Estoy deseando que Clarissa llegue...caramba, aún no puedo acostumbrarme a sus viajes...pese a llevar cinco años juntas, cada vez que se va a un Congreso de su profesión fuera del país la extraño como loca. Extraño sus caricias, sus bromas, su cuerpo....muchas veces me pregunto que es lo que nos une y me digo que tiene que ser amor. Si hubiera sido solo deseo ya hubiera terminado...ademas debo convenir que mi Clarissa no es la mujer mas hermosa del mundo. Tiene unos kilitos de más, una pancita que ella disimula muy bien con sus ropas, un rostro común...y sin embargo...muero por estar con ella y recorrer ese cuerpo que he recorrido mil veces desde que estamos juntas.
Al fin la veo salir con su equipaje y agito la mano. Ella viene hacia mi, con cara de cansada pero sonriendo de ese modo entre pícaro y dulce que me atrajo desde el primer día. Nos damos un casto beso en la mejilla, le ayudo a cargar una de sus maletas y vamos fuera del aeropuerto a tomar un taxi.
- ¿Cómo te fue?.
- Bien amor...muy bien. Presente impecablemente el trabajo que me ayudaste a preparar....te debo a ti las felicitaciones que recibí.
Cuando nos conocimos Clarissa cursaba el último año de su carrera de Cirugía. Ahora, con mucho esfuerzo, estaba logrando un lugar destacado dentro de su especialidad. Llevábamos un año viviendo juntas, y aunque muchas personas sospechaban de nuestra relación nosotras ni confirmábamos ni desmentíamos y pasábamos cómodamente por la vida, amándonos sin molestar a nadie. De algún modo también lográbamos que el sexo no se volviera aburrido, investigábamos mutuamente, sin cesar de descubrirnos...era fascinante, extraño y hermoso. Ella conocía mi cuerpo, que se mantenía delgado y esbelto...yo conocía su cuerpo, con sus fallas y virtudes....amaba sus senos, tan sensibles a mis caricias. Caramba...de pensarlo me estaba poniendo caliente. Clarissa me miró y se rió, ya me conocía muy bien.
- ¿Apurada por llegar a casa?.
- Sí, creo que sí.
El taxi tardó poco desde el aeropuerto a nuestro departamento. Entramos y dejamos las maletas en el living, Clarissa me tomó la mano y me llevó al dormitorio. Una vez allí me atrapó en sus brazos y comenzó a besarme en el cuello, en la cara, para terminar en mi boca, mientras sus manos recorrían mi cuerpo....estaba tan caliente como yo. Comencé a quitarle el swater que traía, y ella desabrocho mi camisa. Nos abrazamos de nuevo pegando nuestros cuerpos y dándonos un profundo beso en la boca, tardándonos varios minutos en eso de saborearnos mientras nos restregábamos una con la otra.
- ¿Me extrañaste mi negra?.
- Que pregunta...sabes que sí....
Me desprendió la falda que cayó al suelo. La aparté a un lado con uno de mis pies...era yo muy calentona, ya estaba totalmente húmeda solo con un par de besos y caricias. Clarissa me dio un leve empujón que me indicó que deseaba que me acostara....lo hice, y ella comenzó a besarme desde el nacimiento de los senos hacia abajo, recorriendo luego todo mi vientre con su lengua, dibujando aros alrededor de mi ombligo..mientras me quitaba el calzón. Acerco su cara a mi vagina, sonrió y dijo:
- Siempre la misma desprolija...¿verdad?....
- Ya me conoces...
- Claro - respondió ella, atrapando mi clítoris con su boca, empujando su mentón dentro de mi vagina, insinuando una penetración...suspiré de gusto. Ella chupaba mi pequeño, mientras había pasado sus manos detrás de mi para atrapar mis nalgas y sobarlas...lo hacía divinamente. De pronto pasó los dedos de una de sus manos por sobre mi mas que mojada vagina, empapando sus dedos.
- ¿Qué vas a hacer? - pregunte con voz entrecortada, demasiado excitada para hablar normalmente...ella no respondió. De pronto sentí que uno de sus dedos entraba en mi ano....nunca me había hecho eso....se sintió un poco extraño....pero no desagradable. Ella metió la lengua ahora dentro de mi vagina y otro dedo en mi ano, penetrándome por ambos al mismo tiempo con una cadencia que me volvió loca...sus dedos por detrás dolían un poquito, ya que aún era virgen por ese lado, pero se sentía tan rico que pronto la molestia fue reemplazada por placer. La lengua de Clarissa se movía con rapidez sobre mi raja y dentro de mi vagina, entrando y saliendo, mientras sus dedos en mi ano empujaban con firmeza pero sin lastimarme....el orgasmo que tuve fue fuertísimo, tanto que tarde varios segundos en que los músculos perineales dejaran de moverse por sí solos.
- Amor....¿el Congreso era de Cirugía de hombro, o de técnicas amatorias? - pregunté, cansada. Clarissa sonrió extrañamente, fue hasta el living y trajo una caja blanca.
- Un poco de ambos - dijo, sacando de la caja un arnes como los que habíamos visto tantas veces en Internet. Traía un implemento pequeño, y un consolador de unos 20 cms de largo y unos 4 cms de grueso para adosar al arnes. La miré un poco sorprendida...varias veces habíamos comentado que se sentiría usar uno de esos juguetes, pero no sabía que ella quisiera comprarlo. Por otro lado me dio un poco de temor...jamás había hecho el amor con un hombre, ni con uno de esos juguetes...temí que me doliera.
- Amor....- comencé a decir, mientras ella se quitaba su calzón y se colocaba esas correas. Se volvió y el verla con aquel arnes, y ese consolador erecto al frente me hizo sentir de nuevo caliente...ver el cuerpo conocido de mi amante, con su pancita, sus senos grandes...y ese implemento que ella ahora estaba bañando con lubricante...me hicieron poner muy caliente, tanto que perdí el temor al posible dolor, y quise que usara eso conmigo.
- Voy por ti amor - murmuró Clarissa, poniéndose sobre mi. Con la cabeza del consolador se insinuó en la entrada de mi vagina, entrando apenas un poquito...eleve las caderas...lo quería todo dentro de mí. Clarissa dio un empujón y aquel consolador, mas que lubricado por el gel con que ella lo había cubierto y mis propios jugos se hundió dentro de mí, haciendo dar un gritito. No supe si me dolió...lo que si supe que la sensación fue increíble. Los senos de Clarissa se restregaban con los míos, y aquello dentro de mi vagina que empujaba como si quisiera irse aún mas adentro hicieron que comenzara a moverme debajo de mi amante. Ella saco un poco el consolador y volvió a meterlo, empezó a cogerme como si fuera un hombre, entrando y saliendo con el implemento de dentro mío mientras su cuerpo estaba sobre el mío, yo pasé mis piernas detrás de su espalda para que la penetración se facilitara mientras gemía incoherencias. Otro orgasmo hizo que mis piernas se sacudieran....Clarissa se quedó quieta, dejando aquel pedazo dentro de mí, hasta que se terminó. Luego lo quitó suavemente, se tendió a mi lado y me besó sobre los ojos, cosa que me encantaba.
- Te amo Alejandra - me dijo, mientras acariciaba mi cuerpo con la punta de sus dedos, desde el cuello hasta la vagina y volviendo hacia arriba, de ese modo que me encantaba que hiciera después de haberme amado - ¿Te gustó la innovación?.
- Me encantó...¿por qué no me dijiste?.
- Temía que no me dejaras comprarlo. Sé que sos un poco miedosa, pero cada vez que lo veía en Internet se me calentaba la mente pensando en cabalgarte con esto...
- Sos una yegua.
- Sí, lo soy...pero tuya.
Me reí y empecé a desabrocharle el arnes...Clarissa me miró interrogante, pero al ver mis ojos supo lo que quería y me dejó hacer. Me coloqué el implemento en mis caderas....se veía extraño...sin embargo al ver que Clarissa se ponía de espaldas y abría las piernas, y ver su vagina totalmente cubierta de espeso líquido blanco, me volví loca por la urgencia de poseerla con este implemento. Lo acerqué a la entrada de su agujerito, metiéndolo un poquito...mirando a Clarissa a la cara mientras lo hacía. Su expresión era una mezcla de expectación y placer que terminó de decidirme...di un empujón con mis caderas y el consolador entró limpiamente por el hoyo de mi amante...empecé a meterlo y sacarlo rápidamente, cosa que no costaba para nada, tan lubricada estaba la vagina de Clarissa....la calentona de Clarissa no me dejó jugar mucho, enseguida se vino con un orgasmo que la hizo arquearse para sentir dentro todo el consolador....lo extraño fue que yo también me vine...sin que nadie me hubiera tocado, de tanto que me excito verla disfrutar tanto.
Salí de dentro de Clarrisa, me quité el arnes, y me acosté sobre ella, metiendo la cabeza en el hueco de su hombro. Ella me rodeo con sus brazos y nos quedamos ahí en la cama...adormiladas...borrachas de placer.
6 comentarios:
muy buena tu historia me senti muy identificada
Estimados, he intentado comunicarme con ustedes por e-mail sin obtener respuesta.
Me gustaría que, tal como lo declaran en vuestro blog, den la autoría correspondiente a este relato, que es mía, y que ustedes han extraído entero de www.relatoslesbicos.homestead.com
Muchas gracias.
Pues. mi no me gusta
Yo no soy lesbiana pro eh tenido la curiosidad, al leer algo asi me caliento y no creo ke sea bueno.
MUY BUENA HISTORIA MUY CUIDADA
Ya somos 2
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