Primera Vez

Durante mucho tiempo Malena había tenido atracción hacia el tema del lesbianismo, pero ahora tenía que admitir que no era solo curiosidad....algo muy extraño le estaba sucediendo y era lo suficientemente inteligente como para comprender que ya eso no era algo pasajero, sino que un cambio importante se estaba dando en su interior.

Con 29 años cumplidos solo había tenido experiencias heterosexuales en su vida, que siempre le habían dejado con la sensación que si eso era todo lo que podía esperar del sexo y del amor, no era tan gran cosa como todo el mundo, desde sus propias amigas hasta la publicidad vendían. En su vida habían pasado dos hombres. Lucas, al que había conocido hacía tanto tiempo, en el cumpleaños de quince de quién por entonces era su mejor amiga, que ahora llevaba varios años viviendo en USA. Lucas tenía 17 años por aquel entonces, ella 15, era todo lo que se podía pedir: apuesto, gentil, bien vestido...lastima que fuera tan bestia en la cama. Su idea de ser un hombre era portarse lo mas bruto posible, así que fue toda una desilusión estar con él, tanto que no llegaron a la media docena de encuentros sexuales....y la relación terminó entre otras razones porque después de tener sexo con ella, el Lucas gentil fue sustituido por uno que dejaba mucho que desear...que mas bien la buscaba para tener sexo, y luego prefería pasar el tiempo con sus amigotes en las maquinitas o viendo fútbol por la televisión. Muy patético todo en esa su primer relación.

Santiago no fue mucho mejor. Si bien era cierto que era mas amable que Lucas, no era un amante preocupado por que su compañera llegara al mismo tiempo que él. Mas bien era del tipo de venir, hacer su faena y si su compañera llegaba al mismo tiempo pues que bien....y sino...lamentablemente el señor no podía tener mas de una actuación por encuentro. O sea que Malena tenía que aguantar las ganas hasta el próximo encuentro. A pesar de eso habían estado juntos por casi un año, un poco por costumbre, un poco porque Malena no quería lastimarlo...pero al fin fue Santiago quién terminó dejándola, con la excusa de necesitar espacio...casualmente cuando Malena tuvo unos problemitas con su menstruación y estaba muy temerosa de estar encinta. Gracias al cielo había sido una falsa alarma, porque Santiago aún necesitaba espacio después de un año de cortar las relaciones con ella, y había desaparecido por completo de los lugares habituales. ¿Pánico a la paternidad quizás?.

Sin embargo ya estando con Santiago Malena sentía que algo estaba cambiando dentro de ella. Le atraían las chicas lindas que iban a la playa. Sentía escalofrío cuando alguna que ella consideraba atractiva la miraba a los ojos, se ponía nerviosa si estaba a solas en un lugar con alguna mujer atractiva...tenia miedo que se dieran cuenta que las espiaba. La idea de cómo podía ser una relación con una mujer había pasado de ser una pregunta curiosa para volverse en una gran interrogante en su vida. ¿Sería acaso que esa imposibilidad de formar un vínculo duradero con un hombre provenía que su naturaleza era diferente?.

Pensaba en eso mientras descargaba los diez cartones de cigarrillos que habían encargado en ese supermercado nuevo que quedaba dentro de su zona de reparto. Desde que a su padre le diera el infarto ella se ocupaba de hacer la recorrida y repartir los cigarrillos a los clientes de su padre, mientras él se recuperaba. Era hija única, así que no podía delegar el trabajo a otra persona, y si pagaban un chofer con su madre ya la concesión no era redituable. Se quedó esperando a que la cajera del establecimiento pudiera atenderla mientras las mismas ideas de siempre rondaban su cabeza...el manejar sola no ayudaba a que su mente descansara del tema.

La cajera se volvió y por algún motivo ambas quedaron viéndose a los ojos. La cajera era una mujer alta, muy alta y muy delgada, con el cabello rojizo atado en una cola de caballo y unos ojos entre azul y gris que fascinaron a Malena. Las facciones eran finas, la nariz pequeña, los labios delgados y de un tono rosado. Debajo del uniforme del super que no era para nada favorecedor no se podía ver bien su silueta, aunque no podía ser desacorde a su porte, demasiado aristocrático para estar en ese trabajo...se vería mejor como azafata, o como modelo que cobrando paquetes de arroz.

