Carina encendió las velas perfumadas y dio una última mirada alrededor....la sala se veía hermosa, con las luces de las velas, la ventana que daba a la terraza ligeramente abierta dejando entrar la brisa veraniega, la luz de las portátiles algo baja...esperaba no ser muy evidente en sus intenciones...pretendía seducir a Mónica esa noche. Después de tantos años de conocerla, al fin se le daba la oportunidad.
La historia de ambas había sido de desencuentros. Se habían conocido siete años atrás, cuando Mónica salía con la mejor amiga de Carina, una fotógrafa algo loca, muy bohemia, con un carácter de esos que no sabes a que atenerte. Cuando le contó a Carina que estaba saliendo con una mujer 14 años mayor que ella, esta dudó de que Sonia estuviera en sus cabales....pero al conocer a Mónica comprendió el porque de esa historia. Mónica era alta, delgada, muy elegante, con piel muy blanca, cabello largo y negro y unos ojos negros como noche sin luna pero que chispeaban cuando reía. Todo lo que tenía Sonia de loca lo tenía Mónica de serena....eran como el agua y el aceite. Carina y Mónica congeniaron de inmediato...es mas, siempre había entre ellas una atracción mas profunda latente, que no se permitieron por respeto a Sonia. Hasta Sonia reconocía que la pareja ideal serían Mónica y Carina, y no Mónica y ella. Durante mucho tiempo compartieron cenas de fin de semana, salidas a boliches, festejaron cumpleaños juntas. Eran las tres mosqueteras.
Claro que a Sonia eso poco le importó, ya que un día se marchó de improviso a Brasil, prometiendo regresar pronto...escribiendo al principio fogosas cartas a Mónica, que se fueron espaciando hasta convertirse solo en tarjetas para Navidad. Mónica sufrió mucho ese abandono incomprensible, luego se recuperó...pero para ese entonces Carina estaba en pareja con Paula y nuevamente....dejaron de lado esa atracción latente entre ellas por respeto a alguien más. Paula detestaba ver a Mónica cerca de Carina, la amistad entre ellas se convirtió en llamadas a sus trabajos para intercambiar ideas y algún e-mail que otro, y reunirse a tomar una copa para el cumpleaños de ambas.
La historia con Paula habia terminado hacía un año. Desde entonces Carina y Mónica había comenzado a conversar mas, a verse mas seguido....y la atracción aún seguía ahí, no podían negarla. Ni disfrazarla. En esta última semana se habían encontrado tres veces para tomar una copa después del trabajo, y cuando no era Carina que buscaba rozar las manos de Mónica, era Mónica que casualmente tocaba las rodillas de Carina mientras manejaba su auto y la traía a su apartamento. Entonces Carina, pese a ser la menor de las dos con sus 32 años, decidió que era hora de hacer que Mónica se decidiera, y la había invitado a cenar ese sábado en la noche.
El timbre sobresaltó a Carina, quién se dió una última mirada al espejo antes de abrir la puerta. El cabello que apenas llegaba a los hombros lucía prolijo, y la luz de las velas arrancaba destellos rojizos...los ojos castaños se veían inmensos aún detrás de los lentes de armazón dorada...apenas había dado un toque de brillos a sus labios bien dibujados. El vestido azul pegado al cuerpo destacaba sus senos bien formados, y dejaba ver sus lindas piernas. Sonrió, satisfecha con su aspecto y fue a abrir.
Mónica se veía bien....ahora llevaba el cabello mas corto, pero aún lucía impecablemente negro a pesar de tener casi 46 años, la figura se conservaba a fuerza de gimnasio. Tenía senos grandes, que atraían la vista de inmediato, y unas piernas muy largas y bien formadas que ahora, para pena de Carina, estaban ocultas por unos pantalones negros que sin embargo hacían que su cola luciera muy sexy. Le sonrió a Carina con la cara de alguien que no sabe muy bien como actuar.
- Pasa.
