viernes, mayo 18, 2007

Romance internacional

El aeropuerto estaba bastante lleno, y Marta se sentía un poco tonta con aquel cartel en alto con un nombre escrito en rojo «Laura Castro»...eso de estar allí era toda una locura. Faltaba sólo que Laura no apareciese...después de estarse 40 minutos con aquel cartel en alto...además de todo el miedo que le daba aquel encuentro, se sentiría muy ridícula.
Había conocido a Laura en un chat hacía cosa de seis meses. Vivían en países bastante distantes, con culturas muy diferentes....lo que les hizo entablar conversación fue compartir un canal de chat y un opción de vida: el ser lesbianas. El primer mes se cruzaban de tanto en tanto en el chat, luego comenzaron a intercambiar e-mails y la extraña relación se afianzó, intercambiando vivencias e historias, consultandose cosas. Cuando la comunicación ya fue diaria y Marta no podía esperar al momento de abrir la casilla de correo para encontrar el e-mail de Laura, se dijo que algo muy raro estaba sucediendo allí, al menos en su corazón. Laura era azafata en una línea aérea de su país, así que cuando le dijo que su había conseguido transferencia en los vuelos para poder tocar Montevideo en sus escalas y quedarse al menos un día, Marta no podía creerlo. Era de esas cosas que uno desearía que sucediera, pero jamás pensó que se concretaría en una realidad. Y allí estaba, cartel en mano, esperando que ella llegara. ¿La reconocería?. ¿Sería tan hermosa como en las fotos que había enviado...o habría elegido a propósito solo las mas favorecedoras?.
Cuando la vio cruzar la puerta de salida no tuvo dudas .... la reconoció de inmediato, con su uniforme azul oscuro y la camisa blanca. Ella tampoco tuvo dificultades en reconocerla, porque ya le estaba sonriendo desde lejos. Fue directo hacia ella.
- Hola.
- Hola.
Se quedaron viéndose, con esa sensación de no tener que decir y al mismo tiempo ganas de decirse miles de cosas. Marta bajó el cartel y Laura rió, divertida.
- ¿Tenías miedo de no reconocerme?.
- No...de que tú no me reconocieras.
- Sabes que eso sería imposible...realmente imposible - contestó Laura, extendiendo la mano y acariciando la mejilla de Marta, quién instintivamente miró a su alrededor a ver si alguien estaba viéndolas. Se sentía bastante azorada con la situación.
- Vamos...tengo el coche afuera...
- Claro, vamos.
Una vez en la calle Marta le hizo una rápida recorrida por la ciudad y después fueron hasta su departamento. Laura lo recorrió, curiosa...era bastante mas bonita de lo que dejaban ver sus fotografías. Se volvió y sonrió...se veía realmente encantadora.
- Esta muy lindo este lugar...¿cuando piensas darme un abrazo?.
Se dieron el abrazo largamente esperado, a decir verdad...que Marta tenía mas ganas de besarle directamente, ahora que estaban a solas y lejos de miradas indiscretas. Laura se quitó la chaqueta y preguntó:
- ¿Y donde está la ducha?...llevo varias horas en el avión...estoy un poco cansada.
- Claro...ven por aquí.
Le indicó el baño, le dio tohallas limpias, jabón. También le dijo dónde estaba su perfume, por si a Laura se le antojaba perfumarse. Mientras Laura se duchaba, Marta se paseaba inquieta por la sala...era un situación bastante extraña, porque todo el jugueteo y devaneo «virtual» parecía una broma, pero ahora que la tenía frente a frente....hmmm, que tenía una mezcla de deseo y miedo que la ponía bastante nerviosa.
- Marta...
- ¿Qué? - preguntó ella, volteando la vista para ver a Laura solo envuelta en una tohalla, de pie en la puerta del pasillo. Los ojos de Laura tenían una expresión facilmente reconocible...la del deseo.
- ¿Me das un masaje en la espalda?.
- Claro.
- Vamos a tu dormitorio, que todavía no me lo muestras.
Marta fue delante. El dormitorio era bastante sobrio, pero Laura pudo ver las fotos impresas y puestas en un marco en la mesilla de noche que le había enviado. Se rio un poco, tomando uno de los portaretratos.
- No sabía que te dormías viéndome...hubiera enviado una foto mejor.