- Hola...soy Malena, de la distribuidora de cigarrillos...

- Cierto...me habían dicho que venías hoy...tienes que dejar...espera un minuto...diez cartones.

Hasta su voz tenía un tono de distinción...o Malena estaba loca, o esa muchacha no pertenecía para nada a ese ambiente.

- Claro, aquí están.

La mujer tomó los cartones y los guardó bajo el mostrador, sacó el dinero y le pagó, Malena le entregó la copia de la factura y se fue hasta la camioneta. Ya eran casi las seis de la tarde...tenía que regresar a casa para hacer su proyecto final. En dos meses tenía que presentarlo a la Escuela de Informática, pero se le estaba haciendo difícil con el reparto.

Esa noche estuvo hasta muy tarde frente a la pantalla. Al fin se dio un respiro y decidió entrar a la Internet, a ver si chateaba un poco. No había nadie en el ICQ así que decidió entrar al canal de lesbianas de Starmedia. Generalmente entraba y no decía nada, solo se quedaba leyendo lo que las otras escribían por un rato, para luego salir. Esa noche no era muy diferente de las otras...solo hasta que alguien cuyo nick era Zoe preguntó:

- ¿Alguna chica uruguaya en el canal?.

Dudó un minuto antes de enviarle un privado.

- Yo soy uruguaya.

- También yo ¿y cómo estas?.

- Bien, un poco cansada.

- ¿Y eso por qué?.

- Estoy trabajando en un proyecto y me tome un respiro.

- Ajá, estudias...que bueno.

- ¿Y tú que haces?.

- Trabajo en el negocio de la familia. Estudie un tiempo, pero bueno...sucedieron cosas y ahora me necesitan mas en el negocio. No esta mal. Me hubiera gustado dedicarme a la música, pero no pudo ser.

- ¿Y tu edad?.

- 29

- Uy....tenemos la misma edad.

- Sí...que casualidad.

Se quedaron un poco calladas. Malena no era una gran conversadora, le costaba lo de la comunicación. La otra muchacha (esperaba que fuera una muchacha, porque había una gran cantidad de hombres haciéndose pasar por mujeres en los chats para lesbianas) continuó la conversación:

- ¿Y qué buscas en este canal?.

- Un poco de conversación...en realidad casi nunca hablo, mas bien leo lo que las otras escriben.

- ¿Timidez?.

- Un poco...y mucha curiosidad.

- ¿Curiosidad?. ¿Por qué?.

- Si te cuento te vas a reír.

- Te prometo que no.

Algo impelio a Malena a sincerarse con Zoe. Quizás porque le gustaba el nick, o porque era de las pocas que no se insinuaban sexualmente después de un par de frases intercambiadas.

- Me siento lesbiana pero jamás tuve sexo con una mujer.

- Caramba...que sorpresa....

- Ves....te lo estas tomando a broma.

- No mujer, te juro que no....la sorpresa es que a mí me sucede exactamente lo mismo.

Malena espero unos segundos antes de tipear...¿sería verdad o esa mujer le estaba tomando el pelo?. La red era ideal para eso de engañar a las personas...como no las ves, no da tanta pena mentir. Sintió temor de pronto.

- Ya tengo que irme...

- ¿Ya?...no puedo creer que una vez que encuentro a alguien en mi situación tenga que irse...¿podemos conversar otro día?.

- Claro...mañana entraré a esta hora.

Durante todo el día siguiente pasó con la cabeza repartida entre el recorrido y la entrega de los cigarrillos y esa cortísima conversación realizada en el chat. ¿De verdad sería que esa mujer estaba en la misma situación que ella?. ¿O sería una táctica para ligar?. Al fin y al cabo...ciertos comportamientos se repetían en la gente, fueran gay o hetero, y una novata resultaba atractiva...la fantasía de enseñarle. Sin embargo a la noche entró al chat y conversó de nuevo con Zoe.

Cada cuatro días iba al nuevo supermercado a entregar los cigarillos. En ese tiempo supo que la cajera pelirroja se llamaba Agustina, porque oyó cuando uno de los empleados del supermercado la llamaba por su nombre. No tenía mucho tiempo de conversar porque siempre estaba justa con el tiempo del reparto, pero definitivamente...ese era el tipo de mujer que le gustaba.