Entró Mónica y se saludaron con un beso en la mejilla. Ambas se sentían como quinceañeras en la primera cita. Carina tomo el bolso de Mónica y lo puso en una de las bergers. También tomó la botella de vino, y fue hasta la cocina, mientras Mónica recorría el living, deteniéndose frente a las pinturas, ya que era un tema que le apasionaba.
- ¿Me dejas poner música? - preguntó mientras Carina aún estaba poniendo la botella de vino en un balde con hielo.
- Claro que sí - respondió Carina. Cuando oyó la música sintió que algo temblaba dentro suyo...era nada menos que "Love me tender", uno de sus temas favoritos...en ese momento comprendió que Mónica estaba en su misma sintonía, así que bajó al mínimo el calor del horno, porque sospechó que esa cena comenzaría con el plato fuerte. Regresó al living, Mónica estaba mirando sus libros y se volvió al oírla entrar. Tendió la mano, y preguntó con voz seductora:
- Ahora que nadie puede decir nada....¿aceptas bailar conmigo?.
- Por supuesto - respondió Carina, poniendo su mano sobre la de Mónica. Mónica la atrajo hacia sí, enlazó su cintura la apretó contra su cuerpo. Los senos de ambas quedaron rozándose, y en un gesto instintivo Carina descansó la cabeza en el hombro de Mónica, para sentir su perfume y el cabello de ella en su mejilla. Bailaron lentamente, mientras Mónica deslizaba sus manos por la espalda de Carina, en una caricia sensual que estaba excitando a Carina. De pronto la lengua de Mónica comenzó a juguetear con el lóbulo de la oreja de Carina, que siguió el ritmo de la música con los ojos cerrados y disfrutando de las caricias.
Mónica besaba ahora el cuello de Carina, con besos cortitos y suaves, mientras la mujer suspiraba. Se separaron un poco, lo suficiente para que Mónica pudiera atrapar los labios de Carina con los suyos, en un beso apasionado. Carina separó los labios y la lengua de Mónica entró en su boca, enredándose con la otra lengua, jugueteando, invitando a la excitación y al juego amoroso...Mónica no podía ocultar su veteranía en las batallas del amor. Estaba poniendo excitadísima a Carina prácticamente sin tocarla, solo con roces y caricias. Lentamente comenzó a bajar el cierre del vestido azul, mientras besaba el cuello de Carina.
- ¿Qué pretendes hacer? - susurró Carina divertida, al oído de Mónica.
- Amarte como hace mucho tiempo debí haberlo hecho - respondió Mónica, deslizando los breteles del vestido por los brazos de Carina, permitiendo que el mismo cayera al suelo. Carina quedó frente a Mónica, solo cubierta por una tanga color bordó y un soutien de encaje del mismo color, contrastando con la blancura de su piel. Los ojos de Mónica se volvieron aún mas negros si eso era posible, ante el espectáculo del cuerpo menudo de Carina a su disposición. Acarició los senos de Carina sobre el encaje de la prenda interior, provocando con sus caricias que los erectos pezones se pusieran aún mas duros. Acarició con su cabeza los pechos de Carina, que se sentía ya muy excitada....había esperado demasiado por ese momento. Mónica desabrochó el soutien, que cayó junto al vestido azul, y sobo los senos de la muchacha con sus manos, en masajes suaves y circulares.
- Tienes senos hermosos...muy hermosos. Tu cuerpo es hermoso Carina...huele tal como lo imaginaba....
- ¿Me imaginabas desnuda?.
- Sabes que sí...- respondió Mónica, antes de dedicarse a chupar los pezones erectos de Carina, moviendo la lengua sobre ellos de un modo que puso a Carina casi al borde del orgasmo de tan caliente. Se puso en cuclillas frente a ella, y besó todo el vientre, rodeando el ombligo con besos y lenguetazos, mientras con las manos recorría las piernas desde el tobillo hasta el nacimiento de las nalgas. Las manos de Mónica pasaron bajo el calzón bordeaux para atrapar las nalgas de Carina y apretarlas suavemente, masajeandolas. Carina sentía que su vagina ya hervía a causa de la calentura que Mónica estaba provocando con las caricias que prodigaba con sus manos y su lengua.
