El Regalo de Karlita
Mi cumpleaños se acercaba y a mis 16 años de edad había tenido emociones sexuales muy fuertes, primero me inicié en mi bisexualidad con mi mejor amiga, y después gracias al brebaje lo hice con mis hermanas menores, sólo de recordar esa noche se me pone mojadísima la pucha, pero lo más maravilloso estaba por venir.
Karla y yo nos fuimos de vacaciones de fin de curso a Puerto Vallarta, aprovechando que mi cumple se juntaba, uno se imagina que íbamos con familia o algo, pero solo éramos Karla y yo por lo que las noches intimas iban de la mano, a mi novio lo dejé un día antes y me despedí de él dándole una mamada que después platicaré, se quedó obviamente picado, pero según Karla así cuando regresara me iba a satisfacer de una forma única.
Bueno, volviendo a las vacaciones, había mucha gente, de todas partes del mundo como acostumbra en vacaciones estar Vallarta, pero yo tenía una extraña fijación en Larisa, una chavita puertorriqueña que acabábamos de conocer que venía con su hermano menor, ella tenía mi edad, su piel era color café con leche y tenía unos hermosos ojos miel claro, físicamente no pedía nada, los senos a su edad eran lo mas interesante, y su bikini casi no dejaba nada a la imaginación.
Su hermano era negro, por lo que lo de bien dotado quedaba unido y confirmado al verle la trusa de baño que traía, tenía 18 años y era un toro.
Bueno una de mis mas grandes fantasías ha sido tener sexo con alguien de color, y aunque su hermano me pedía a gritos que le mordiera la verga hasta que se acabara, Larisa sería la primera.
Esto pasó pues le confesé a Karla que Larisa me movía el tapete, éramos abiertas, y ella decidió invitarlos a los dos y como regalo de cumpleaños me iba a dar a Larisa.
No había Karla sin su brebaje, ella lo llevaba siempre como un varón lleva un condón en su cartera, así que los invitamos y pusimos llubina en sus piñas coladas, en el departamento solo yo, Karla y dos criaturas de color que no sabían que iban a saciar nuestros instintos.
Cuando el brebaje empezó a dar efecto, Karla se llevo a Luigi a la parte de arriba con la excusa de que iban a platicar algo, sabía que apenas subieran y Karla se iba a comer la salchichota, por lo que yo también entré en acción.
"Qué calor hace aquí no crees" le dije a Larisa.
"Sí, bastante" respondió
Me acerqué a ella y le puse mi mano en su pierna, ella sólo me miró un poco, pero el brebaje ya la tenía bajo mi control, inmediatamente le puse la otra mano en su seno y le dije: "vamos a ver que podemos hacer para quitártelo, donde sientes calor en especial"
Tomó mi mano y la puso exactamente en su raja, le metí un dedo por abajo del mini short que traía y ella soltó un pequeño suspiro.
"Ya veo", "parece que te tienes que desvestir para que se te quite" Estaba tan caliente que no esperé a que se quitara la ropa, yo misma le arranqué la camisa mientras la besaba en la boca, yo no había tomado nada del brebaje pero me sentía como si me hubieran dado 2 litros, estaba cumpliendo mi fantasía más grande.
Cuando las dos estábamos desnudas, nos pusimos en una posición en la que mi vagina chocaba con la suya de frente, estábamos humedísimas y nos sentíamos totalmente, le llegué a meter una parte de mis labios vaginales en esa vagina tan deliciosa, no esperamos mucho y me pidió que le hiciera el sexo oral, me agaché y decidí lamerle con la puntita de mi lengua, ella se corrió instantáneamente pero eso no me iba a detener. Le dije: "a ver si te ponemos piña colada en la raja a la mejor se te baja la calentura"
Le vacié el botecito en la raja y me dediqué a limpiárselo con la lengua. Después, no se si fue por instinto o por los movimientos que hacíamos pero, quedamos en la posición de perrito, ella en cuatro patas mostrandome sus dos huequitos y con sus senos firmes mirando al suelo, yo estaba atrás y la calentura no esperaba, me empecé a mover como si la estuviera penetrando, y mi vagina se resbalaba en la revoltura de sus jugos, mis jugos y los restos de piña colada, me movía involuntariamente con más y más fuerza hasta que me corrí de una forma increíble la vista se me nubló y solo vi lucecitas, me quedé dormida al lado de ella mientras ella me limpiaba con su boca, tuve un sobreorgsamo ahí y al otro día cuando desperté solamente estaba una nota de agradecimiento de los dos.
Karla me contó que con Luigi tuvo una noche fuertizimoa y que incluso le había echo sexo anal, de sólo platicarnos la experiencia nos pusimos calientes otra vez, y qué mejor manera de darle las gracias a Karla por su regalo de cumpleaños que tener sexo con ella y después confesarle que Gaby y Marijose habían tenido sexo conmigo unas semanas antes
"Bueno Pao, eso quiere decir que vamos a compartir mucho más que nuestra amistad y tu novio". Me dijo con una sonrisa.
viernes, mayo 04, 2007
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