Con el pasar de los días Malena se sintió mas tranquila. Zoe fue contándole cosas y en cierto modo tenían historias parecidas. Ambas habían tenido relaciones con hombres que no le fueron satisfactorias. Zoe había estado a un paso de casarse hacía dos años, pero desistió de la idea al notar que las cosas con su entonces novio no funcionaban de ningún modo. Por eso había decidido cortar la relación, sorprendiendo a su familia, que no comprendían como podía dejar al entre comillas hombre ideal. Hablaron de muchas cosas, de sus dudas, de la atracción que sentían por otras chicas, hasta que Zoe preguntó si había alguna mujer que la atrajera mas que las otras.

- No especialmente....la verdad...miro mucho, pero no creo que me atreviera a encarar a alguna. Me da pánico que me digan que estoy equivocada...creo que muero de verguenza.

- Sabes, a mi me pasa lo mismo...conozco a una mujer que me gusta mucho...pero no quiero ni imaginar mi cara si le insinuo algo y me dice que estoy equivocada. Además apenas la conozco...la veo una vez a la semana, así que no tengo muchas esperanzas.

- ¿Y cómo es ella?.

- Ah...no sé si te gustaría a ti...pero a mi se me hace muy bonita. Es mas bien petisa...con el pelo castaño en una media melena que no llega a los hombros, y los ojos negros...la nariz es pequeña, como las orejas...y se le forman hoyuelos cuando sonrie...ademas los ojos se le llenan de chispitas de luz... Se ve tan fuerte y decidida...sin embargo yo intuyo que hay una enorme capacidad de ternura en ella, que quizás ni sospecha que posee....

- Vaya...para verla tan poco le has hecho una radiografía completa.

- Sí...es que tiene algo que me atrae mucho...habla muy rápido, y siempre esta apurada...además, me extraña que este en ese trabajo, porque por su forma de hablar se nota que tiene buena cultura...no sé amiga, estoy segura que nunca le diré nada, pero me gusta verla una vez a la semana.

- Pues estamos iguales. Me gusta una chica a la que casi no veo, solo sé su nombre y que me gusta. Pero es muy probable que nunca podamos conversar mas de tres palabras seguidas, y todas relacionadas con el tema de trabajo...así que poca esperanza tengo. Ella tiene un porte muy fino...casi aristocrático...el cabello rojizo, los ojos claros....es muy delgada y se mueve como un mimbre...

- Sabes qué...somos dos bobas.

Ambas se rieron a cada lado del monitor. Malena se sentía extrañamente bien con esa mujer, pese a que aún ambas se amparaban detrás de sus nick...Zoe para ella, Lita para Malena. Y hablaban de cosas tan íntimas, y aún no se atrevían a intercambiar sus nombres, ni especificar bien en que trabajaban...ese tipo de relación misteriosa que solo se da por medio de la Internet...porque en definitiva no interesan los nombres, sino que se va desnudando el alma en muchos casos, con la confianza que da ese anonimato.

- Tengo que irme, quedé de ir a casa de una amiga.

- Sí, también yo, tengo que llevarle unas alfombras a mi tía con la camioneta.

- ¿Nos vemos mañana?.

- Claro que sí, a la hora de siempre.

Ese encuentro para Malena ya tenía todas las características de una cita. Si algún día Zoe se retrasaba le entraba una inquietud difícil de controlar. Y si un día no podía entrar ella se sentía culpable. La parte racional de su cerebro le decía que era tonto involucrarse así con alguien de quién no conocía ni el nombre...pero era agradable saber que esa mujer estaba en algún lugar de su ciudad, y que comprendía tan bien sus miedos y dudas.

Cargó las alfombras para llevarle a su tía...se le había hecho algo tarde, pero bueno...esperaba que no se quejara mucho. Iba en camino hacia allá cuando vio a Agustina caminando por la calle cojeando ligeramente y llevando una bicicleta. Paró, preocupada.

- ¿Qué te pasó?.

- Un auto me golpeó y se fue...la rueda de la bici esta rota así que no puedo llegar a casa.

- Caramba mujer...te ayudo. Te llevo a casa.

- Pero la bici...

- La cargamos en la camioneta, dame.

En pocos minutos Malena cargó la bicicleta en la parte de atrás de la camioneta y Agustina se acomodó en el asiento del acompañante.

- ¿Dónde te llevo?.

- A casa..esta cerca yendo en auto...te indico el camino.

Realmente era cerca con un vehículo, pero con la pobre Agustina con el pie lastimado y la bici rota le hubiera llevado un buen tiempo llegar. Malena le ayudó a bajar la bicicleta y entrarla a la casa, que estaba a oscuras totalmente.

- Vaya..creo que no hay nadie...pensé que a esta hora mis padrinos habrían regresado del cine.

- Quizás fueron a comer...anda, déjame ver ese pie...

Agustina se sentó y estiró la pierna derecha. Malena quitó el zapato deportivo, la media y subió un poco el jean...tocó un poco la zona y Agustina se quejó. Sin embargo no parecía haber nada roto.

- Creo que la bicicleta se llevó la peor parte - bromeo Agustina, sonriendo a pesar del dolor...y Malena se quedó viendola..tenía una sonrisa preciosa...sonrió tontamente y se le formaron dos hoyuelos en las mejillas.

- ¿Donde esta la cocina?. Traeré hielo para este pie.

- Es la puerta blanca...hay una bolsa de hielo en el congelador, solo envuélvela con alguno de los repasadores que encontrarás en el primer cajón de la mesada.

Todo estaba donde Agustina indicara, así que pocos minutos después Malena tenía la bolsa en el pie de Agustina, que estaba apoyado en una banqueta baja. Llamó a casa de su tía para decirle que no iría ese día, a pesar de las protestas de Agustina.

- Si vas a quedarte entonces sirve algo de refresco que hay en la heladera y hay unos bizcochos en la panera....no puedo ser mejor anfitrión, tendrás que servirme tú a mí.

- No te preocupes.

Malena trajo todo hasta la sala, sirvió en dos vasos y los bizcochos en un plato. Hasta que empezó a comer no se dio cuenta que estaba hambrienta...y por lo visto Agustina también, así que durante unos minutos se dedicaron a arrasar con los bizcochos y tomar refresco...para luego mirarse y soltar una pequeña carcajada.

- Vaya, que par de pirañas

- Sí...creo que estábamos muertas de hambre...¿terminas muy tarde con el reparto?.

- No, trato de cortar a las seis de la tarde para preparar mi proyecto de estudio.

- Ah, no sabía que estudiabas...bueno, no sé mucho de ti...siempre andas muy apurada con la camioneta, y yo muy ocupada en la caja del supermercado....a veces ni puedo saludarte como se debe.

- Creo que somos esclavas de nuestros empleos.

Volvieron a reír. Ambas se sentían extrañamente relajadas...como compartiendo el tiempo con una vieja amiga, con alguien que conoces bien. Malena no pudo con la curiosidad y preguntó:

- ¿Y cómo es que alguien con tu aspecto es cajera de un supermercado?.

- ¿A qué te refieres con eso de alguien de mi aspecto?.

- Te ves demasiado fina para ser cajera....ningún trabajo es deshonra, pero a veces algunas personas se ven fuera de lugar en ciertos trabajos.

Agustina sonrió.

- Yo estudiaba música...quería ser pianista. Pero tuve un accidente en moto, y mi mano izquierda ya no sirve para tocar...no a nivel profesional como yo lo pretendí. Mi padre esta en USA desde hace muchos años...es mas, yo estaba estudiando allá, pero luego del accidente regrese aquí con dinero que él me dio para poner un negocio, y junto con mi padrino abrimos ese supermercado...no entiendo de negocios, y mi padrino tenía ya un almacén, así que cuando menos tenía algo de experiencia en el ramo de comestibles. De esta forma es que estoy yo siendo cajera de un supermercado.

- Mas que cajera...dueña...algo raro había contigo en ese puesto.

- Ya ves, nada raro. Solo un cambio de vida.

- Siento que las cosas hayan sido así.

