El humo en el aire invitaba aún más a la reflexión. De fondo electro jazz, un par botellines de cerveza y frente a mis ojos, una de mis mejores amigas, con la que siempre me ha fascinado hablar. Algunas veces hablamos de sexo. Es algo anecdótico y cuando intento verlo desde fuera, me doy cuenta de que hablamos como si la una no conociera la realidad de la otra. Ella me habla de lo que le gusta de un hombre, yo le hablo de lo que me gusta de una mujer. Una conversación que enriquece por contraposición. Ella no concibe el sexo sin un sexo masculino y yo le hablo del “alternativo mundo osibilidades del sexo lésbico”. A mí me cuesta creer que alguien no pueda entender el sexo sin un pene. A ella le cuesta creer cómo yo puedo entender el sexo sin un pene. Respect. Es cuestión de gusto.
domingo, mayo 13, 2007
Una prolongación de la mano lésbica
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario