Su toma de contacto con la actuación comenzó en la farmacia de su padre, donde le imitaba a él y a algunos clientes. Sin embargo, su padre deseaba que siguiera estudiando música. En 1889, fue elegida por su tutor para actuar en un concierto navideño; a pesar de que lo hizo bien, cuando Alla manifestó su alegría en la recepción, su padre la golpeó. Este hecho marcaría posteriormente la carrera artística de Alla, provocándole depresiones y pánico después de cada actuación. A los 15 años ingresó en un internado de Odessa, donde sus compañeros se burlaban de ella llamándola "barril", "oso" y apodos similares. Luego se alojó con una mujer cuyas hijas actuaban en el teatro local, y Alla se aficionó a ir con ellas para ayudarles con los trajes y el maquillaje. Tras enfermar su padre, su hermano pasó a ser su tutor pero también se negó a que estudiara interpretación hasta que Alla cumplió los diecisiete años. A esa edad le ofrecieron una prueba en la Escuela Filarmónica de Moscú, considerada la mejor de Rusia. Estudió bajo la dirección del famoso Konstantin Stanislavsky en el Teatro de Arte de Moscú, recientemente creado con la intención de reunir un grupo de actores con un nuevo estilo de interpretación. En lo físico, Alla pasó de ser una niña poco agraciada a una joven estilizada y atractiva.
Para pagarse sus estudios, Alla se prostituía en las calles hasta que conoció a un hombre rico que la ayudó. En la calle conoció a varias mujeres que poco después serían referentes del movimiento feminista en Rusia. Abandonó el Teatro de Arte y entró a trabajar en el repertorio regional, donde se casó con un estudiante llamado Sergei Golovin, pero sólo fue un matrimonio de apariencia para ocultar su apellido judío. Poco después volvió al Teatro de Arte y estudió dirección de escena. Un año más tarde volvió a abandonar el Teatro debido a su decepción por Stanislavsky, que se había hecho más conservador, y se incorporó a una compañía donde conoció a sunuevo amor, Pavel Orlenev, amigo íntimo del escritor Anton Chéjov y de Máximo Gorky. En 1904 la compañía de teatro inició una gira por Europa, y allí empezó a forjarse la fama de Alla como actriz, sobre todo a raíz de su interpretación en Londres de El pueblo elegido. En 1905 un grupo de actrices británicas organizó una obra benéfica para costear el traslado de la compañía de Alla a Nueva York, donde sus interpretaciones de obras de Chéjov e Ibsen fueron de nuevo alabadas por la crítica. En Estados Unidos conoció a Emma Goldman, también rusojudía, con la que empezó una relación lésbica. Orlenev y su compañía volvieron a Rusia, y Alla, ya convertida en una estrella, se quedó en Nueva York, donde firmó un contrato con Lee Schubert, un legendario productor de teatro que le dio carta blanca para elegir las obras que deseaba interpretar.Mientras interpretaba Bella Donna conoció a Charles Bryant, un hombre homosexual al que llamaba "marido" aunque nunca se casaron legalmente. En aquella época el lesbianismo era mal visto en Estados Unidos y abundaban los matrimonios de conveniencia, en este caso favorable para ambos. Emma Goldman rompió su relación con Alla, debido a sus numerosas relaciones con otras mujeres, entre ellas Mercedes De Acosta. En 1915, durante la Primera Guerra Mundial, trabajó en el cortometraje Novias de guerra, un alegato en favor del pacifismo. Sus contratos y sus privilegios se dispararon. En 1917 firmó un excelente contrato con el estudio Metro, con el derecho a elegir guión, protagonista masculino y director. Así llegó su primera película, Revelación, donde también participó Charles Bryant. Su segunda película fue Juguetes del destino. En Los Ángeles protagonizó el éxito Ojo por ojo. Allí comenzó una especie de círculo sáfico en el que Alla impuso como guionista a June Mathis y como directora artística a la bailarina Natacha Rampova, ambas lesbianas. Su éxito fulgurante le proporcionó suficientes ingresos para comprarse una impresionante mansión de estilo español en Sunset Boulevard conocida como "El jardín de Alla", un lugar donde se reuniría con la mayor parte de la élite de Hollywood y donde celebraba fiestas en las que el alcohol, las drogas y las orgías lésbicas entre actrices eran frecuentes. Su ideología, acorde con la que reinaba en la Rusia revolucionaria, donde se proclamaba el fin de la familia y la despenalización del aborto, el divorcio y la homosexualidad, hizo que los medios de comunicación se le pusieran en contra y que su nombre se asociara a comunismo y lesbianismo.
Alla rodó la película Afrodita, basada en una novela de Pierre Louys, donde se trataba abiertamente el amor lésbico y el sexo entre mujeres, pero nunca salió a la luz debido a la prohibición de la censura que ordenó quemar los rollos. Tuvo que vender su mansión, que fue dividida en varios bungalows para nuevas estrellas de Hollywood, reservándose en el contrato su derecho a vivir en uno de ellos de por vida. Los éxitos empezaron a alternarse con fracasos y su popularidad cayó. Su relación con la productora Metro terminó y Alla empezó a producir sus propias películas en 1922 (Una casa de muñecas y Salomé), pero su estética lésbica no fue apreciada por el público estadounidense por lo que sufrió fuertes pérdidas económicas que intentó paliar actuando en obras de teatro y en películas de bajo presupuesto. Viajó a París, donde reinaba una mayor libertad sexual, y Mercedes De Acosta le presentó a la sobrina de Oscar Wilde, Dolly, también lesbiana. En Estados Unidos la represión contra el lesbianismo se acentuaba hasta tal punto que algunas actrices eran encarceladas en plena actuación, como fue el caso de Helen Menken. Vivió sus últimos años con su compañera, Doodie, interpretando pequeños papeles de anciana, y murió en California, en 1945, a causa de una trombosis. Está enterrada en el cementerio de Forest Lawn donde siempre abundan las violetas, flores sáficas por excelencia.
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