- La realidad supera esas fotos - respondio Marta, insolitamente atrevida, como si la intimidad del dormitorio despertara todo ese deseo acumulado durante esos meses de intercambio electrónico. Laura se tendio en la cama de espalda y bajó bastante mas de lo debido la tohalla...se veía toda la espalda hasta el nacimiento de las nalgas y la curva de los senos se vislumbraba debajo del cuerpo. Marta se sentó junto a ella y masajeo la base de la nuca con suavidad.
- Estás tensa...
- ¿Pensaste que no me pondría nerviosa el conocerte? - respondió Laura, estirando la mano y acariciando la pierna de Marta. La invitación era mas que evidente... Marta bajó la cabeza y comenzó a besar el cuello de Laura, apartando el negro cabello, oliendo su propio perfume en el cuerpo de la otra muchacha. Sintió que Laura suspiraba y se apartó para tirar la tohalla al centro de la habitación, con un apuro que no pudo controlar. Laura se volvió y dejó ver su cuerpo totalmente desnudo ante ella...la piel morena, los senos pequeños pero muy deseables, las piernas bien formadas y lamio sus labios con lentitud y sensualidad. Marta se pudo de pie y se enredó con los botones de su blusa en el afán por quitársela, queriendo estar ya en la cama con su compañera, pero Laura se puso de pie frente a ella y le tomó las manos.
- Deja que yo lo hago.
Nunca la habían desnudado de esa manera...mirándola fijo a los ojos Laura desabotono con lentitud la blusa y se la quitó. Luego desprendió la pollera negra y la dejó caer...rodeando el cuerpo de Marta, tras darle un beso profundo en la boca, le quitó el brasier....era una ceremonia tan sensual que Marta ya se sentía excitadísima. Las manos de Laura estaban jugueteando con sus senos, con movimientos circulares mientras seguía mirándola a los ojos...esa mirada parecía llegar a sus mas íntimos pensamientos. Estiro los brazos para tocarla pero Laura lo impidió con un rápido movimiento, tomando sus muñecas.
- Quiero hacerte el amor...he soñado mucho tiempo con eso...déjate amar...no quiero que hagas nada.
Se tendieron en el lecho, Marta boca arriba, Laura de costado, acariciandola y mirándola como si quisiera grabarse a fuego cada curva de su cuerpo....gozando con la vista de ese cuerpo desnudo junto al suyo, acariciando con una suavidad y profundidad que estaban volviendo loca de deseo a Marta, que quería hacer lo mismo, pero no quería tampoco interrumpir la fantasía de su compañera de lecho. Laura lamió sus senos con avidez, saboreando cada rincón....bajó por el vientre hasta llegar a su vagina, donde comenzó un trabajo lento y sincronizado, la lengua contra su clítoris... Marta empezó a moverse para sentir mayor presión en esa zona sin poder evitarlo, a pesar de las órdenes de Laura. El orgasmo llegó casi sin avisar, haciendo que se estremeciera de gozo. Laura retiro la boca de la zona, pero siguió estimulándola con la mano, metiendo sus dedos dentro de la vagina, explorando, haciendo que los líquidos de Marta fluyeran incontenibles y que gimiera de placer ante cada movimiento realizado por esa mano experta. Laura siguió allí dentro y acercándose comenzó a besarla en los labios, metiendo la lengua por todos lados, aquello parecía una batalla. Marta no tardó en tener otro orgasmo que le sacudió todo el cuerpo. Aquella era la sesión de sexo mas espectacular que había tenido ... no podía imaginarse gozar más. Se quedó mirando el techo, exhausta ... Laura ya estaba fuera de ella y podía sentir su mirada, y luego sus manos acariciando sus senos y su vientre, ya no con deseo, sino con ese mimoseo propio de la gente enamorada...y sin embargo Marta sentía inquietud de nuevo ¿cómo podía ser tan insaciable?.
- Mi vida...no puedo creer lo que me has hecho sentir....
- ¿Y no era lo que estabas esperando?. ¿Para qué pensaste que vendría....solo para pasear por tu ciudad?.http://www.lacalle-online.com/fotos/0000100549G.jpg

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