- Por favor... - jadeo despacito. Mónica la miró desde su posición, sonrió ladina y tiró del calzón hacia abajo, el cual pronto quedó sobre el vestido azul, junto al soutien de encaje. La vagina de Carina ya estaba totalmente mojada de líquidos blancos, y Mónica pasó la nariz frente al lugar que tantas veces había imaginado, llenando sus fosas nasales del perfume dulzón y agradable del sexo de Carina. Se puso en pie y la llevó hasta el sillón, haciendo que se sentara. Carina captó la idea y se sentó al borde del sillón, abriendo mucho las piernas de tal modo que su sexo quedó totalmente a la vista de Mónica...su sexo depilado, cubierto de sus propios jugos, los que Mónica mismo había hecho manar. Mónica se puso de rodillas frente a Carina, mirándola con un gesto tan libidinoso que hizo que la temperatura de Carina subiera a mil. Puso la cabeza entre las piernas de Carina, y con la punta de la lengua recorrió la rajita de abajo hacia arriba, como probando...el solo roce hizo que la vagina de Carina se estremeciera. Cuando la punta de la lengua de Mónica entró dentro de Carina, esta sintió que se vendría pronto. Mónica empujaba la lengua dentro de ella, entrando y saliendo, y los flujos vaginales de Carina fluían incontenible, mientras sus caderas se movían casi por si solas, para aumentar el placer. Cuando Mónica intuyó que Carina se venía, atrapó al clítoris con su boca poniéndola en forma de O y chupó con fuerza. Carina tuvo un orgasmo y casi de inmediato otro....le pedía que la dejara, pero Mónica no la escuchaba.....le excitaba provocar tanto placer en ella. Solo cuando Carina dejó de moverse, totalmente agotada después del tercer orgasmo seguido, la dejó. Se sentó junto a ella y apretó el cuerpo desnudo contra el suyo.
- Sos malvada....
- No....no soy malvada....te deseaba demasiado para dejarte escapar esta vez....
- ¿Ah sí? - preguntó Carina, deslizando su mano entre el pantalón y la piel de Mónica, llegando pronto adonde quería...a la caliente humedad del sexo de Mónica. No le fue nada difícil encontrar al clítoris, hinchado por causa de la excitación. Con sus dedos empezó a estimularlo, suavemente, mientras Mónica empezó a mover las caderas al mismo ritmo. Pronto la humedad era tanta que los dedos de Carina estaba empapados, así que se giró un poco el cuerpo, con la mano libre aflojó el cierre del pantalón de Mónica y metió dos dedos dentro de la vagina caliente de la mujer. Empujó para penetrarla, cosa que se vio facilitada por la lubricación que ellas mismas habían provocado...entraba y salía con rapidez de dentro de Mónica, que suspiraba ruidosamente....como no le parecía suficiente, introdujo un tercer dedo dentro de la vagina de ella, y giró el cuerpo para poder penetrar con mas fuerza. Mónica pasó los brazos por detrás del cuerpo de Carina, como si quisiera meterla entera dentro de sí....pocos minutos después llegó el orgasmo, atrapando los dedos de Carina con tantas contracciones vaginales que no se podían contar. Cuando Mónica dejó de moverse, Carina quitó sus dedos de dentro de ella, de a poco...y hasta con eso provocó que la vagina de Mónica latiera por sí sola. Volvieron a abrazarse, muy fuerte, respirando ambas ruidosamente.
- Caramba.
- Vaya cena - murmuró Mónica y ambas rieron.
- Te amo Mónica.
- Te amo Carina.
Sellaron esa declaración con un apasionado beso en la boca, donde Carina pudo saborear no solo el sabor de la boca de Mónica, sino el sabor de su propio sexo.
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