- Pues no sé...una nunca sabe porque ocurren las cosas...quizás el destino me tenía reservado algo diferente ¿verdad?. Por ejemplo...si ahora fuera una pianista famosa no estaríamos aquí conversando y comiendo bizcochos.

- Gran cosa...

- Bueno...para mí si es una gran cosa.

Se quedaron viéndose a los ojos...espera a que Zoe sepa esto se dijo Malena...no sabía que hacer, sentía que ahora tenía que hacer algo pero no sabía bien que comenzó a acercarse a Agustina, pero en ese momento sintió ruido en la puerta de calle y se puso de pie. Los padrinos de Agustina llegaron a la casa, interrumpiendo ese momento extraño.

- Hola - dijo el hombre, sin comprender porque su ahijada estaba con el pie sobre un almohadón y esa muchacha que no conocía en casa. En pocas palabras explicaron lo sucedido, y Malena se apuró por irse...no quería estar mucho allí. La situación con Agustina la había puesto muy nerviosa.

Al día siguiente le tocaba reparto en el supermercado. Agustina estaba en la caja, con el pie vendado pero no se veía mal. Sonrió ampliamente al verla.

- Aquí viene mi enfermera.

- Ya, no bromees..

- ¿Te imaginas si hubiera tenido que caminar hasta casa con la bicicleta?.

- No deberías andar en bicicleta por las noches.

- Es el único momento en que puedo hacer algo de ejercicio...la casa de mi amiga esta cerca si vas en bicicleta. De todos modos, gracias de nuevo.

- ¿Te sientes bien?.

- Si, me molesta un poco al caminar pero estoy bastante bien - respondió Agustina, dándole el dinero que le debía. Las manos de ambas se rozaron, y Malena demoró deliberadamente el quitarla...mientras se miraban a los ojos....no tenía nada de experiencia con mujeres pero si en miradas...y la mirada de Agustina le estaba diciendo algo, no lograba definir que cosa.

Esa noche entro al chat a la hora de siempre, esperando que Zoe estuviera. Ya estaba cuando ella entró así que sintió el corazón aliviado. Se saludaron y de a poco la conversación fue hasta el tema de siempre...las mujeres que las tenían loca.

- ¿Y viste hoy a tu chica?.

- Sí, la vi...también ayer, después que cortamos la conversación...paso algo muy raro. Sabes, no tengo gran experiencia...pero creo que le gusto un poco.

- Ajá....oye...¿no crees que es hora de conocernos?.

La abrupta petición de Zoe sorprendió a Malena...aunque no tenía nada de ilógica. Llevaban muchas semanas conversando...estando en la misma ciudad no veía porque no podría conocerla.

- Sí, creo que es buena idea.

- ¿Puedes mañana?.

- Claro....

- Bien...¿conoces el Café Rex?.

- Claro, lo conozco.

- Bueno...entonces mañana viernes a las 21 horas en el café ¿te parece bien?..así tenemos tiempo de salir de nuestros trabajos y ponernos presentables.

- Claro, estoy de acuerdo.

- Entonces nos vemos mañana...voy a llevar un sweater negro, pantalón gris y camisa blanca. Mi celular es 094 125 329...si no me reconoces me llamas y me pongo de pie...tengo que irme ahora.

Zoe se desconectó del chat, dejando a Malena mas desconcertada que otra cosa...al fin la conocería...bueno, la reconocería, porque estaba segura que la conocía mas de lo que se imaginaba...pero no comprendía porque ese pedido ahora, ni porque esa huida del chat. Además..ni siquiera sabía el nombre real de Zoe...vaya locura. En fin...no perdía nada yendo. Si no le gustaba la situación bastaba con subirse a la camioneta e irse.

Al día siguiente trabajo todo el día pensando en que vería a Zoe en la noche. Al llegar a casa se baño con especial esmero...se perfumó, eligió cuidadosamente la ropa...un pantalón negro, una camisa roja y una campera de cuero negra. Entró al Café Rex y lo recorrió con la mirada...se sorprendió al ver a Agustina en una de las mesas...y mas cuando la vio vestida exactamente como Zoe había descrito.

Se quedó unos minutos sin saber que hacer...luego recordó el número de celular de Zoe, sacó su teléfono y llamó...siguio sorprendiéndose cuando Agustina sacó un celular de su cartera y lo atendió. La voz algo ronca de Agustina llegó a sus oídos.

