era algo divertido.
domingo, mayo 13, 2007
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