- Ven a la mesa...creo que ya sabes quién soy...¿verdad?.

Cortó la comunicación...con ojos de asombro Malena se acercó a la mesa y se sentó frente a Agustina. El corazón le latía como loco...porque a Zoe la había estado hablando de Agustina..así que estaba en evidencia...bueno...ahora que lo pensaba....la descripción de la mujer que le gustaba a Zoe calzaba muy bien en la suya propia. Esa era una historia de locas.

- ¿Zoe?.

- Pues sí....pero no pienses que te estaba engañando...hasta anteayer no tenía idea que Lita y tú eran la misma persona...

- ¿Y cómo?.

- Mujer...cortamos la sesión de chat porque tú ibas a llevarle unas alfombras a tu tía...las ví cuando cargaste mi bicicleta...era demasiada casualidad. Por eso decidí pedirte esta cita....para comprobar si mis sospechas eran ciertas.

- Por Dios...me muero de verguenza...

- ¿Por qué?. Piénsalo bien...quizá fue el destino...yo creo mucho en el destino...¿qué otra cosa explica esto sino?....tengo que confesarte que la chica que me atrae eres tú. No soy de andar por ahí mirando mujeres...pero desde que te ví sentí algo extraño, como si te reconociera...

- Es tan raro...de todas las personas que entran al chat...que nosotras conversáramos tanto...¿de verdad que no tienes experiencia?.

- No. Siempre me atrajeron las chicas...pero nunca me atreví. Intente definir una relación con un hombre...bueno, ya sabes esa historia...sabes todo de este tema...

- Sí...cierto...caramba, no sé que hacer.

Agustina estiró la mano y tomo la mano de Malena sobre la mesa, suavemente, no sin antes recorrer el café con la mirada y comprobar que nadie las veía.

- No tenemos que hacer nada....solo dejar que las cosas sigan su curso...creo que de algún modo nos elegimos cuando nos vimos por primera vez...y el destino se encargó de confirmarnos que era la elección correcta al cruzarnos ese mismo día en el chat...

- ¿Cómo sigue esto?.

- No sé....pero por lo pronto acompáñame al baño. Todavía me duele el pie y temo que me falle.

Renqueando un poco fueron al baño, Agustina delante y Malena detrás. No había nadie mas que ellas dos en el baño...así que Agustina decidió usar un truquito. Fingió perder pie, por lo que Malena la sostuvo en sus brazos...fue algo muy raro, como una especie de electricidad las recorrió a ambas. Agustina pasó una mano detrás de la nuca de Malena y comenzó a atraerla hacía ella...hasta que sus bocas se encontraron...era la primera vez que besaban a otra mujer, y la sensación era una mezcla de miedo y curiosidad. El corazón de Malena latía desbocado, pero correspondió al beso de Agustina, tímidamente al principio...pero cuando Agustina quiso separarse fue Malena quién la besó, pero no tímidamente...entreabrió los labios y atrapó los de Agustina, quién abrió su boca para dejar que las lenguas se tocaran un poquito...para un segundo después enredarse apasionadamente. Oyeron pasos acercarse y eso las obligó a separarse...de mala gana porque estaban disfrutando mucho de esos besos.

Pagaron y salieron a la calle...sin saber muy bien qué hacer ahora. Se gustaban sí. Se sentían atraídas, sí....¿cómo se continuaba la historia?. ¿Quién tomaba la iniciativa en una historia entre dos mujeres?. Malena, tan segura de sí misma se sentía como una niña pequeña ahora. Agustina le dijo.

- Mis padrinos regresan tarde hoy...van a bailar...¿quieres que vayamos a casa?.

- Pues yo no sé...

- No sucederá nada que no queramos...confía en mí.

Malena se dijo que se estaba comportando como una adolescente. Asintió y ambas subieron a la camioneta. En poco rato estaban en casa de Agustina. Al llegar Agustina puso algo de música y se sentaron juntas en el sofá. Estaban muy tensas, con las manos cruzadas en la falda...mirándose. Era increíble como podían hablar con tanta soltura en el chat y se envaraban tanto ahora.

- ¿Por qué te gusté? - preguntó Agustina. Malena sonrió

- Me gustó tu porte de princesa...tu delgadez...y tus ojos. Creo que me encantaron tus ojos, y esa forma de mirar que tienes.

- ¿Cómo miro? - preguntó Agustina...en parte para que Malena siguiera hablando para calmarse, en parte porque le gustaba oírla. No se consideraba bella...demasiado delgada, y en cuanto a su mirada le habían dicho que con ese color de ojos resultaba fría. Tomó las manos de Malena mientras la otra mujer decía:

- Miras muy seria...quizás hasta parece una mirada fría...pero si una habla contigo se transforma en una mirada muy ...envolvente...

- Anda, no iras a decirme ahora que te hipnoticé - murmuró en tono lastimero Agustina, provocando la risa de Malena que era justamente su intención. Al reír juntas se relajaron, y Malena tomó las manos de Agustina y las besó...suavemente, con mucho cuidado...sobre todo la mano izquierda...a la cual, en cierto modo le debía esa situación. Como bien dijo Agustina, si ahora ella fuera pianista jamás se hubieran conocido...así que a esa mano averiada le debía tenerla. Pudo ver las cicatrices en la palma, y en la base de algunos dedos...vaya, tuvo que ser algo grave. Agustina comenzó a acariciarle el cabello con la mano que no tenía atrapada Malena, mientras se miraban a los ojos. Era un ejercicio de reconocimiento...Agustina acaricio el rostro de Malena con la punta de los dedos, mientras Malena comenzó a acariciar los senos pequeños de Agustina por sobre el sweater.

- ¿Te sonaría muy grosero si te digo que me gustan mucho tus senos?.

- ¿De verdad?.

- Sí...me gustan...

- Son muy pequeños....

- Tienen justo el tamaño de mis manos - respondió Malena, tomándolos con ambas manos y masajeandolos...no sabía que debía hacer...solo estaba siguiendo su instinto. Agustina suspiró...sus senos eran especialmente sensibles a las caricias, y la forma suave de Malena para masajearlos le estaba gustando mucho. Por eso cuando Malena comenzó a levantar el sweater levantó los brazos sobre la cabeza para dejar que Malena se lo quitara. Se besaron nuevamente, lentamente, mientras las manos de Malena recorrían la espalda de Agustina...cuando separaron sus labios, Malena procedió a desabotonar la camisa de Agustina, hasta que los senos, cubiertos por un sencillo soutien blanco se dejaron ver. Agustina la miraba, entre sorprendida y excitada...aunque ambas eran totalmente inexperientes en las lides amorosas entre mujeres, se notaba que el instinto de Malena era mas fuerte, porque estaba haciendo todo lo que a Agustina le gustaba. Malena besó el cuello de Agustina, bajando por la suave curva de los senos, y luego beso el vientre, hurgando en el ombligo con la punta de la lengua...sin poder creer que estuviera haciendo eso, teniendo su primer encuentro con una mujer....y que el encuentro fuera nada menos que con Agustina.

Agustina también desabotonó la camisa roja de Malena, y se la quitó, quedando ambas en igualdad de condiciones....Malena tenía un soutien beige, también muy sencillo...quizás porque no pensaba en tener sexo ese día, entonces no había prestado atención a su ropa interior. Agustina fue mas allá y quito el soutien, liberando los senos de Malena de su prisión. Unos senos medianos, pero muy firmes, con los pezones oscuros que ya estaban paraditos...invitando a ser acariciados...cosa que a Agustina se le antojó mas sensual hacer con su lengua que con sus manos, así que comenzó a pasar la lengua en pequeños círculos alrededor de esos pezones erectos, excitando a Malena. Procedió del mismo modo con el otro pezón, lentamente...disfrutando de esa caricia casi tanto como Malena. Luego subió hasta el oído de Malena y le murmuró.

- Me gustaría tocarte mas...

- ¿Cómo?.

Agustina no respondió. Desabrochó el pantalón negro y pasó la mano entre esa prenda y el calzón de Malena, comenzando a acariciarla pausademente...hasta sentir que Malena se movía para acompañar los masajes de su mano sobre su sexo.

- Déjame desnudarte...

Malena asintió. Agustina le quitó los zapatos y luego el pantalón. Luego le quitó el calzón blanco, dejándola totalmente desnuda sobre el sillón azul. El sexo de Malena era pequeño, de labios muy apretado, con el vello ralo, extrañamente ralo. Las delgadas manos de Agustina ubicaron pronto el clítoris pese a lo apretado de esos labios vaginales, prodigándole un delicado masaje, que hizo que pronto el pequeño se hinchara y Malena se mojara completamente, y comenzara a mover las caderas para sentir mas la presión de la mano de Agustina en su sexo. Agustina se dedicó también a chuparle los senos con medida fuerza, ya que no quería dejarse por lo caliente que se estaba sintiendo y resultar grosera con Malena. Pero lo cierto es que sentía tan mojada y ardiente como la propia Malena, y aún no había recibido ni una caricia...así que algo correcto debía estar sucediendo entre las dos. Tentó a meter dos dedos en la vagina de Malena, que suspiro ruidosamente y dio un empujó contra su mano para casi absorberlos...

- Caramba....

- Seguí así....que me vuelves loca...

Agustina no se hizo repetir la orden...sacó los dos dedos solamente para agregar otro y comenzar a penetrar a Malena con un ritmo muy rápido, ya que los movimientos que Malena hacía debajo de ella le indicaban que probablemente estaría cerca del orgasmo y no quería arruinarlo por torpeza. No se equivocó pocos minutos después pudo sentir los gemidos de Malena y las contracciones vaginales en sus dedos, intensas, sin control...siguió moviendo los dedos hasta que la vagina de Malena se quedó quieta y esta sudorosa sobre el sofá. Quitó con mucho cuidado los dedos y se sentó junto a Malena, para abrazarla y besarse mutuamente en los senos, en el cuello...

- Gracias Agustina....

- No amor...gracias a ti por confiar en mí...que no tenía ni idea de lo qué hacer....

- Tampoco yo tengo idea...pero quiero hacerte mía - respondió Malena, con un brillo de deseo en los ojos que hizo que la ya elevada temperatura vaginal de Agustina subiera aún más.

- Pues yo confío en ti...

Malena acarició el cuerpo desnudo de Agustina desde el cuello hasta la cintura, jugando con el vello púbico, acariciando luego la cara interna de los muslos, muy despacito, muy cerca del sexo pero sin tocarlo....bajó la cabeza para atrapar los senos con su boca y chuparlos, mientras su mano seguía jugando en los muslos de Agustina...

- Ay Malena....¿cómo perdimos tanto tiempo? - preguntó Agustina entre suspiros...Malena besaba sus senos, su vientre, hasta llegar al sexo y besarlo también, como quién besa una boca...luego lo lamió con avidez, degustando por primera vez los jugos de una mujer...tenían un sabor muy particular...y no sintió asco, como temía que sucediera. Mas bien la excitaba ver a Agustina retorcerse de placer, y ser ella quién provocara ese placer tan intenso...el clítoris de Agustina sobresalía de un capuchón, y lo atrapó suavemente con sus dientes antes chuparlo con fuerza...de pronto Agustina tuvo un orgasmo violento, intenso...profundo...que la estremeció hasta el último rincón del cuerpo. Era la primera vez en su vida que alguien le practicaba sexo oral....y nunca antes había tenido un orgasmo tan violento...acarició la cabeza de Malena que besaba ahora su vientre de nuevo, y sus senos....como si no se cansara de besar y acariciar su cuerpo.

Malena se sentó junto a ella, quién la abrazó, Malena puso la cabeza en su pecho y descansaron juntas, desnudas y descarranchadas en el sofá, respirando agitadas. Esa iniciación en el mundo del amor lésbico no podía haber resultado mejor. Con ninguna otra persona se habían sentido tan cuidadas, tan protegidas...y al mismo tiempo tan excitadas...el sexo esta vez sí había sido como ellas imaginaban que era...una total comunicación de los cuerpos, un placer compartido.

- ¿Estás contenta?. - preguntó Malena con timidez....aún temerosa de no haber podido satisfacer a Agustina.

- Contenta es poco...estoy feliz. Es la mejor experiencia que he tenido....y espero que quieras repetirla conmigo en el futuro....

- Todas las veces que quieras amor....todas las que quieras.